Y una noche, River volvió a sentirse vivo
En el debut de Angel Cappa, con buen juego, el equipo millonario perdía, reaccionó y venció a Godoy Cruz por 2-1; cortó varias rachas
Suerte de volver a vivir. Ganó River. Y no es un dato suelto, una victoria más. Representa bastante: en el debut de don Angel Cappa, el equipo millonario jugó bien. No es poco. Tuvo toque, tuvo pausa. Por momentos, claro. Pero invita a soñar, ¿por qué no? Ortega expuso una buena actuación, volvió Buonanotte. El triunfo por 2-1 fue contra Godoy Cruz, que era puntero: lo bajó. Cortó una serie de 534 minutos sin marcar goles. Cortó una serie de cinco partidos sin triunfos. Cortó una serie de 19 partidos sin poder revertir un resultado. Sí, volvió River. Volvió una noche.
Resultó una grata sorpresa los primeros minutos de River, de este moderno River versión Cappa. Porque hizo un culto del cuidado de la pelota, la rotación y la creación de situaciones de gol. Sin embargo, su falta de claridad en los últimos metros, un mal que ya traspasa el tiempo, le impidió la apertura del marcador, que mereció con cierta claridad. Godoy Cruz esperó cerca de su arco, confiado y seguro. Sabe muy bien a qué jugar este buen conjunto del interior. Cada pieza entiende a la perfección su función y hasta queda la sensación de que la disfruta. Eso sí: a pesar de su magnífico lugar en la tabla, fue superado por el renovado equipo millonario. Gallardo, Ortega, hasta Canales se descubrieron en sociedad.
Había un aire fresco, otoñal en el Monumental. Una imagen, en este caso, es esclarecedora: el Burrito se esforzó como un lateral derecho en una acción aislada. Se notó el cambio, la transformación..., hasta que las piernas se desgastaron. Un equipo maduro en exceso y no del todo afinado desde lo físico, se fue cayendo lentamente. Y en la primera acción riesgosa de verdad, Godoy Cruz abrió el score, después de una buena combinación colectiva, que finalizó con un centro preciso de Sánchez para el gol de Higuaín.
Pipita lo gritó con el corazón. Claro: Godoy Cruz está peleando mano a mano el título con dos colosos, con Estudiantes y con Independiente. También, frente a Argentinos. Es que el delantero hizo las inferiores en el club millonario. Y casi nunca tuvo continuidad.
Pero River no se quedó. Mantuvo la actitud, mantuvo la mentalidad, desde esta noche, ganadora. Y Ortega surgió con su aura de ídolo, de salvador, para capitalizar un envío de Pereyra desde el sector izquierdo a los 24 minutos del segundo tiempo, un momento histórico, ya que sirvió para cortar una serie de 534 minutos sin marcar goles. Tanta fue la efervescencia en el estadio, que un minuto después, Olmedo le pasó una riesgosa pelota hacia atrás a Curbelo, que no pudo retenerla y no hizo más que dejar en soledad a Ferrari. Y el defensor, con una jugada magnífica, dejó en el césped a Ibáñez y definió de zurda. Una joya.
El desgaste fue demasiado. Porque sufrió un dolor similar a un desgarro. Y en el mismo tiempo, se lesionó Vega, que le dejó su lugar a Ojeda, que no atajaba desde hace casi un año, en un partido contra San Martín de Porres, por la Libertadores, el 30 de abril de 2009. Ferrari no pudo salir del campo de juego, ya que Don Angel ya había realizado otros dos cambios: Afranchino por Barrado y el esperado regreso de Buonanotte en el lugar de Canales.
Lo que continuó fue adrenalina pura. River defendió con uñas y dientes el triunfo y se animó, de tanto en tanto, en buscar el arco adversario. Herido, Godoy Cruz ensayó el empate. Los ingresos de Salinas y de Vega apuntaron en esa sintonía. Pero ya no hubo demasiado tiempo. Una genialidad de Ortega, un amago de Buonanotte y algún obsequio más. River ya había hecho suficiente. Volvió. Lo que no es poco...
Pablo Lunati tuvo otra floja actuación. No tuvo rigor en algunas acciones y fue demasiado exigente en otras. No observó un claro penal, durante el primer tiempo, para River, de Sánchez contra Ortega. Y recibió insultos de casi todo el estadio. Además, conversó demasiado con los jugadores.