La heredera
PAMPLONA, España (EFE).- La argentina Andrea González, de 21 años, se consagró campeona mundial en los 300 metros contrarreloj, tras adjudicarse la competencia en la jornada inaugural del Mundial de patín carrera.
González marcó 29s10/100, mientras que su más inmediata escolta, la española Eva Lizarraga, tuvo un registro de 30s18/100. La argentina María Eva Richardson finalizó vigésima cuarta, con 32s37/100.
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Alegrías como ésta son las únicas que pueden tapar algunas tristezas. Como la de aquella tarde en Mar del Plata, cuando acariciaba la medalla de bronce en los 300 metros en ruta y una falla en la medición de tiempos le significó una penalización y el adiós al sueño de subir al podio en el Mundial del año último.
Ni siquiera ahí pudo tener su revancha a otra injusticia de días previos, cuando un roce con otra competidora en plena clasificación la dejó fuera de la final de los 500 metros. Aún como representante de José C. Paz y particularmente del Club Italiano, para el que actualmente corre, quería dejarle su reconocimiento a la Mar del Plata que la recibió desde 1995. Pero pagó algo de la deuda con el bronce en una de sus especialidades: los 500 metros en ruta. Pero no quedó del todo conforme. "Voy a ser campeona del mundo", le había prometido a su gente, y no había podido cumplir.
Se fue con esa carga sobre sus hombros rumbo a Pamplona, casualmente la ciudad donde su corazón comenzó a hacerle un lugar a Javier Mc Cargo, otro patinador marplatense con quien compartió los entrenamientos del seleccionado nacional. Fueron este amor y el entrenador Carlos Lugea los que la convencieron para dejar su José C. Paz y radicarse en Mar del Plata, su cuna deportiva. Allí fue creciendo bajo implacables sesiones de entrenamiento que componen horas y horas repartidas entre pista y ruta y otras tantas que pasa en un gimnasio entre pesas y elongaciones. "Andrea es la mejor patinadora argentina porque es la que más voluntad pone para entrenarse", asegura su novio, con más apoyo que el sentimental para lanzar la afirmación. Hay títulos que lo respaldan. Además del buen desempeño que consiguió en el último mundial de pista y ruta en Mar del Plata, Andrea González tuvo el año pasado una de las etapas más brillantes de su carrera. En el Campeonato Panamericano de Patín, desarrollado en Quito, Ecuador, consiguió ocho medallas: tres doradas, tres plateadas y dos de bronce. Y en el Torneo Mundial de Clubes que se realizó en Colombia sumó más títulos: tres primeros puestos, dos veces en segundo lugar y el orgullo de haber quedado en lo más alto de la tabla general de posiciones que integran todos los participantes. También integró la terna para los Olimpia que entrega el Círculo de Periodistas Deportivos.
Desde que se radicó en Mar del Plata, el mundo del patín la ha comenzado a conocer como la sucesora de Nora Vega. Bajo el ala de la múltiple campeona mundial ha crecido y juntas lloraron en aquellas desilusiones del último mundial. Hoy comparten en España la sensación de alcanzar la coronación mundial.
Javier Mc Cargo es un admirador de la ganadora de Vega, pero esa condición no le impide marcar diferencias entre una y otra: "Nora es más especialista, es una velocista, y Andrea puede correr con los mejores resultados tanto en velocidad como en fondo". Pero si tuviera que reservarla para una única prueba que le garantizara la medalla dorada, Mc Cargo sin dudarlo la incluiría en las competencias de medio fondo. Sin embargo, la consagración llegó en los 300 metros contrarreloj, la prueba en la que Vega fue reina indiscutida, que eligió bien a quien cederle el trono.