Masters de Augusta. Cabrera y el viento: “Había jugado en días difíciles, pero jamás en una cancha como ésta”
El Pato se refirió a la fiereza del viento, pero no se excusó de su mala vuelta inicial de 79; también Grillo hizo +7; lidera Hoffman
AUGUSTA, Estados Unidos.– Ángel Cabrera jugó un putt de tres metros en el hoyo 14 de Augusta National y antes de que la pelota detuviera su marcha le sacó la vista, miró al cielo y se dio vuelta para buscar a su hijo, Ángel, que es su caddie. Como si quisiera tener una explicación del hecho de que la dirección del envío cambiara a 20 centímetros del objetivo.
Antes, en el hoyo 9, Emiliano Grillo había calculado el approach para que el viento, más intenso que nunca, arrastrara la pelota hasta el centro del green. Pero justo en ese momento, aunque suene de fábula, el viento entró en uno de los cambios de velocidad que dominaron en el Masters, la pelota alcanzó la pendiente y el green la devolvió al fairway, unos 10 metros más atrás.
El viento, imprevisible pero constante, fue el convidado de piedra en la primera vuelta del Masters y los dos argentinos lo sufrieron como tantos otros, pero con la consecuencia de terminar con 79 golpes, 7 sobre el par, a 14 del puntero inesperado, el estadounidense Charley Hoffman. Un par de minutos antes, cerca del club house, el español José María Olazábal (77 golpes, +5), campeón aquí en 1999, relativizó el efecto del fenómeno climático desmesurado. “Hoy he cometido un par de tonterías. Ya se sabe que el viento te hace la vida imposible en Augusta, pero es el Masters”, comentó el vasco, de 51 años. “Será que estoy poniéndome un poco viejo”, pensó.
El comienzo de Cabrera había sido alentador, con un birdie en el 2, mientras sus compañeros de grupo, el sueco Henrik Stenson (77, +5), ganador del último British Open, y el inglés Tyrrell Hatton (80, +8) penaban, casi sin encontrar los fairways como el cordobés.
“Fue un día bravo”, dijo Cabrera. “En la vuelta no pegué bien y no emboqué nada, así que no pude salvarme. La ida no fue tan mala, pero la vuelta... Fallé golpes, no me salvé arriba del green, así que ahí pueden estar las razones del score”, dijo.
–¿Se puede echarle la culpa al viento?
–No, no, no. El viento es para todos. Fallé muchos putts de dos y tres metros que debieron ser mejores, sobre todo en la vuelta.
–El approach anduvo mejor, ¿no?
–Mmmm... La verdad es que estaba difícil todo, medio incómodo para jugar. El viento estaba muy fuerte, y de a ratos cambiaba. Se hizo muy complicado.
–¿Cómo te irás a dormir esta noche? ¿Pensando en cambiar alguna cosa en particular?
–Tengo que hacer poco [bajo score], para seguir el fin de semana. Todo lo que sea bajo el par será bueno.
Lo cierto es que imaginamos que en 18 años jugando el Masters a Cabrera le habrán tocado días así de arduos. Imaginamos mal. “Nunca había jugado en estas condiciones en esta cancha, no; había jugado en días difíciles, pero jamás en una cancha como ésta”, expuso.
Grillo va por su segundo Masters. Su experiencia con el clima en Augusta no figura en la estadística. Pero que esta vez la sufrió más que el año pasado, en su debut, es incontrastable. Para el chaqueño, la mala tarde también tenía explicaciones y no excusas: “Hubo mucho viento, sí. Fue un día largo. Menos mal que terminó”, comentó apenas firmada su tarjeta, amargado pero no abatido, y aliviado porque había sufrido más que disfrutado el comienzo en su quinto major, resignado tal vez.
“El clima no se puede impedir, nadie puede controlarlo. La pelota no se movía arriba del green, así que había que seguir jugando”, abundó. Sobre aquella jugada del hoyo 9, apenas una circunstancia en la tarde en la que no había soluciones, prefirió no echarle la culpa a cuestiones externas a su juego: “Pegué mal el approach; la pelota no iba a ir a ningún lado. Así que por suerte hice cuatro”, descartó.
Con algo de filosofía, Grillo, que no hizo birdies, puso un candado al tema, como para pasar rápido a los asuntos de la segunda vuelta. “Lo de hoy no fue más que un día difícil, en el que las cosas no fueron dándose y se acumularon en el score. Es muy difícil recuperarse cuando todo se da así”, analizó. Se le pregunto si un resultado negativo tan abultado lo desanimaba. “Para nada. Todavía estamos aquí, así que es cuestión de seguir jugando”, respondió.
Los restantes sudamericanos en el Masters, el venezolano Jhonattan Vegas (78, +6) y el aficionado chileno Tomás Gana (81, +9), también cayeron en la redada del viento, y al menos rescataron un birdie en los 18 hoyos. A Gana, de 19 años, ni el resultado lo saca del estado de gracia: “Tengo que corregir un par de detalles, claro, pero la experiencia es increíble”, valoró. Para muchos otros y por un motivo distinto, la experiencia también fue increíble.
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