Ajedrez / El Mundial de San Luis. La pasión no tiene lugar
La presencia de las ocho megaestrellas que batallan por el cetro no provoca la atención esperada en la provincia puntana; testimonios que ayudan a entender la indiferencia
POTRERO DE LOS FUNES, San Luis.– Con un presupuesto que roza una inversión cercana a los 15 millones de dólares -entre el costo deportivo y de infraestructura- se realiza aquí la definición del Campeonato Mundial de ajedrez (versión FIDE), que ayer tuvo jornada de descanso y tiene como líder al búlgaro Veselin Topalov, que parece encaminarse a la corona.
Al margen de lo que pasa en los tableros, no viene mal una mirada al entorno. Veamos: cada día, desde las 15 y hasta las 21, ocho megaestrellas del milenario juego elaboran bizarras partidas cargadas de técnica y estrategia de alto vuelo que despiertan admiración entre los entendidos.
Tras ocho ruedas del certamen que encabeza Topalov, con 7 puntos, sobre 32 partidas se registraron 18 victorias, el 56%, un número sorprendente ante la paridad de fuerza de los maestros.
Sin embargo, el espectáculo deportivo no despierta la pasión entre los sanluiseños; apenas un puñado de entusiastas aficionados adquiere a diario unas 80 entradas de promedio y a un costo de $5, para seguir las partidas en vivo.
Sus cuerpos parecen figuras semiocultas en el inmenso salón construido a un costo de 10.000.000 de pesos, bautizado como la Caja de los Trebejos, un recinto con tres niveles, con casi 3000 m2 y con capacidad para 860 personas sentadas en cómodas butacas enchapadas en roble y con un mullido acolchado marrón.
La organización del certamen especuló con la presencia de 1000 visitantes por día; la publicidad en la vía pública todavía es testigo de aquella apuesta; sin embargo, los comerciantes que alquilaron los puestos de venta lo sufren a diario y en la propia piel. “Tengo miedo de que mi patrón se funda y me quede sin trabajo”, dice Franco, un joven empleado que atiende un quiosco al que sólo visitan 20 personas por día y por el que pagaron un alquiler de $ 2300.
También hay voces que creen que la ausencia de aficionados al Mundial sucede por la falta de tradición o raigambre del ajedrez en esta provincia; de todos modos, algunos números asombran.
Entre los casi 500.000 habitantes que tiene San Luis sólo existen nueve ajedrecistas federados: la maestra Claudia Amura y ocho de sus alumnos. La ex campeona argentina y sudamericana está radicada en la ciudad de Merlo desde hace dos años junto con su esposo, Gilberto Hernández, gran maestro mexicano, y sus cuatro hijos.
Amura, que dirige una escuela de alto rendimiento, cuenta, “no creo que tengamos más de 60 jugadores con nivel de primera categoría en toda la provincia; en verdad somos pocos”.
Acaso una de las causas de la falta de ajedrecistas surja como consecuencia de la desafiliación que sufrió la Federación de San Luis por parte de la FADA por falta de pago (adeudaba $ 10.000), y en razón de ello, a contra reloj, fue creada hace sólo tres meses la Asociación Sanluiseña de ajedrez que dirige Pedro Bazán, designado, además, al frente de la jefatura de prensa del Mundial.
En las calles hay más voces que se suman, como la de Víctor, taxista, 59 años, perfeccionista crónico de la desilusión: “Hace un mes me pidieron que me lleve la sábana y la almohada para internarme en el hospital regional y aquí se gastan millones con un Mundial de ajedrez; ¿qué pasa? Nos volvimos locos”, repite con bronca.
Nelson, vecino de San Luis capital, dice lo suyo: “Quisiera ir con mis tres hijos al Mundial, pero no puedo gastarme 50 pesos por día; en casa jugamos al ajedrez, pero eso es una fortuna para nosotros; nos conformamos viéndolo por TV”, dice.
Luis Lusquiños, el presidente del Comité Organizador del Mundial, opina: “Mi evaluación del Mundial es que fue una inversión altamente positiva; el costo deportivo fue de US$ 1.500.000, el resto es gasto de obra pública que beneficiará al pueblo de San Luis, con activos y patrimonio; con más telefonía, cable e Internet”.
Lusquiños, que además es rector de la Universidad de la ciudad de La Punta, sostiene que no sería descabellado postularse para la organización de las Olimpíadas de ajedrez, en 2010. Probablemente la idea aparezca como una utopía; de todos modos, se sabe que el apoyo económico es fundamental para que se concreten algunos sueños; acaso el Mundial que se realiza aquí es el mejor ejemplo de que es posible darle rienda suelta a las ilusiones, más allá de que la pasión parece bastante lejana de la Cajas de los Trebejos con muchas butacas vacías.
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