Gonzalo Quesada: los secretos del asistente de los Pumas para influir en lo táctico y mental
Si Mario Ledesma cambió la mentalidad de los Pumas, Gonzalo Quesada agregó otra dimensión al juego de ataque. El de 2018 fue el mejor Rugby Championship para los argentinos en sus siete años entre las potencias del sur, y el área en que más se destacaron es la que estuvo a cargo del exapertura del seleccionado. Los 18 tries anotados sirven para ilustrar esa cualidad, superando por mucho el récord de 11 conseguido en 2016.
El mérito de Quesada es doble. Apenas dos semanas antes del debut, contra Sudáfrica, se incorporó a un staff de entrenadores que ya venía trabajando desde principio de año con Jaguares, y proviene de un rugby disímil al del hemisferio sur, el de Francia. Pero la sinergia que logró con Ledesma no es casual, según contó en una charla para LA NACION luego de regresar de Salta y antes de tomarse unas pequeñas vacaciones previas a los entrenamientos con los Pumas para los test-matches de noviembre. "Mario y yo somos muy diferentes en muchas cosas pero coincidimos en las que son muy importantes para un equipo", justificó.
Quesada llegó a la Argentina un lunes, el martes fue presentado como entrenador asistente de los Pumas y como head-coach de Jaguares para la siguiente temporada, se incorporó a los entrenamientos en Newman el jueves y ese sábado partió a Durban para el primer partido, que sería una semana más tarde. No tuvo tiempo ni de desabonarse de la televisión por cable en Francia, donde todavía descansan sus pertenencias, aguardando encontrar un hogar en Buenos Aires.
En una charla que se extendió por una hora, hizo un balance de la actuación de los argentinos en el Championship, de su influencia en los planos táctico y mental, de su concepción de cómo se construye un equipo y de lo que pasó en la increíble derrota en la última fecha, frente a los Wallabies en Salta. "Todavía estamos buscándole la explicación", admitió. "Seguramente el equipo no estaba preparado para encontrarse 31-7 contra Australia. Contra Sudáfrica en Mendoza, cuando también se nos vinieron en el segundo tiempo, supimos defender con mucha entrega y siendo oportunistas. Un mes más tarde, es difícil explicar qué pasó. Evidentemente viene de la gestión mental de los líderes", reflexionó.
–Al margen de ese partido, a lo largo del Rugby Championship se vio un cambio en el equipo...
–Cuando nos encontramos en Australia ya con dos victorias, con varios momentos de los partidos en que las cosas salieron bastante bien y con el equipo mostrando esa actitud y esa identidad de las que tanto hablamos y que eran tan importantes para nosotros, podíamos pensar que se podía ganar algún partido más. Ese primer tiempo ante Australia, las dos victorias y varios pasajes del Rugby Championship nos dejan muy conformes. Es solamente una primera etapa y creo que hay mucho por laburar. No solo en la gestión de los partidos –contra Australia quedó muy en evidencia que hay mucho por trabajar–, sino también en detalles: obtención, defensa, ataque.
–¿Cuál es tu función específica en el staff de los Pumas?
–Ser el entrenador del ataque. Los lanzamientos, el sistema de ataque y el ataque con el pie. Agregamos un par de armas. Y lo bueno con Mario es que hay mucha interacción entre los entrenadores.
–¿Cómo fue tu adaptación a un sistema de juego que ya se venía trabajando desde principios de año con Jaguares?
–No esperé a comprometerme con los Pumas para saber qué hacía Mario. Hablo con él desde hace muchos años. Desde que empezó a trabajar como entrenador y estuvimos cerca de terminar los dos en Stade Français hablamos varias veces. Cuando el año pasado apareció la opción de Jaguares yo estaba comprometido con Biarritz, hablamos, también. Mario y yo somos muy diferentes en muchas cosas, pero compartimos las que son muy importantes para un equipo. En toda esa parte de cultura de equipo, de identidad, de valores, de cómo fijar los objetivos, de cómo se construye un equipo, estamos totalmente de acuerdo. Y en el sistema de ataque, compartimos la idea de la forma en que se tiene que jugar el rugby de hoy. En lo que es esencial, compartimos la visión. Después, tenemos personalidades muy complementarias y nos respetamos y somos buenos amigos.
–¿Cuáles son esas diferencias?
–Somos muy amigos desde que tenemos 18 años. Pasamos vacaciones juntos, jugamos en Buenos Aires, en los Pumas. En alguna parte de nuestras personalidades somos muy parecidos; en otras, menos. Mario es mucho más directo, más frontal. Yo soy más conciliador. El camino que él elige es el más difícil. Decir las cosas de frente en el buen momento está bueno y es algo que respeto mucho de él. A mí me lleva más tiempo. En la forma de conducir no somos tan diferentes. Compartimos la noción del detalle, de llevar al equipo en la parte mental, de expresarse, de responsabilizarse, de darle al jugador una parte fundamental y que se haga dueño de su destino. Eso nos parece importante. No nos gusta servirles toda la información en bandeja y que los jugadores ejecuten, sino que estudiamos, respetamos nuestra responsabilidad de entrenarlos y también les damos armas a ellos para responsabilizarse, estudiar, tener el destino entre sus manos, ser adultos, mostrarse vulnerables cuando hay que serlo, mostrarse humanos, y crear así lazos fuertes, crear el famoso compromiso. Cuanto más hablo, más nos parecemos.
–¿Tuvo que ver él en tu aceptación del cargo?
–Yo venía de ser head-coach ocho años y tenía que concentrarme en mi papel de asistente. El único caso en el que aceptaba no ser head-coach era el de los Pumas, y el único head-coach debajo del cual yo estaba como para trabajar era Mario. La convivencia nos confirmó que podíamos laburar juntos, que compartíamos la visión de cómo hay que vivir esto, de cómo podemos lograr que los Pumas sea un equipo exitoso.
–Tenés una preparación importante en coaching mental. ¿Ejerciste algo de eso en estos primeros meses?
–Mi rol en los Pumas fue entrenar el ataque. Y cuando uno entrena, entrena seres humanos. Para mí el factor humano es lo más importante. Un equipo anda bien cuando se expresa y los jugadores disfrutan de estar donde están. Y eso es un laburo. Hay que tener un poco de empatía y no proyectar lo que era uno como jugador. Mario también tiene mucha sensibilidad en la parte mental, así que en esa parte no ejercí mucho.
–¿Los Pumas están en ese punto de disfrutar lo que hacen?
–La exigencia para este tipo de equipos es mucha. Ellos son jugadores de alto rendimiento, compiten contra rivales que siguen estando mejor preparados, que tienen más jugadores y mejores condiciones de preparación. Es importante, cuando uno pasa 11 meses exigiendo al máximo a los jugadores, generar un ambiente de trabajo en el que exista ese disfrute, en que el jugador esté bien ante esa exigencia. Es importante dar sentido a todo lo que se hace, que los objetivos sean compartidos, que construyamos juntos el "quiénes somos y a dónde vamos". Como dice Mario, disfrutar y divertirse no son lo mismo. Nos divertimos cuando hacemos un asado los martes antes del día libre y contamos chistes. Disfrutar es hacer dos horas de físico y saber que eso está dando las armas para después jugar a la intensidad que queremos.
–¿Con qué equipo te encontraste cuando llegaste?
–Lo que vi desde dentro la semana antes de que empezara el Rugby Championship fue un espíritu que se había generado. Los franceses le dicen "état d’esprit", que no tiene traducción. Mental y espiritualmente lo vi muy bien. Es admirable el trabajo que hizo Mario. Lo que yo encontré el primer día fue un equipo comprometido, sentí que ellos estaban disfrutando de estar ahí. Si algo me parece importante es trabajar en el alma del equipo, en los lazos.
–Después de 18 años y medio en Francia, ¿te acomodaste a la Argentina?
–En los últimos dos meses estuve ocho o nueve semanas afuera. Es un esfuerzo grande. Cada día en que estuve acá me la pasé buscando un lugar para vivir. Sentía que tenía que levantar un poco el pie del acelerador y me metí en algo que consiste en dos años sin parar. Era el momento como para hacerlo. Estoy feliz de haber aceptado. Disfruté mucho. Me gusta tener estas dos funciones porque en los Pumas disfruto de ser entrenador específico de ataque, y en Jaguares, de ser manager, como lo hice en mis últimos años. El día en que tenga acá mi casa y mi rutina, creo que va a ser más fácil.
–¿Cuál va a ser la política para convocar jugadores de Europa en la ventana de noviembre?
–Lo maneja Mario con la UAR. Creo que lo que está claro es que se sigue llamando a jugadores que no juegan en Europa, salvo casos específicos, como ahora con los primeras líneas. Todavía no nos juntamos para hablar de la lista.
–¿El apertura puede ser una necesidad específica?
–Es una de las charlas que hay que tener. Hasta ahora tuvimos mucha suerte con Nico [Sánchez] que jugó todo el Súper Rugby y todo el Championship. Rete [González Iglesias] ya jugó. Está Juanchi Mallía, al que queremos ver como 10. Está Tito Díaz Bonilla. Si Mario lo considera necesario tomará la decisión de llamar al alguien. Para mí es el máximo desafío tomar un equipo en el que el 10 de los últimos tres años no esté más.
–¿Qué te encontraste en materia institucional?
–En la parte organizativa, la UAR evolucionó mucho. Siento una energía y una visión común que son muy interesantes. Obviamente, en comparación con las condiciones en que se preparan otros equipos, como Francia, de donde vengo, hay laburo por hacer todavía. En infraestructura, en dónde nos entrenamos, en cantidad de jugadores disponibles... Pero hay una visión común. Hay mucho trabajo en condiciones que no son las ideales, pero dan ganas de arremangarse porque todos están haciendo el máximo para que las cosas salgan bien.
Y más adelante, Jaguares
Apenas finalizada la ventana de noviembre de los Pumas, Gonzalo Quesada se abocará a su otro desafío: ser head-coach de Jaguares. Para tal misión ya confimó a Andrés Bordoy como entrenador de forwards. El expilar rosarino jugó en Brive, La Rochelle y Pau, donde desde 2014 se desempeñaba como preparador de delanteros.
–¿Cuándo se conocerá la designación del entrenador de backs?
–Hoy por hoy no hay nada que esconder. Los únicos miembros confirmados somos Bordoy y yo. Se está definiendo el prepararador físico, el team manager, el staff médico... Primero se determinará el plantel y después el staff. Se sabe que los dos entrenadores que yo quería eran Andrés y Juan Fernández Miranda. Se está avanzando y esperemos que se defina rápidamente.
–¿Por qué elegiste a Bordoy para los forwards?
–A Andrés no lo conocí como jugador, no nos cruzamos. Pero cuando él era entrenador de forwards de Pau y yo quería prestar jugadores de Stade Français nos hablamos. Después, en Biarritz, hicimos entrenamientos en conjunto y hablamos varias veces. Él estuvo seis años en Pau, fue creciendo. Estuvo mucho en el centro de formación, trabajando con jóvenes, haciéndose de abajo. Ese trabajo es el que más se necesita acá. Me gustó el perfil, me gustó cuando hablamos. Me pareció muy trabajador, muy serio. Me parece que haber estado con entrenadores neocelandeses, como Simon Mannix y Carl Hayman, le dio un método de trabajo muy interesante, más anglosajón, que se parece a lo que a mí me gusta. Está bueno que yo no soy amigo, y está bueno que no es de Buenos Aires. Yo me la jugué viniendo y él se la jugó acompañándome, pese a tener la posibilidad de seguir en Pau.
De nuevo al ruedo: empezaron las prácticas de los Pumas para la gira por Europa
El seleccionado argentino retomó los entrenamientos el último jueves en Newman, con miras a una exigente ventana de noviembre. En Europa se enfrentarán con Irlanda, el sábado 10 en Dublín; con Francia, en Lille el 17; con Escocia, en Edimburgo el 24, y con Barbarians, en Londres el 1 de diciembre.
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