Moreno: "Voy a tratar de que esta noche se repita"
Y un día Bernardo Griffa le dijo que se viniera para las divisiones inferiores de Boca. Que creía en él y en sus goles. Entonces, Alfredo David Moreno volvió a entusiasmarse. Era la posibilidad de llegar a Boca y olvidar los sinsabores en las categorías menores de Dock Sud, donde había desembarcado en 1995 desde su Santiago del Estero natal. Claro que ni en el sueño más fantástico podía imaginarse una noche así. Cinco goles y la ovación... Moreeeeeno/Moreeeeeno... Así, con la e sostenido como alguna vez esa misma hinchada había repetido la o para corear a Maradoooona/Maradoooona... No quería despertarse.
"Fueron cinco goles, no todos los días pasa algo así, pero voy a tratar de que esta noche se repita. Uno siempre sueña..., pero ésto...", exclamó el Negro Moreno, de 20 años, entre optimista y asombrado, cuando terminó el partido y, claro, todos los micrófonos lo apuntaron. El recuerdo para la familia no podía faltar. Se imaginaba la emoción de Berta y Walter, los padres. "Quiero disfrutarlo con mi familia y con la gente que quiero; esta noche las cosas me salieron muy bien, estoy inmensamente feliz por lo que viví". Parecía una obviedad. Pero quería que todos lo supieran.
Por primera vez fue titular en la Copa Libertadores. A fuerza de goles se había ganado el puesto que en este torneo Bianchi, hasta aquí, le había reservado a Antonio Barijho. Y no perdonó. Y se entusiasmó. "Espero seguir así para cumplir con lo que me pide el técnico y darle más alegrías a la hinchada de Boca", contó antes de marcharse a los vestuarios y enterarse de que había salido sorteado para el antidoping.
En la conferencia de prensa posterior al juego, Bianchi no eludió la referencia a su nueva joyita: "Si es inteligente estará contento y satisfecho con su actuación, pero dentro de 48 horas va a tener que volver a los entrenamientos como si nada hubiera pasado". Para bajarlo de cualquier nube. Para cuidarlo.
Hace algunos días, después de marcarle tres goles a Chacarita, Moreno le confesó a La Nación Deportiva: "Ojalá pudiera hacer más de 300 goles en primera, como lo consiguió Carlos Bianchi". Este deseo quedará para siempre. Su realidad está escrita a puro gol.