La difìcil vida de los ATP 250
La ciudad de Indianápolis está consternada. Luego de 89 años dejará de tener su torneo profesional de tenis creado en 1921 y en negociaciones de último momento, la USTA, buscaba quedarse con los derechos de explotación de ese campeonato para llevarlo a Atlanta en 2010. Los dueños del torneo le retornaron esa fecha a la ATP luego de cuatro años de no conseguir beneficios económicos. Dos factores fueron determinantes para eso: RCA, la empresa de audio y video, dejó de darle su nombre al torneo en 2006 y nunca pudieron conseguir un reemplazo. La otra cuestión fue la ubicación en el calendario: Indianápolis, torneo ganado en 1980 y 1981 por José Luis Clerc cuando se jugaba en clay, abarca la semana del 19 al 25 de julio y está fuera del radar de los grandes jugadores y patrocinantes. Comparte soledades con el depreciado Abierto de Hamburgo y queda aún muy lejos del US Open. La devolución de la fecha a la ATP tuvo el impacto de una pérdida que altera el ritmo de vida cotidiano. Hace diez años hasta la entregaron una Harley Davidson al vencedor. Ahora se marchan de la ciudad casi a la misma velocidad.
La noticia parece quedar lejos, pero en un mundo interconectado como lo es el tenis, cualquier movimiento interno, si no se lo controla, puede terminar en un cataclismo. Si el tenis es un mundo, cada fecha de su calendario es un pliegue que puede generar derivaciones insospechadas con sus desplazamientos. Indianápolis abandona su torneo, además, porque en los buenos tiempos iban 90 mil espectadores en la semana y en la edición de 2009 bajaron a 41 mil. Que el torneo haya tenido una "all american final" tampoco contribuyó a su éxito.
Otro torneo en problemas en Estados Unidos es el de Los Angeles (26 julio-1 agosto), escenario en el que Juan Martín Del Potro consiguió su primer título en canchas de cemento en 2008. No tener un "title sponsor" le reportó pérdidas por un millón de dólares en 2009, daño absorbido por la federación de California. Así y todo, Novak Djokovic y Del Potro confirmaron su presencia para 2010. No es mejor la situación del SAP Open de San José (8-14 febrero), célebre torneo ganado entre otros por Arthur Ashe, John McEnroe, Iván Lendl, Stefan Edberg, Pete Sampras, Lleyton Hewitt y Andy Murray. A los organizadores les cuesta cada vez más contar con tenistas top y por eso encontraron el "filón" de armar una exhibición con Pete Sampras cada temporada para dar inicio oficial al torneo: su rival de 2010 será Fernando Verdasco.
"Los patrocinantes piden nombres de primera línea y cada vez que buscamos a los mejores nos dicen que sí vendrán, pero el año próximo: Rafa Nadal nos repite eso desde 2007..." , comentaba uno de sus promotores a The Wall Streer Journal a fines de noviembre. Contó también que hasta le aseguraron que pondrían diariamente en el menú pasta con frutos de mar, la comida preferida de Nadal. Pero ni así lo tentaron.
Los tres ATP señalados tienen algunas cosas en común. De alguna manera sufrieron las consecuencias del crack financiero de 2008 ya que varios torneos en Estados Unidos tenían como patrocinantes a entidades bancarias y compañías de seguro. La otra ¿desgracia? que comparten es que son torneos de categoría 250, la escala más baja dentro del calendario anual de ATP. Los torneos 250 padecen una doble dificultad: no suelen contar con jugadores top y pierden interés cuando quedan alejados de las grandes citas del tenis. Un campeonato como Eastbourne también es 250, pero al ser el hall de entrada de Wimbledon, su importancia como torneo preparatorio en césped le da otra relevancia.
Pero aunque sea global el tenis está atento a los fenómenos locales. El ATP de Viña del Mar, movido desde 2010 a Santiago, se apoya en la presencia de Fernando González para garantizarse una buena respuesta. González fue top ten y siempre ha jugado el torneo. Buenos Aires es otro ejemplo. Cuando pudo tuvo hasta al número uno del mundo (Gustavo Kuerten en 2001) y la participación de David Nalbandian le dio al campeonato una categoría superior al nivel de 2010. Y a diferencia del anciano torneo de Indianápolis, el todavía joven ATP porteño, suele tener una media de espectadores que oscila entre los 57 mil y 60 mil asistentes por semana, una cifra interesante en la comparación con otros torneos en otras ciudades. El fesejo de su diez años de vida proyecta una buena concurrencia para febrero.
Es por eso que el debate y la tendencia sobre el cambio de superficie en Latinoamérica para 2011, al margen de generarle inconvenientes a los jugadores "ladrilleros", puede tener como intención darle una utilidad posterior a los torneos de 250. Adaptarlos al cemento para que puedan competir con otros campeonatos en la misma fecha y empezar
a vincularse con Indian Wells y Miami que llegan en marzo y bloquean todo el mes. La excepción sería Acapulco (torneo categorìa 500 combinado de varones y mujeres) que siempre cuenta con dos jugadores de cartel. La ATP ya armó para 2011 un calendario provisional que pone a la Telmex como torneo de polvo de ladrillo. Veremos.
La posibilidad de hacer del ATP de Buenos Aires un extraño pero viable reducto del cemento puede tener un sentido más abarcador que suponer si se puede contar con Del Potro. Puede ser, inclusive, una idea de supervivencia para un circuito que ya cruje en diferentes puntos del planeta. Ser un 250 y sobrevivir con éxito indica que hay que adaptarse a la selva y no confrontar con ella.
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