Juegos Olímpicos de la Juventud: B-Boy Broly y el breaking, de un hobby a la conquista de una medalla de plata

Mariano Carvajal, B-Boy Broly, es subcampeón olímpico: el representante argentino cayó en la batalla por el oro junto a la italiana B-Girl Lexy y se colgó la medalla de plata en la modalidad mixta del breaking, una disciplina que hace su primera aparición olímpica en estos Juegos de la Juventud de Buenos Aires 2018 .

La medalla es un gran premio al esfuerzo y la dedicación de Broly, aunque la conquista no se sumará al acumulado en el "medallero argentino" dado que se trata de un equipo mixto entre representantes de diferentes naciones y las éxitos que son compartidas por dos o más países se consideran bajo bandera olímpica. Es decir, no se contabilizan para ninguno de los dos países, aunque en los Juegos Olímpicos de la Juventud tampoco exista el tradicional medallero olímpico oficial.

Después de haber perdido en los cuartos de final en el certamen individual, Broly quedó emparejado con Lexy –quien también había sido eliminada en los cuartos de final– de acuerdo al ordenamiento establecido para determinar las parejas: de acuerdo al ranking final, el campeón masculino competió junto a la peor representante de las doce mujeres y así sucesivamente hasta definir a las doce parejas.

En su camino hasta la final, Broly y Lexy vencieron en las semifinales al campeón olímpico masculino, el ruso Bumblebee, quien formó pareja con la austríaca Ella. En la final los frenó la japonesa Ram, consagrada en la rama femenina, junto con el vietnamita B4.

Broly se enamoró del break dance a los cuatro años, cuando por primera vez se escabulló en una clase que su papá, Yovany, le estaba dando a sus alumnos en en General Fernández Oro, una ciudad de 19.000 habitantes ubicada en Río Negro. Mariano eligió Broly como nombre de batalla en homenaje a un villano de la popular serie Dragon Ball Z, el dibujo animado favorito de su padre.

Recién a partir de 2009 empezó considerar seriamente al breaking: "No le daba mucha bola porque era un hobby, un pasatiempo. Pero en 2009 me lo empecé a tomar en serio, más profesional. No podía estar sin bailar. Quería hacer otras cosas, jugar al fútbol o al handball, pero no podía. Quería bailar y hoy el breaking es mi vida, todo gira en torno al breaking", analizó ante LA NACION después de su participación individual.

En un deporte que capturó la atención de muchos en el Parque Urbano de Buenos Aires, Broly brilló y redondeó una travesía que describió como "la mejor de su vida". Su futuro seguirá ligado al breaking, a la espera de que algún día el deporte que ama se sume al Juego Olímpico de mayores para poder ir en busca de otra medalla.