GIMNASIA
Si no hay quien meta la pelota dentro del arco no hay milagros que valgan. Yo no creo en eso. Nunca lo vi al señor que hace los milagros; si alguien lo vio, que me lo traiga que lo pongo de 9." El ingenio y la ironía envuelven la frase de Carlos Timoteo Griguol, pero detrás de esas palabras se esconde el momento que acompaña a Gimnasia y Esgrima La Plata.
Segundo, a seis puntos de Boca, y con un partido menos, el equipo del Viejo Timoteo ya tomó como costumbre ganar o empatar en los últimos diez minutos. Sucedió en cinco de los once cotejos que disputó en el Apertura: tres de ellos los ganó (con Estudiantes, Newell’s y Huracán) y dos los empató (con Boca y Belgrano). En definitiva, si Gimnasia no hubiese revertido dichas situaciones, hoy tendría 16 puntos y compartiría la séptima posición con Estudiantes y Vélez.
La angustia convive en el bosque platense y Gimnasia parece haber firmado un pacto con ella para que no lo condene, sólo que lo asuste. "A los que sufren problemas cardíacos les aconsejo que igual vengan a la cancha, porque los partidos que estamos ganando, siempre sobre el final, no se los puede perder nadie", se sinceró Griguol, que después de su fugaz paso por el fútbol español al frente de Betis en la temporada 99-2000 regresó a La Plata con la clara intención de ubicar a Gimnasia en el lugar donde lo dejó: en la lucha por los primeros puestos.
Atrás quedó aquella increíble definición del Clausura 95, cuando en la última fecha cayó en su estadio con Independiente y San Lorenzo se quedó con el título. Ya han pasado cinco años de aquella frustración. De aquella noche en la que la fortuna les dio vuelta la cara a Griguol y Cía. y se desentendió de su suerte.
Por estos días, Gimnasia disfruta de un momento extraño, en el que la felicidad llega en el momento de máxima tensión. Griguol ya dijo que no conoce al señor de los milagros para ponerlo de 9, pero si hubiese que personificar a alguien con esa condición, el elegido sería Facundo Sava. El delantero ya anotó ocho goles en el Apertura y cinco de ellos resultaron clave para cambiar el lamento de la derrota por la satisfacción de un triunfo o un empate.
El Colorado marcó el segundo tanto con Boca, definió el clásico con Estudiantes faltando dos minutos para el final; anotó el tercer tanto frente a Newell’s; desató el festejo por la igualdad con Belgrano, y anteayer le dio vida a la locura tripera por el éxito sobre Huracán. Pero Sava no es el único destacado de este conjunto que, con los 24 goles a favor y 27 en contra, es el segundo equipo con más festejos y el tercero más vencido. Ariel Pereyra es el otro provocador de felicidades. El defensor ya tiene seis gritos en el torneo con la particularidad de haber marcado los tres penales que ejecutó.
Pese a que Griguol niega conocerlo, en La Plata se comenta que Gimnasia y el hombre de los milagros rompieron el pacto que dice que el deseado Nº 9 no juega al fútbol y que el Lobo no hace cosas sobrenaturales.
Finales electrizantes
Fecha// Rival// Res. final // Recuperación
1a San Lorenzo (V) 0-3
2a Chacarita (L) 2-0
3a Boca (V) 3-3 Perdía 1-3. Descontó Facundo Sava a los 45 minutos y a los 47 empató Ariel Pereyra.
4a Argentinos (L) 1-1
5a Unión (V) 2-0
6a Estudiantes (L) 3-2 Perdía 1-2. Empató Ariel Pereyra, de penal, a los 32 minutos y a los 43 Sava consiguió la victoria.
7a Newell’s (L) 4-3 Perdía 0-2 y 2-3. Sava igualó 3 a 3 a los 30 minutos, y Mariano Messera logró el triunfo a los 35.
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