El US Open. Nalbandian va por la hazaña
El argentino juega hoy la final junior
NUEVA YORK (De un enviado especial).- Dice que su familia se entera de sus resultados por Internet o por E-Mail. Que todas las noches habla con su novia Victoria. Y ayer no tenía porqué hacer una excepción. Al cabo, lo que tenía que anunciar David Nalbandian era que se había clasificado finalista del US Open entre los juniors.
El cordobés de 16 años, que no se cansa de aclarar que es de Unquillo, batió al croata Lobro Zovko (14º) por 6-2 y 6-2. Así dio el penúltimo paso para llegar al título en Flushing Meadows. Hoy, en la final, estará frente al suizo Roger Federer (4¡), campeón de Wimbledon, que superó a Kristian Pless, de Dinamarca, por 6-3, 4-6 y 6-3.
Quien más lo impulsa a seguir es su hermano Darío, de 23 años. En su Unquillo natal hay sólo cinco canchas de tenis: dos de cemento y tres de polvo de ladrillo. En las primeras, él juega desde los 5 años con Javier, su hermano mayor y entrenador, y a veces con su madre, Alda. "Con mi papá -Norberto- la última vez que lo hice fue hace 10 años. Se compró la raqueta Puma que usaba Becker y desde entonces no la agarró más", afirma.
Nalbandian cumplirá 17 años el 1¡ de enero próximo y hoy jugará su primera final en un Grand Slam. Irá por el título que no pudieron lograr José Luis Clerc en 1976 -perdió con Ricardo Ycaza, de Ecuador-, y Franco Davin en 1986 -cayó frente al español Javier Sánchez- y que Claudia Casabianca obtuvo en 1977, ante Lea Antonoplis (EE.UU.).
Llega a la definición sustentado en un tenis consistente y con un singular derroche de confianza. Ayer, con Eduardo Moliné O´Connor, miembro de la Suprema Corte de Justicia y de la Federación Internacional de Tenis, como espectador, controló el servicio del croata y manejó la presión. Tiene un juego completo, pero su mejor golpe es el revés, que pega a dos manos. Sabe qué hacer y cómo concretarlo dentro de un court. Tiene actitud. Y eso es lo más importante.
Abandonó los estudios en tercer año, pero dice que lee bastante en los viajes y que trata de mejorar su inglés. "Me manejo bastante bien, pero igual me faltan algunas cosas", puntualiza.
Ayer, después de entrenarse media hora con Guillermo Coria, el otro juvenil de nuestro país que llegó a Nueva York, descansó un rato en el Hyatt Hotel, para más tarde salir a caminar por Broadway, donde brillan otras estrellas. Nalbandian buscará hoy que la suya se ilumine como el primer junior de la Argentina en conquistar el US Open.
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