Grupo B | Un resultado histórico. La sorpresa llegó de centroamérica
En su bautismo de fuego mundialista y con un jugador menos durante todo el segundo tiempo, Trinidad y Tobago empató con Suecia 0 a 0; el seleccionado europeo no pudo quebrar a un equipo que se defendió bien y que tuvo en su arquero Hislop a la gran figura del partido
DORTMUND (Especial).- No lo podían creer. Se abrazaban con risas que brillaban como la nieve. Los futbolistas de Trinidad y Tobago eran un canto al éxtasis, mientras un grupo de cabezas rubias miraban el césped, la nada, en busca de explicaciones. Del otro lado, Suecia masticaba el fracaso de un 0 a 0 que en los papeles previos figuraba sólo en una letra mínima, casi ilegible.
Indicado como miembro del grupo de equipos débiles del Mundial, Trinidad y Tobago soportó de manera estoica la impotente ofensiva sueca; resolvió el dilema de jugar un tiempo con un jugador menos, e hizo equilibrio entre las propias torpezas y el amor propio para llevarse un empate histórico en su primera participación mundialista.
Un arquero infranqueable (Hislop), un central a prueba de bombardeos (Sancho), un multipremiado goleador ya retirado de la función y devenido todoterreno (Yorke, ex campeón con Manchester United) y una montaña de solidaridad para no permitir que el sueño se quebrara. Esas fueron las claves de los trinitenses.
Claro, Suecia asustaba: un delantero de Juventus (Ibrahimovic), otro de Barcelona (Larsson) y el volante más creativo de Arsenal (Ljunberg). Sin embargo, el plan vikingo fue previsible, repetitivo y estuvo envuelto en una lentitud que lo alejó del triunfo. Para colmo, las oportunidades de definición con las que contó encontraron siempre bien dispuesto a Hislop, el arquero que jugó porque quien iba a ser titular, Kelvin Jack, se lesionó a último momento.
Si la prioridad de los centroamericanos era hacer lo posible para terminar con un resultado decoroso, tras la expulsión del lateral izquierdo, Avery John (recibió dos amarillas por sendas fuertes infracciones a Wilhelmsson), no bien comenzó el segundo tiempo, se refugiaron lo más cerca posible de su arco, le entregaron la posesión a Suecia y apostaron a Glen y a Stern John para algún esporádico contragolpe.
Ibrahimovic fue quien más intentó, pero terminó peleándose hasta con él mismo; Larsson apareció muy poco y los volantes suecos se repitieron en pelotazos inconducentes y utilizaron poco los costados, justamente los sectores por donde más inquietaron a Trinidad y Tobago.
El final fue heroico para los centroamericanos. Con el DT Leo Beenhakker que pedía la hora desesperadamente; con Sancho que ensayaba un repertorio de los despejes menos ortodoxos; con el inacabable Yorke que corría a cuanta camiseta amarilla le pasaba cerca.
Del otro lado, los nervios se comían a los suecos, cuya frialdad y cerrazón los condenaron a debutar en la Copa del Mundo con un empate que no tenía en su hoja de ruta. Una nota preocupante para los verdugos de la Argentina en Corea-Japón 2002. Los trinitenses, en cambio, embriagados de emoción, tuvieron un bautismo de fuego para recordar.
- Ljunberg: "Debimos ganar por goleada"
El volante Freddie Ljunberg se refirió a los merecimientos de Suecia tras el empate. "Tuvimos muchísimas oportunidades y debimos ganar por goleada. Si hubiéramos tenido un poco de suerte, el partido habría terminado 4 a 0. Pero perdimos la paciencia", reconoció el jugador de Arsenal, de Inglaterra.