Brooks Koepka, campeón de un US Open sacudido por las críticas de los jugadores
El US Open se caracteriza por ser el torneo de Grand Slam de golf más riguroso de los cuatro, excepto cuando las condiciones climáticas se empecinan en complicar el juego en el British Open. Nunca como en los últimos tiempos, el certamen que finalizó este domingo en Shinnecock Hills fue tan criticado por los protagonistas debido a la manera en que elevaron la dificultad del campo. Y uno de los que encabezaron la protesta fue Emiliano Grillo, que no superó el corte clasificatorio por un golpe luego de emplear vueltas de 76 y 73, para un total de 149 (+9).
Al margen de la polémica, el título quedó en manos del mismo jugador que se impuso en 2017. El estadounidense Brooks Koepka se convirtió en el primer jugador en tres décadas en ganar dos veces seguidas el Abierto de los Estados Unidos, al terminar la última ronda con 68 golpes para un total de 281 (+1) en Shinnecock Hills, Nueva York. Koepka venció por un golpe al inglés Tommy Fleetwood, quien terminó con 282, luego de una excelente última vuelta de 63 (-7).
El sábado a la noche, luego de que el torneo hiciera estragos en muchos jugadores por la feroz combinación del viento y los greens secos, el chaqueño atacó en castellano y en inglés a la USGA (United States Golf Association) por su forma de ajustar el campo. "A mí me da igual en la cancha que se juegue, es difícil y punto, lo que me parece del reino de la hipocresía es que la USGA es la entidad que quiere lograr que se juegue más rápido y hacer crecer el deporte... y dudo muchísimo que un torneo así logre cualquiera de los dos", escribió en Twitter. Enseguida dio otros argumentos en la interacción con sus seguidores: "El torneo es desesperante, ahí se vio el claro ejemplo, te da ganas de levantar la pelota e irte a ver el Mundial por tele tranquilo en tu casa". "Tees malos y banderas ridículas es la esencia del US Open. La cancha es muy buena para el torneo, pero la historia se repite, la cagaron". "En mi opinión, tienen un torneo al año y quieren ser centro de atención, no encuentro otro motivo".
A mi me da igual en la cancha que se juegue, es difícil y punto, lo que me parece del reino de la hipocresía es que la USGA es la entidad que quiere lograr que se juegue más rápido y hacer crecer el deporte... y dudo MUCHÍSIMO que un torneo así logre cualquiera de los dos.&— Emiliano Grillo (@GrilloEmiliano) June 17, 2018
Grillo venía en franca levantada en cuanto a juego y resultados, prácticamente sin fallar cortes, lo que le permitió un sostenido ascenso en el ranking hasta quedar entre los mejores 60 jugadores del mundo, requisito que lo habilitó para jugar en Shinnecock Hills. En las dos primeras vueltas del US Open le tocó los peores turnos de juego: la tarde del jueves y la mañana del viernes. Se despidió frustrado, al igual que otros que alzaron la voz. El español Rafael Cabrera Bello mencionó: "No fue un test justo. La USGA se las arregló para hacernos ver como unos tontos en la cancha. Destruyeron un gran campo de golf". El inglés Justin Rose dijo que algunas ubicaciones de banderas estuvieron "fuera de lo normal", mientras su compatriota Ian Poulter preguntó con ironía si es que "el payaso Bozo había preparado la cancha este sábado". Además se sumó la polémica alrededor de Phil Mickelson, que le pegó a la pelota en movimiento con el putter, sacado de quicio por la velocidad de los greens. Una acción que, en definitiva, pagó con dos golpes de penalización.
El torneo es desesperante, ahí se vio el claro ejemplo, te da ganas de levantarla e irte a ver el mundial por tele tranquilo en tu casa.&— Emiliano Grillo (@GrilloEmiliano) 17 de junio de 2018
Ante la sucesión de críticas, Mike Davis, director ejecutivo de la USGA, reconoció errores en la preparación a propósito de lo sucedido durante la segunda parte de la tercera vuelta, con greens que se secaron y en la que el entonces líder Dustin Johnson anotó 77 (+7), Scott Piercy empleó 79 (+9) y Rickie Fowler se frustró con 84 (+14). "Algunos aspectos de la preparación se nos fueron de las manos, ya que tiros bien ejecutados terminaron siendo penalizados. Sinceramente, debo decir que nos equivocamos con el viento. Sopló más fuerte de lo que pensábamos", explicó Davis, que agregó: "Mojamos los greens el viernes a la noche y el sábado a la mañana. No fue suficiente, pero seguiremos intentando que Shinnecock sea un test complicado, pero también justo".