El seleccionado. Llegó la hora para el guerrero
Después de la pesadilla que vivió por la lesión, Gabriel Heinze se muestra más maduro. "Si estoy bien, lo voy a saber el día del debut", dijo
HERZOGENAURACH, Alemania.- Oír esas palabras llamó la atención, pero tenían sentido en boca de un hombre con agradecida lucidez. Desde Manchester, la línea telefónica acercaba la calidez de una mirada profunda. "No sabés lo bien que me vino esta lesión. Cuando estás arriba estás tan apurado, no te das cuenta de muchas cosas, y esto me puso los pies sobre la tierra, me reencontró con mi familia y mis cosas", explicaba Gabriel Heinze hace un tiempo, cuando la rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda marchaba en confiable recuperación. El Gringo de Crespo estaba entero. No, mejor, más fuerte. El calvario estaba por terminar. "Otra vez por lo mismo no sé si paso, fue durísimo. Si no hubiese sido por el desafío del Mundial, no sé qué hubiese hecho ", soltaba en la charla informal.
Hace cuatro años no lo conocía nadie. Hoy, está a cinco días de debutar en una Copa del Mundo. El mismo que a los 15 años había decidido abandonar la pensión de Newell s para regresar a su ciudad, pero su hermano Gustavo le tendió un ejemplo simple para convencerlo de que no le convenía abandonar el esfuerzo: "Volvete si querés, pero a los 18 años vas a estar sentado en la vereda de una confitería bailable viendo pasar la vida y sin saber qué hacer" . El mismo que en abril de 2004 sufrió la pérdida de su papá, Jorge, que justo unos días antes lo había visto jugar en la Argentina por primera vez con la celeste y blanca. El mismo que rompió en llanto sin que nadie lo notara en el estadio Sang Am, de Seúl, el día que en un amistoso con Corea del Sur debutó en la selección. Miles de escenas pasaron por la vida de Heinze en un puñado de años.
Llegó la hora del guerrero. Y se la merece. ¿Se puede comparar con el algo un Mundial? "Y no es como el nacimiento de un hijo, eso es algo único, pero un escalón abajo sí lo ubicaría. Porque es el sueño de todo jugador, es lo máximo, y más con esta camiseta. Se te cruzan muchas cosas, son muchos sentimientos", explicó Gabriel, de 28 años, casado con Paula y papá de Florencia. Un tipo noble que no pierde oportunidad de recordar que está eternamente agradecido a Marcelo Bielsa.
La lesión forma parte del pasado, pero parece que el fantasma ha dejado una estela. "Me siento bien, con muchas ganas, pero si estoy bien lo voy a saber el día del debut. No tengo la respuesta hoy. Hice un buen partido contra Angola y me sentí bien, pero la verdadera respuesta la voy a tener yo, la vas a tener vos, las vamos a tener todos, el 10, después de Costa de Marfil. Estoy trabajando con ganas, con mucha ilusión." Está confiado el Gringo. "Ponerle un puntaje a la selección no me gusta, no lo sé. Sí sé que va a llegar bien, estoy tranquilo. La ilusión y las ganas que tenemos los 23 van a tapar cualquier problema físico o cualquier otra cosa."
No deja de reconocer la ayuda que recibió de mucha gente. Tiene una memoria agradecida. Con Pancho Ferraro, por ejemplo, que está aquí con los chicos del Sub 20 y fue su DT en Valladolid. Ahora se viene el Mundial. "Será fundamental el primer partido, porque se tratará de tres finales y ganar la primera nos daría confianza." Habrá que controlar a Drogba. "Es un gran jugador. Será importante nuestra concentración y ubicación para controlarlo. La vez que lo enfrenté en Inglaterra perdí, pero en Francia le gané las tres veces que nos cruzamos." El guerrero confía en el guiño que le hace su historial personal.
- Un día muy tranquilo para el seleccionado
El plantel no se entrenó ayer por la mañana, pero sí lo hizo por la tarde, en las canchas que están frente al hotel HerzogsPark. Apenas realizó algunos movimientos físicos y recreativos. Otra vez fue mucha la gente que se amontonó para ver a los jugadores, ya que en Alemania ayer fue feriado por Pentecostés.