La otra cara del polo
Lejos del estruendo de Palermo y el alto handicap, el Argentino del Interior es un ejemplo del sacrificio que hacen muchos entusiastas para jugar; "Todo es a pulmón", dijo Gustavo Rapetti, capitán del campeón Donovan
El polo lleva sobre sus espaldas la cruz de ser considerado un deporte sólo de millonarios. Pero, en sus canchas, galopan historias que agrupan a todas las clases sociales. Esta es una de ellas, relacionada con el sacrificio y no con los billetes. La historia del Campeonato Argentino del Interior, el torneo más federal, en el que los protagonistas hacen grandes esfuerzos y gastos para vivir una semana humanamente inolvidable, y que en su versión XXII coronó ayer a Donovan Miraflores, el representante de Entre Ríos, en San Miguel de Tucumán.
Como si fuese un círculo en la vida, Donovan se coronó otra vez 21 años después de que se jugara, en Salta, la competencia inaugural, impulsada por Francisco Dorignac en su primera presidencia en la Asociación Argentina de Polo. Aquella vez, hubo dos campeones especiales: el hoy político Francisco de Narváez y Gustavo Rapetti, que ayer, a los 57 años, volvió a subirse al escalón más alto del podio. "Estoy impactado por cómo mejoraron las canchas en Tucumán desde la última vez que vinimos. Es una satisfacción que el torneo haya prendido y que la gente del interior lo sienta y lo defienda. Creo que se cumplió el objetivo para el que fue creado", dijo Dorignac en su último certamen como dirigente, ya que será reemplazado por Luis Lalor... uno de los protagonistas de aquel certamen salteño.
La historia del Club Donovan, cercano a la costa del río Uruguay, refleja claramente el espíritu de la competencia. La cuenta Rapetti: "Nuestro club queda en Concordia, y todo lo hacemos con mucho esfuerzo. Hacemos todo a pulmón. Somos unos 50 y tenemos un torneo mensual. Para venir a jugar a Tucumán, pusimos plata de nuestro bolsillo porque la AAP nos ayuda con el mayor gasto de los camiones y la alfalfa. Alquilamos las casas y cada uno se paga sus gastos. Pero esto es espectacular".
El equipo cargó sus 31 caballos el jueves 30 de abril, un día después de lo previsto, por problemas con los camiones. Ese retraso hizo que los montados llegaran muy sobre la hora de juego, y los entrerrianos perdiesen en su debut. Pero paulatinamente se fueron recuperando, ganaron su zona por mejor diferencia de gol, y ayer derrotaron al favorito Venado Tuerto por 12 a 10. "Estoy muy contento. Sabía de la historia del torneo porque me la habían contado, pero fue una experiencia de vida inolvidable la de estos días", aseguró Bautista Garaycochea, de 17 años, el benjamín del equipo campeón, que completan Santiago Loza (21 años) y Martín Inchauspe (32).
Desde la experiencia de Rapetti y desde la juventud de Garaycochea se apunta a lo mismo: el plus humano que da participar de esta competencia. "Todas las noches hay asados y los representantes de provincia cuentan los sacrificios que hacen para jugar al polo y la fuerza que le ponen. Existe una gran camaradería. Hay que vivirlo para darse cuenta", relataba Rapetti mientras de fondo se oía una guitarreada en el club Tapia, que vivió una semana con un polo que impulsa el taco más con el corazón que con el brazo.
La capital del polo argentino y, por qué no, mundial es Pilar. Allí se encuentra la mayoría de los clubes más importantes. Pero en Concordia se escribe otra historia. La de Donovan, a puro sacrificio, lejos de las grandes figuras y los millones. Es la otra cara del polo.
- Tapia ganó la Copa Roberto Cavanagh
Tapia Polo Club, de Tucumán (F. Corrotto, M. Aráoz Beverina, J. Corrotto y R. Garrós), venció 9-8 a Los Sauces Concarán, de San Luis, y ganó la copa Roberto Cavanagh. Por la Copa Amistad, Chapaleufú batió 14-7 a La Arisca.
lanacionar