Boxeo / El título mundial de los semimedianos. Mucho Mayweather, poco Baldomir
En el Mandalay Bay de Las Vegas, el argentino se vio claramente superado por la mayor técnica y velocidad del norteamericano, que lo superó por puntos, en fallo unánime, y le arrebató la corona del CMB; el santafecino terminó envuelto en frustración e impotencia
LAS VEGAS (Especial).– La enorme expectativa no fue en vano, en especial por la exhibición que brindó sobre el ring montado en el Mandalay Bay el Pretty Boy local. El sueño del santafecino Carlos Baldomir (66,678 kilos) de retirarse con el cinturón de campeón mundial de los semimedianos quedó trunco y con una actuación discreta, aunque no deberá olvidarse fácilmente de un año que le deparó alegrías. El argentino, que fue el primer representante de nuestro país que subió como monarca a un ring de Las Vegas, resignó en la madrugada de hoy la corona del CMB ante el norteamericano Floyd Mayweather (66,225kg), de 29 años, que se impuso por puntos, en fallo unánime, con estas tarjetas: 120-108, 120-108 y 118-110.
Baldomir, de 35 años, que por este combate logró una bolsa de 1.500.000 dólares, nunca pudo descifrar la técnica y velocidad de Mayweather, que sacó ventajas desde el comienzo. El santafecino tuvo alguna reacción en el cuarto asalto, cuando pudo conectar algunos golpes y frenó los desplazamientos del adversario, pero en el round siguiente, y en los posteriores también se vio sobrepasado por la jerarquía del nuevo campeón. El Tata buscó con tenacidad encerrar al oponente para descargar su potencia, pero intentó siempre con golpes a la cabeza y quedó lejos de sorprender. Terminó sumido en la frustración e impotencia.
Mayweather, de esta manera, amplió su invicto a 37 peleas, con 24 KO; el récord de Baldomir quedó con 43 éxitos (13 KO), 10 derrotas y 6 empates. Había conseguido la corona el 7 de enero último, en el Madison Square Garden, de Nueva York, al batir al norteamericano Zab Judah en fallo unánime. Y la defendió con éxito en julio ante el canadiense Arturo Gatti, por KO técnico en el 9° asalto. Hasta noche, llevaba 20 triunfos consecutivos, desde 1999.
Un Baldomir que, tras el pesaje del viernes, más relajado, y en la espera del gran combate, se recluyó con su esposa y sus cuatro hijos, algo importante para despejar los nervios, luego de una conferencia de prensa con algún incidente entre los asistentes de los protagonistas y el escepticismo que lo rodeó de parte del público y la prensa local desde que llegó a esta ciudad. Al Tata le molestó que lo consideraran punto, siendo el defensor de la corona. Tampoco le causó mucha gracia que los periodistas norteamericanos lo bautizaran el “Hombre Cenicienta”, en alusión a la película que retrató a James Jim Braddock, cuya carrera parecía terminada, pero logró la hazaña de conquistar el título mundial de los pesados, en junio de 1935.
Justamente, la llamativa fábula de Baldomir, de 35 años, y la impronta de Pretty Boy Mayweather, de 29 y con 36 peleas ganadas, reactivaron una categoría, la de los semimedianos (welters), que pareció haber quedado en segundo plano en los últimos 15 años. Esto, a contrapelo del paso de varias figuras que le dieron brillo a esta división durante varias décadas.
Como Henry Armstrong (151 victorias, 21 derrotas y 10 empates), cuya carrera se extendió de 1931 a 1945; o Ray Sugar Robinson, que dominó en la categoría desde 1946 y retuvo el título por cinco años; más el cubano Kid Gavilán (108-30-5 entre 1943 y 1958), el genial Sugar Ray Leonard, campeón en 1979, y Oscar de la Hoya, uno de los más carismáticos.
Para sumarle más brillo a la categoría, no pueden dejar de apuntarse las trayectorias de José Angel Mantequilla Nápoles, a quien Carlos Monzón destrozó cuando subió 6 kilos para pelear en los medianos; Roberto Mano de Piedra Durán, Wilfredo Benítez, José Pipino Cuevas, Tommy Hearns, Emile Griffith (luego rival de Monzón), Pernell Whitaker y Félix Tito Trinidad, entre otros.
Antes de la consagración de Carlos Baldomir, la corona de esta categoría había sido siempre esquiva para los argentinos. A la hora de los grandes intentos, fallaron los máximos exponentes nacionales. Se le escapó, por ejemplo, a Luis Federico Thompson ante el cubano Benny Paret, en 1960. Tampoco alcanzó la impecable preparación de Jorge Fernández para detener ese vendaval de golpes que fue Emile Griffith en 1962.
Se la jugó también Miguel Angel Campanito, pero perdió ante Pipino en el segundo round, por el título mundial. Abel Cachazú y Mario Omar Guillotti fueron otros de los representantes argentinos que naufragaron en sus intenciones de gloria. Estos antecedentes sustentan el valor del cetro que ostentó Baldomir, que hacia la hora del combate fue reduciendo el margen en las apuestas de 8 a 1 hasta llegar a un más estrecho 3,5 a 1. Luego, la superioridad de Mayweather fue mucho más que esa diferencia.
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