El 120° Campeonato Argentino Abierto HSBC. La fiesta de Palermo se vivió a pleno
Famosos, curiosos y seguidores del deporte conviven en un día especial; todo el glamour y la elegancia del Abierto
Blanco es el color preponderante en este singular universo. Se trata de un exclusivo club en el que todos se muestran. La final del Campeonato Argentino Abierto es un lugar tan único y extraordinario. Es difícil encontrar un acontecimiento que englobe un público tan variopinto como el que año tras año acompaña la final del mundo del polo.
Por la fastuosa pasarela en la que se convierte la calle central de Palermo se mezclan personajes como el actor Ricardo Darín, el cantante Diego Torres, con deportistas consagrados como David Nalbandian, David Trezeguet y Agustín Pichot. Pero eso no es todo, también hay lugar para la política y el empresariado. Sonrientes estuvieron presentes el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, junto con su esposa, Juliana Awada; mientras que el CEO de la automotriz Fiat Argentina, Cristiano Rattazzi, también desfiló por la avenida más concurrida y elegante de la temporada. Todo esto es parte de un espectáculo inigualable.
Como sucede todos los años, gente de todo el mundo se acerca a ver el espectáculo. Es una fiesta cosmopolita. Para la final número 120, que coronó a La Dolfina, llegaron visitantes de Alemania, Estados Unidos, Inglaterra, Australia, Brasil, Chile y Uruguay, entre otros.
Uno de los grupos más nutridos fue el oriental. Cerca de 150 uruguayos arribaron a Palermo para alentar a David Stirling, que sufrió un gran susto cuando se cayó en el sexto chukker. Con banderas de su país, fueron los que más alentaron a los ganadores de la Triple Corona. Pero no fue el único grupo. Unos 50 alemanes también disfrutaron de una tarde calurosa en la ciudad. "Es la segunda vez que vengo; es algo formidable", dijo Nicklaus, que en esta oportunidad viajó con su esposa. "Me convenció de venir y la verdad es que valió la pena", agregó Adelle.
En los stands hubo de todo. Entre los más visitados estuvo el de Nespresso, que contó con la presencia de los cocineros Dolli Yrigoyen, Osvaldo Gross y Mauro Colagreco, que hicieron las delicias de los presentes con sus creaciones. Otra de las novedades fue el Palermo Polo Experience, el Hospitality Oficial de la Asociación Argentina de Polo, que contó con la presencia de Iván de Pineda como animador. Entre los invitados se destacaron Tommy Lee Jones, Gonzalo Pieres y Lara Bernasconi.
Pero también hubo show en la cancha. Antes de que la bocha comenzara a rodar, el equipo militar de paracaidismo, que integraron el coronel Hugo Peralta, los sargentos Fernando Conil, Hernán Frías y Sergio Paves, la cabo primera Juana Canous y el cabo Leandro López, aterrizó con los colores patrios y vestidos con las camisetas de los equipos.
Con el final, la callecita central se llena rápidamente. La música gana la escena. Los jugadores celebran en el podio, pero la atención de la mitad de las 15.000 personas que presenciar el encuentro está en otro lado. El sol cae lentamente en Palermo y el champagne -la botella de un litro estaba a 220 pesos- y la cerveza -tres botellas pequeñas por 90 pesos- afloran con fuerza.
Los mundos que convivían hasta hace unos minutos comienzan a separarse. Los que buscan en Palermo ver el mejor polo del mundo emprenden de manera veloz la salida con la satisfacción de haber visto un partido de lujo. Los otros, los que llegan embelesados por el glamour y la estética, seguirán la fiesta un largo rato con el mismo sentimiento. El Abierto volvió a vivir un día de fiesta inolvidable.
lanacionar