La paradoja de Dybala: su rendimiento baja al lado de Messi y Cristiano
La lesión muscular en la eliminación de la Champions League lo dejó al margen este sábado del triunfo que significó el octavo título consecutivo en el calcio de Juventus . A Paulo Dybala no se lo vio en los festejos en el campo del Allianz Stadium, pero sí subió desde el vestuario a su cuenta de Twitter una foto en la que posa sonriendo, mientras muestra cuatro dedos de su mano derecha (la cantidad de ligas personales que ganó desde que llegó a Turín) y con la izquierda sostiene un escudo gigante pintado con los colores de Italia y la inscripción 37. La Vecchia Signora se sigue anotando dos títulos, los de 2005 y 2006, que oficialmente le fueron retirados por el calciopoli, la trama de arreglo de partidos a partir de la manipulación de árbitros.
El cuarto scudetto de Dybala lo muestra en la campaña de menor aportación en la comparación con los tres cursos anteriores. Solo cinco goles en 27 partidos; disputó 1867 minutos (un tanto cada 373 minutos). Estos números son contemporáneos con las críticas más duras que recibió desde que se incorporó en 2015 y con las especulaciones de una posible salida a Inter, en un trueque con Mauro Icardi.
[R][R][R] #finoallafine#W8NDERFUL!! pic.twitter.com/qKIzXAvSjD&— Paulo Dybala (@PauDybala_JR) 20 de abril de 2019
El declive de Dybala coincide con el primer año en Juventus de Cristiano Ronaldo , goleador de la campaña, con 19. El cordobés quedó tercero en el ranking de efectividad del equipo, detrás de Mario Mandzukic, con ocho. En las tres vueltas olímpicas anteriores, Dybala fue el máximo anotador de Juventus en 2017/18, con 22, y en 2015/16, con 19, y segundo en 2016/17, con 11, debajo de los 26 de Gonzalo Higuaín .
En septiembre de 2017, durante las tortuosas eliminatorias para el seleccionado argentino, Dybala había sorprendido con una observación: "Es difícil jugar con Messi porque jugamos en la misma posición. En todo caso, yo me tengo que adaptar y hacerlo sentir cómodo". Si bien no compartieron tantos partidos, la compatibilidad fue escasa entre Leo y Dybala. No se dio esa sintonía instantánea entre dos futbolistas con un perfil similar, con tendencia a moverse en tres cuartos de cancha, gambetear hacia adelante, filtrar asistencias y probar de media distancia.
De 25 años, Dybala estaba llamado a ser la aparición más importante del fútbol argentino desde Messi y Agüero. El apelativo la Joya no sonaba exagerado. Se fue de Instituto sin haber jugado en la primera división de nuestro fútbol.
Mostró carácter y temperamento para hacer valer su depurada técnica en Palermo, con el que descendió y ascendió, experiencias que le sirvieron para curtirse en los rigores del calcio. Juventus reparó en sus condiciones y a mediados de 2015 compró su pase en 32 millones de euros Su progresión en Europa permitía imaginar que el seleccionado sumaba otra pieza poderosa a su variado arsenal ofensivo. Gerardo Martino fue el primero en convocarlo al seleccionado en septiembre en 2015. Después fue tenido en cuenta por Edgardo Bauza, Jorge Sampaoli y actualmente por Lionel Scaloni. Su nivel casi nunca fue satisfactorio; en el descalabro que fue la Argentina en el Mundial de Rusia solo se anotó con una presencia de 22 minutos en el 0-3 ante Croacia. De los 19 encuentros que disputó vestido de celeste y blanco, recién en el N° 18 (en el 2-0 contra una formación alternativa de México) consiguió su primer y único gol.
Con ocho títulos consecutivos, Juventus quebró el récord de siete en serie que tenía Lyon (2002/08) en las cinco grandes ligas europeas. La plusmarca en el Viejo Continente es de BATE Borisov, con 13, desde 2006 hasta la actualidad
Su alquimia con Messi sigue pendiente y la asociación con Cristiano fue menos fluida de lo imaginado. La paradójico es que Dybala se minimiza jugando al lado de las dos mejores individualidades de la última década. Como si no encontrara su lugar. Cristiano tiende a ocupar en Juventus posiciones más centrales que en Real Madrid, donde arrancaba volcado sobre la izquierda. El portugués se mueve en los espacios que lo hacía Gonzalo Higuaín, empujado a irse de la Vecchia Signora desde la llegada del portugués.
Dybala fue más influyente cuando estuvo acompañado por otros atacantes, como Higuaín, Mandzukic o Morata. O cuando en Palermo armaba una sociedad futbolística con el "Mudo" Franco Vázquez. La prensa italiana lo atacó con dureza en los últimos días: "Antes era el nuevo Sívori. Ahora ni siquiera el público está con él. Irreconocible, su juego es predecible" (La Gazzetta dello Sport); "Fue una temporada tan problemática que Dybala borró el apodo la Joya. También su alegría por jugar y anotar" (Corriere della Sera); "El brazalete de capitán no encendió su instinto asesino. Su temporada es completamente negativa" (Tuttosport).
Dybala suma nueve títulos con Juventus: cuatro scudettos, tres Copa Italia y dos Supercopa de Italia. Con Messi seguramente compartirá el plantel que en menos de dos meses disputará la Copa América. Y Cristiano, ante los rumores, aseguró que en un 100 por ciento se queda en Juventus la próxima temporada. Su interacción con los dos colosos seguirá siendo puesta a prueba.