INDEPENDIENTE
La memoria no debe esforzarse demasiado para rememorar el éxito; las épocas de gloria no son tan distantes en el calendario. Independiente añora el pasado. Ese que lo erigió en el orgullo nacional... Ese que lo convirtió en un ejemplo para todo el fútbol argentino; en lo deportivo y en lo institucional. La nostalgia es grande. Sobre todo cuando se cierran los viejos álbumes y se regresa en forma violenta a la realidad, quizá la más cruda de la historia. Acuciado por una deuda que alcanza los 27.000.000 de dólares, las internas políticas recrudecieron en el seno de la entidad y los resultados deportivos no son congruentes con la historia de un club grande, de un Rey de Copas.
Otro episodio político se suscitó ayer. Un grupo de socios se autoconvocó en la sede de la avenida Mitre. El reclamo fue puntual: se solicitó el regreso de Daniel Grinbank. "Eso fue lo que votamos en la última elección", rezó el argumento general. El empresario se alejó del club por desacuerdos con la conducción de Pedro Iso, en abril último.
El petitorio constó de más item. También se exigió que Alberto Fernández Arsuaga, coordinador del fútbol profesional, se aleje de las decisiones futbolísticas y que se tenga en cuenta la opinión de Ricardo Bochini respecto de las futuras contrataciones. También se mencionó la posibilidad de crear un fondo de inversión para contratar futbolistas. El reclamo será estudiado y el jueves próximo habrá una nueva reunión.
Al encuentro concurrió más de un centenar de asociados. Sólo cinco ingresaron en el edificio y dialogaron con los miembros de la comisión directiva, en representación de los demás. Excepto algún insulto para algún miembro de la actual conducción, todo se desarrolló con calma y sin inconvenientes.
El grupo se hizo presente porque ya no pudo contener la preocupación. En algún momento surgió la comparación con Racing. No es para menos. Los números son alarmantes. En 1991, cuando asumió la presidencia de Horacio Sande, el pasivo sumaba 1.300.000 dólares. Jorge Bottaro comenzó su mandato en 1994 y por entonces la deuda alcanzaba los 6.000.000 de dólares. Bottaro dejó un pasivo de US$ 19.331.035 y fue sucedido por Héctor Grondona. Bajo su conducción, el club padeció el pasivo más alto de la historia: 27.784.189 dólares. Pese a todo, Grondona redujo el déficit a US$ 24.600.000.
Iso regresó al club en diciembre último con la intención de desempolvar la gloria olvidada y encarrilar las cuentas. En su paso anterior, entre 1988 y 1991, Independiente brilló: se consagró campeón local y contaba con unos 80.000 socios. Todavía se recuerda por Avellaneda esa campaña que pugnaba por reunir 100.000 asociados.
Iso se topó con un panorama desolador. Hasta pensó en renunciar, desanimado por los inconvenientes financieros y por el embargo que le trabó al club César Luis Menotti, ex entrenador del Rojo, en junio último.
El éxodo de futbolistas una vez finalizado el último torneo Clausura aportó poco alivio. Sólo las transferencias de Cristian Díaz, a Udinese, y de Raúl Cascini, a Toulouse, reportaron ingresos. Unos 3.000.000 de dólares. Demasiado poco para las arcas tan comprometidas.
Como si fuera poco, el hincha exige que se corte la sequía de títulos. Hace cinco años que Independiente no grita campeón. El último logro fue la Copa Mercosur, en 1995, con Miguel Angel López como entrenador. En el certamen local, la última conquista se registró con la dirección técnica de Miguel Brindisi, en 1994. Suena extraño para quien luce en sus vitrinas 15 títulos internacionales.
Así están las cosas por el lado rojo de Avellaneda. Una deuda inquietante, malestar político, frustraciones deportivas... Algo impensado años atrás, cuando Independiente era considerado un modelo por imitar. Claro, todo pasa...
Una cita con la AFIP
Otra día clave en la economía de Independiente. El club de Avellaneda está obligado a depositar hoy en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) una cifra cercana a los 500.000 dólares, correspondiente a la primera cuota de la moratoria que la entidad pactó con el ente fiscal. La deuda de Independiente data de 1998 y 1999 y se produjo por retenciones del impuesto a las ganancias no depositadas en la AFIP. La mayoría de ellas se debe a los sueldos y transferencias de los futbolistas bajo la conducción de Héctor Grondona.
El monto original de la deuda alcanza los 6.000.000 de dólares, pero merced a la moratoria se redujo a poco más de la mitad. Un dato significativo: si la institución no cumple con la primera cuota, el acuerdo quedará sin efecto e Independiente deberá afrontar el pago sin reducciones. Los dirigentes son optimistas con respecto al futuro. Es más, según se mencionó, se cancelará la obligación con un adelanto de dinero que llegará desde la AFA.
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