El sábado previo a su muerte, Ayrton Senna pensó que una vez finalizada su participación en el Gran Premio de Fórmula 1 de San Marino, en Imola, viajaría rumbo a una de sus residencias en Lisboa, Portugal, donde se encontraba su novia de entonces, la modelo paulista Adriane Galisteu, con quien pocos días atrás había festejado su cumpleaños número 21.