River. "La gente está identificada conmigo porque acá hay que jugar bien y ganar"
Ortega volvió al Monumental y afloraron los recuerdos: "Todos saben lo que siento por esta camiseta", dijo; hoy, se entrenará con el plantel
La primera declaración sintetizó el sentimiento que lo embargaba. “Tenía muchas ganas de volver, realmente estoy muy contento. No puedo decir otra cosa porque todo es felicidad. Este momento lo comparto con la gente que me ayudó a estar acá: Claudio Luna –su representante–, [Rodolfo] Cuiña, [José María] Aguilar, [Mario] Israel... El presidente [Eduardo] López también me cumplió la palabra, me había dicho que iba a arreglar todo para que pudiera venir”, manifestó Ariel Ortega, desbordante de alegría, que tampoco se olvidó del titular de la AFA Julio Grondona, que avaló la transferencia e intervino para destrabar la compleja situación para que se alcanzara un rápido acuerdo. El soñado regreso a River es finalmente una realidad, y el rostro del jujeño reflejaba la misma frescura que cuando llegó a Núñez, en 1990.
No hubo una presentación ostentosa para el retorno del ídolo. La visita al Monumental sirvió para estampar la firma del contrato válido por tres años y contar sus emociones antes de emprender el viaje a Mar del Plata, donde lo espera el resto del plantel para realizar la pretemporada. “Me imagino mil millones de cosas, aunque se me hace difícil expresar todo lo que siento. Ahora quiero empezar a entrenarme con mis compañeros”, explicaba el Burrito en la sala de secretaría del club. No mienten sus palabras, porque el cariño que existe entre el futbolista y los millonarios es genuino y las partes siempre se profesaron afecto. “Todos saben lo que siento por esta camiseta y lo que deseaba vestirla otra vez. Fue muy complicado, siempre se decía que volvía. Se hizo un poco largo”, explicaba el atacante.
Con el comienzo de cada torneo Ortega y River escribían un nuevo capítulo de la novela que ayer tuvo su epílogo. La relación pasó por momentos tormentosos, en especial después de aquel duro gesto –hizo señas para que los dirigentes paguen si en verdad deseaban que volviera a Núñez– cuando vestía la camiseta de Newell’s. “Se dijeron un montón de cosas. Soy un agradecido de la gente de River, nunca le haría un gesto al hincha de River ni a ninguna hinchada porque trato de ser respetuoso. Si alguien interpretó mal esas cosas, agaché la cabeza y pedí disculpas. Ya lo aclaré, les pedí disculpas a Aguilar, a Israel y a la hinchada. Ya pasó. El hincha de River nunca se sintió dolido porque no fue un gesto hacia ellos. Nunca le faltaría el respeto a gente que me tienen como un ídolo”, se confiesa. Y añade: “Me voy a esforzar de la misma manera que lo hice siempre que entré a una cancha. Trato de hacer lo que sé, jugar bien al fútbol, ir para adelante. La gente de River está identificada conmigo porque acá tenés que jugar bien y ganar campeonatos. Por eso creo que me idolatran y me tienen como un referente, porque no les fallé nunca y ahora menos”, dice y se le iluminan los ojos.
Es cierto, la idolatría continua vigente y ayer hubo una clara muestra de ello, porque apenas bajó de las oficinas del Monumental un grupo de chicos pertenecientes al instituto corrieron a fotografiarse y a pedirle un autógrafo. No faltó tampoco aquel simpatizante que recordó que ya habían pasado 10 años de la conquista de la última Copa Libertadores, un trofeo que los millonarios intentarán obtener en la presente temporada. “Fue uno de los momentos más lindos que viví. Cómo estaba la cancha ese día. Fue algo maravilloso, ojalá lo pueda repetir. No hay nada más lindo que salir campeón, y una vuelta olímpica con esta camiseta es lo máximo”, rememoró, y al mismo tiempo se apenó por no poder jugar el desquite ante Libertad, de Paraguay, por los cuartos de final del máximo torneo continental de clubes. “Es una lástima. Me encantaría, pero no se puede porque jugué la Libertadores con otro club (Newell’s). No se puede inventar nada para revertir la situación, pero igual voy a estar con mis compañeros”.
En un plantel donde existe un único referente –Marcelo Gallardo– la presencia de Ortega generará una nueva alternativa para el liderazgo del grupo que comanda Daniel Passarella. La responsabilidad del jujeño seguramente no se limitará a los que suceda adentro de la cancha. Su experiencia será importante para tantos jugadores juveniles como Gonzalo Higuaín, Augusto Fernández, Gonzalo Abán, entre otros. “Con Marcelo [Gallardo] tenemos una muy buena relación, fuimos compañeros en River y en la selección. El reto que se nos presenta es para todos, y eso es lo lindo. A los más jóvenes trataré de ayudarlos con lo que pueda, y la mejor manera sería si podemos ser campeones. Igualmente, por ahora no quiero ni puedo dar un pronóstico de eso, simplemente quiero hacer una buena pretemporada y estar a disposición de Daniel [Passarella].
El día de ayer comenzó temprano para Ortega. La revisión médica en una clínica de Belgrano, el paso por el Monumental para rubricar el contrato, y finalmente el viaje a Mar del Plata para sumarse al plantel. Desde hoy empezarán las prácticas con un único objetivo: la primera fecha del Apertura. “¿Si me imagino algún número de camiseta? Cualquiera, lo importante es que tenga la banda en el medio. El resto es lo de menos: jugué con la 7, la 10, la 20”.
- El jueves tratarán la situación de Julio Cáceres
Concretada la incorporación de Ortega la consigna de los dirigentes es llegar a un acuerdo para que Julio César Cáceres continúe en el plantel. Pasado mañana habrá una reunión en donde las partes definirán las posturas; ayer por la tarde, en el edificio de la AFA se juntaron los presidentes José María Aguilar y Eduardo López. El arribo de Fernando Belluschi es poco factible.
La estima por Passarella
“El me conoce muy bien y es una de las mejores personas del ambiente del fútbol. Siempre me ayudó, en lo personal y futbolístico. Lo quiero mucho”, fueron las palabras de Ortega al referirse a Passarella; el Káiser fue el DT que lo hizo debutar en primera, en 1991.
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