Gaudio y Coria, los grandes rivales que volvieron a encontrarse: de la frase de Johnny Cash al triunvirato de la Copa Davis
La escena avanza en las calles de París. Gastón Gaudio conduce un descapotable y su acompañante, Guillermo Vilas, parece hechizado por la arquitectura de la ciudad. "Está todo en línea", apunta, en el documental Perfect Day (2014), el hombre que popularizó el tenis en la Argentina. En la siguiente toma se los observa y escucha desde el asiento trasero del auto. "Yo con Coria me peleé en Hamburgo. ¿Te acordás o no?", le dice Gaudio al Poeta, por aquella semifinal de 2003 ganada por el Mago, donde se creció la rivalidad. "Sí, hubo un par de piñas, ¿no?", responde el zurdo. "En el vestuario..., llegué y puse esta canción", apunta el Gato y deja correr la voz grave de Johnny Cash.
"We’ll meet again, don’t know where, don’t know when, but I know we’ll meet again, some sunny day (Nos volveremos a ver, no sé dónde, no sé cuándo, pero sé que nos volveremos a ver, cierto día soleado)". "Ya nos vamos a encontrar", suelta Gaudio, tras las estrofas de Cash, con la misma sutileza que lanzaba sus reveses de una mano. Claro, tiempo después, en 2004, protagonizarían la final de Roland Garros y el jugador de Temperley conquistaría el estadio Philippe Chatrier luego de levantar una desventaja de 6-0, 6-3 y 3-1. Aquel sería un capítulo clave de una historia de personalidades opuestas, de ásperos enemigos deportivos, de talentosos tenistas parados en veredas totalmente enfrentadas. Durante mucho tiempo ni se dirigieron la palabra, ni se miraron; más de un empresario intentó, en vano, reunirlos para que disputaran una exhibición. Apenas un comercial de una compañía telefónica los tuvo en el mismo equipo. Parece increíble después de tantos dardos cruzados pero hoy, a los 39 y 36 años respectivamente, Gaudio y Coria se muestran juntos y con el mismo incentivo: la Copa Davis. Ellos, junto con otro legionario como Guillermo Cañas, integrando el triunvirato de capitanes para la serie de play-off del Grupo Mundial ante Colombia, en el estadio Aldo Cantoni de San Juan, del 14 al 16 del actual.
"Pasó mucho tiempo ya. El objetivo es otro. Él (por Coria) tiene que poner lo mejor de él, yo tengo que poner lo mejor de mí y los dos juntos tenemos un solo objetivo, que es lo mejor para el tenis argentino", apunta Gaudio en el Cenard, luego de anunciar a los que actuarán ante Colombia (Diego Schwartzman, Guido Pella, Machi González y Horacio Zeballos) y antes de caminar unos metros hacia las canchas de cemento de tenis para la producción de fotos con Coria para LA NACION. "Si ambos aportamos lo que sabemos, está muy bien. El resto es pasado. Somos dos personas bastante grandes, ya pasó mucho tiempo. Él está en el desarrollo del tenis hace bastante tiempo", añade el exnúmero 5 del circuito, posición que alcanzó en abril de 2005.
"Lo que pasó hace 14 años, pasó. No podemos quedarnos con eso", asevera Coria, número 3 del mundo en mayo de 2004. "Con Gastón ya nos venimos juntando desde hacía un buen tiempo, desde cuando pensábamos presentarnos a las elecciones de la Asociación. Las diferencias quedan de lado. Ya estamos grandes, estamos maduros y desde el primer momento en el que todos decidimos aportar nuestro granito de arena para beneficio del tenis nacional, cualquier cosa quedó de lado. Se va a ver en San Juan. También es un mensaje para todos. No somos grandes amigos, no vamos a ir a comer, pero podemos compartir un equipo, trabajar juntos. Las veces que nos juntamos para hablar de tenis vimos claro el objetivo, tenemos la misma misión y tenemos muchísimas cosas para aportarle a los chicos".
Como jugadores, la Davis les brindó pocos momentos alegres y varios ingratos a los dos. Gaudio atesora los cuartos de final del Grupo Mundial 2002 ante Croacia (3-2), en el Buenos Aires Lawn Tennis Club, como una postal de felicidad, tras ganar el quinto punto ante Ivo Karlovic, con Diego Maradona en la tribuna. "Fue emocionante la serie con Croacia; no me la voy a olvidar nunca. Tampoco me voy a olvidar nunca la serie en Málaga con España, donde se sufrió bastante (NdR: semifinales de 2003, los locales triunfaron 3-2 y Gaudio perdió sus dos puntos ante Juan Carlos Ferrero y Carlos Moya). Igual, eso está bueno también. Son emociones que se sienten solo cuando jugás para Argentina. Hay veces que la pasás bien, otros que las pasás como el culo. Pero de eso se trata también: de sentir que estás vivo", dice Gaudio.
Coria compitió muy poco en la Copa Davis. Apenas cuatro series. Debutó en el 5-0 frente a Marruecos, en Agadir, por la primera ronda del Grupo Mundial 2004. La temporada 2005 actuó en las series contra la República Checa (triunfo 5-0 en el BALTC), Australia (4-1 en Sydney) y Eslovaquia (derrota albiceleste 4-1 en Bratislava). "¿Momento grato? La única serie que jugué de local, con los checos. La peor fue la que quedamos afuera en Eslovaquia, era muy dura, teníamos un gran equipo, veníamos de ganarle a Australia con Hewitt, pero no se nos pudo dar. Me tocó perder con Karol Beck, que después fue suspendido por dopaje por en aquella serie. Me dolió porque no pude dar ese punto", rememora Coria.
Gaudio ocupará la silla ante Colombia. Lo decidieron tras evaluarlo entre todos. "Tuve una oportunidad de ser capitán hace unos años y no se dio. Desde que tomé la decisión de sentarme en la silla pienso qué sentiré; todavía me lo trato de imaginar. El día que entre en la cancha y suene el himno, por ahí empiezo a sentir un cosquilleo. Ojalá, porque esa adrenalina de ser jugador no la volví a sentir nunca más con nada. Si encuentro algo que me hiciera sentir otra vez algo así, feliz", ilustra Gaudio. Y Coria cuenta: "Estoy emocionado de formar parte de este equipo de capitanes. Es una hermosa responsabilidad. Es una alegría estar unidos".
Gaudio, aun sin experiencia en el cargo, está convencido que ser capitán de Copa Davis no es lo mismo que ser entrenador. "Coach es el que está todo el año con los jugadores y tiene demasiadas oportunidades para mejorar cosas en el día a día. Ser capitán es otra cosa: es tratar de transmitir la experiencia que tuviste en ese lugar. Y ahí es donde me siento más cómodo. Mi habilidad debería ser tratar de sacarle lo mejor a cada uno", evalúa Gaudio. Coria lo observa, lo escucha.
Sí, volvieron a encontrarse.