Messi se queda un poco más solo con la despedida de Iniesta, un gran socio
Cuando Andrés Iniesta fue reemplazado a diez minutos del final y le colocó la cinta sobre el brazo izquierdo a Lionel Messi , tras lo cual se dieron uno de esos abrazos perennes, para la eternidad, hizo algo más que transferirle la capitanía. Lo dejaba al rosarino como el sobreviviente del trío que se completaba con Xavi y que durante más de una década fue una oda al fútbol. Un terceto que llevaba metabolizado el ADN de La Masía.
El adiós de Iniesta es mucho más que la salida de un futbolista. Es una bisagra que divide épocas. El club de denostadores de Messi, cuyos socios más radicales habitan en la Argentina, alegan que al N° 10 todo se le hacía más fácil porque al lado los tenía a Xavi e Iniesta. Cuando Xavi partió hace un par de temporadas a Qatar, Leo empezó a jugar un poco como lo hacía el N° 6. Elaboró más cerca del círculo central, dirigió el juego, decidió cuándo acelerar o hacer la pausa.
Ahora Messi se sentirá un poco más solo porque se queda sin su otro socio, alguien con quien sintoniza de manera natural, con el mismo sentido estético y productivo. Ambos construyen un fútbol tan bello como eficaz.
Well, that's all folks!#infinit8iniestapic.twitter.com/WDdaNAGh1g&— FC Barcelona [R][R] (@FCBarcelona) 20 de mayo de 2018
Messi se fue a los 13 años a Barcelona . Lejos, encontró en Iniesta al compinche que en nuestras canchas estuvo corporizado un poco en Juan Román Riquelme y otro tanto en Ricardo Bochini . El español se asomaba a la primera del Barça durante el fugaz paso de Román por Cataluña. Suficiente para que se declarasen admiración mutua para siempre, como si uno se reconociera en el otro. Cuando Iniesta cubre la pelota y gira con igual coordinación y orientación para cualquiera de sus perfiles, la imagen lo equipara con la de Riquelme. Cuando conduce con toques de seda, cabeza levantada y pone asistencias que son navajazos para la defensa rival, la estampa remite al recuerdo de Bochini.
Hay otro hilo conductor entre Iniesta, Bochini y Riquelme: fútbol puro, incontaminado por las apariencias o las poses. Aunque al de Fuentealbilla y al Bocha el tiempo los sorprendió prematuramente con la calvicie, ninguno habría recurrido a peinados, tatuajes o piercings para llamar la atención porque en ellos lo que nunca pasa de moda, lo imperecedero, es el fútbol que nace de sus cabezas y llega claro y fluido, sin intermitencias, a sus pies.
El fútbol también es sentimiento, identificación. Por eso este fin de semana, Iniesta, Buffon y el Niño Torres se emocionaron e hicieron emocionar en sus despedidas. Iniesta le dijo a un Camp Nou repleto que "lo echará de menos y lo llevará en el corazón". Palabra de un señor del fútbol.
Más leídas de Deportes
Sonríe Toto Wolff. Las asombrosas ganancias de Mercedes en 2023: cómo marcó un récord sin haber ganado en la Fórmula 1
El club que asombra a Inglaterra. Tocó fondo, casi desaparece y renació con la fortuna del actor de Deadpool
"Nunca muere". En Madrid celebran al "Rey" de la Champions y al arquero-récord, pero en Barcelona se lamentan por Guardiola...