Basquetbol. La llave del éxito fue el cambio de actitud
Tras la dura autocrítica del grupo por la caída ante España, la selección venció a China por 82-57 y quedó más cerca de la clasificación
ATENAS.- Aunque la cómoda victoria lograda frente a China por 82-57, en la 3era fecha de los Juegos, le permitió al seleccionado argentino alcanzar el 2o lugar del Grupo A, lo más rescatable resultó el cambio de cara que tuvo el equipo respecto de los compromisos anteriores. Es evidente que la autocrítica realizada anteanoche sirvió de mucho, fundamentalmente para que el equipo sea más solidario en ataque y encontrara aquella intensidad y movilidad defensiva que fue la base de los grandes éxitos.
Pese a la diferencia en el tanteador (41-21 en el primer tiempo) y al pésimo rendimiento de los asiáticos, el equipo jamás bajó las revoluciones ni dejó margen para la recuperación rival. Fue clave el primer cuarto. Wolkowyski quitó de la zona pintada al gigante Yao Ming. Nocioni fue agresivo en defensa y rendidor en ataque, y la presión defensiva bajo el aro chino desnudó los problemas de traslado que ellos tenían.
Simultáneamente, los perdedores mostraron que no estaban en su mejor día. En el primer período acertaron un sólo triple (en 12 intentos), Ming terminó con una anotación de 7 cerca del aro, tuvieron un 27% de eficacia en libres y perdieron 15 pelotas.
Tampoco la Argentina pareció sufrir demasiado los largos minutos que el adversario se recostó en una zona, al principio 2-3 y luego 1-3-1. Aunque los triples no fueron importantes para los de Magnano (6 de 29), esa formación defensiva pudo romperse porque se pasaron la pelota (una de las principales conclusiones de la autocrítica), pudieron atacar con superioridad numérica a partir de los robos de balones y, también, porque los chinos fueron ineficaces. Se mostraron frustrados rápidamente y sin reacción.
Por eso, el segundo tiempo sirvió de poco y fue bastante aburrido. La Argentina estiró la ventaja y Magnano aprovechó para no desgastar a los hombres más importantes. También para darle rodaje y permitirle tomar confianza a Sconochini y Gabriel Fernández, para que debutara Herrmann y para probar en la conducción a Delfino, que no lo hizo mal, pero erró demasiadas bandejas sólo cerca del aro.
Hubo un importante cambio, pero como el rival se mostró más endeble de lo previsto -nadie entregará tantas facilidades en lo que resta del torneo-, las conclusiones más importantes de la recuperación ya esbozada habrá que obtenerlas en los próximos dos compromisos, ante Nueva Zelanda e Italia.
De vencer en ambos, el segundo lugar estará asegurado. Aunque por lo parejo e inestable del torneo, nunca se sabrá si eso es peor o mejor, todo depende del rival que toque en el cruce de los cuartos de final, que sigue siendo el día crucial, el del balance más determinante.
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