La eliminación golpeó en Madrid y la suerte de Solari depende de la Champions League
MADRID.– A Santiago Solari lo designaron director técnico de Real Madrid luego de que una goleada por 5-1 de Barcelona en el Camp Nou acabara con el breve ciclo de Julen Lopetegui, a fines de octubre. Aquella vez no jugó Lionel Messi, que se estaba reponiendo de una lesión en un codo. Anoche, la presencia del rosarino fue testimonial porque influyó poco y nada en el juego, y al entrenador argentino le tocó sufrir una goleada en el clásico cuando su gestión va por los 120 días. A diferencia de Lopetegui, su continuidad no corre riesgo, por ahora y en el corto plazo, a la espera del veredicto que entregue la Champions League, la única competencia en la que el Madrid tiene posibilidades. La próxima semana defenderá de local la victoria 2-1 ante Ajax en Amsterdam y, en caso de clasificarse a los cuartos de final, habrá que ver qué le depara el sorteo a este tricampeón europeo que ha hecho de la Orejona un flotador para reivindicar su prestigio y estirpe ganadora.
Como consuelo, a Solari le queda que su equipo no fue futbolísticamente inferior a Barcelona. Pero penó en las dos áreas. Perdonó en la catalana y fue vulnerable en la propia. Ahí radica la explicación del 0-3. El argentino, que nunca pierde la compostura en las conferencias de prensa y se cuida mucho de no pisar el palito en sus respuestas, también hizo un resumen correcto: "El fútbol también es contundencia. Estuvimos aplicados, con energía, pero nos faltó eficacia. Caímos con honor, pero estamos tristes porque es un golpe duro".
Más sobre el futuro
El sábado volverá a estar frente a Barcelona por la Liga: "Esperemos que entren todas las que no entraron hoy. En el fútbol hay que ponerse rápido de pie. Hablar de justo o injusto es difícil en el fútbol. Felicito al rival porque hizo méritos para pasar".
Desde que asumió, el sello de Solari en la formación pasó por la promoción del canterano Reguilón en lugar de Marcelo, el respaldo al juvenil brasileño Vinicius por encima de Bale y la inclinación del laborioso Lucas Vázquez por los más talentosos pero discontinuos Isco y Asensio. Los tres le respondieron con buenos rendimientos. Y el público apoyó anoche su elección cuando al ingresar Bale en la segunda etapa fue silbado, como respuesta al poco compañerismo del galés en el partido anterior, en el que tras convertir un penal se sacó de encima de un empujón a Vázquez en el festejo. Bale está muy fastidiado por ser suplente.
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