La niña prodigio de la natación argentina: es abanderada, lectora voraz y se entrena de madrugada
Con 16 años, Delfina Pignatiello cursa el secundario y logró el récord argentino de los 800m; estará en Buenos Aires 2018
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En 2013, el entonces presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, anunció que Buenos Aires sería la sede de los terceros Juegos Olímpicos de la Juventud. Los “Yogo” (por sus siglas en inglés, Youth Olympic Games), como le dice la nadadora Delfina Pignatiello , y como los llaman muchos chicos en el Campus que reunió a 530 adolescentes en el Cenard . “Calu”, como la apodan a Delfina, cumplía 13 en el año en que la metrópolis porteña fue elegida. Todavía no se entrenaba seis veces a la semana, con cuatro días de doble turno, en los que se despertaba a las 5, nadaba, después asistía a la escuela y por la tarde volvía a entrenarse otras cuatro horas. Y el récord argentino en la final de 800 metros en el Mundial de pileta corta de Windsor, Canadá, que consiguió en diciembre pasado, ni siquiera se vislumbraba en su futuro.
Delfi, de 16 años, nacida en 2000, milenial, representante de la Municipalidad de San Isidro, es una de los tantos deportistas que vivieron 12 días intensos de entrenamiento en la casa del alto rendimiento argentino. Fue particularmente estimulante espiar cómo los entrenadores le daban clínicas a chicos que llegaron desde todos los rincones del país; cómo Abril Caso, campeona Sub 16 en lanzamiento de jabalina –de Oberá–, recibía indicaciones de su entrenador Gustavo Osorio, o Hugo Gómez, entrenador de atletismo en velocidad, corregía la técnica de los jóvenes en la renovada pista del Cenard. O como una chica que hace poco se encontró con el badminton en Esquel, recibía indicaciones del entrenador argentino del seleccionado. Y así los ejemplos se multiplicaron por más de 500.
Alrededor de 120 serán los que compitan en Buenos Aires 2018. Esto no significa que el resto no se dedicará al alto rendimiento o que no podrán coronarse como deportistas. Y lo mismo aplica para los que no fueron seleccionados para el Campus. Es un camino que recién comienza, una prueba piloto en virtud de que la Argentina fue seleccionada para un evento destacado y que podría convertirse en la piedra basal de futuras experiencias similares. Aunque para ésto aún restan infinidad de elementos, como escuelas deportivas en todo el país o la inclusión del atletismo y la natación, deportes madre del olimpismo, en la currícula escolar. Mientras tanto, late la piscina olímpica del Cenard y en ella hay una joven atleta que pasó al último año de la secundaria, es abanderada y se somete a un duro entrenamiento. Pignatiello comparte sus sensaciones.
–¿Cómo estás viviendo este campus en el Cenard?
–Fue bastante duro, pensando sólo en entrenar. Estuvo bueno, con varias actividades para conocer a otras personas de diferentes deportes e interactuar más con el equipo de natación. Nos sirve un montón para estar más unidos.
–Después de tu gran actuación del Mundial de pileta corta, ¿estuvo bueno volver a compartir con chicos de tu misma edad una experiencia como ésta?
–Por más que participe de torneos y concentraciones con los mayores, nunca dejé de ir a torneos de mi categoría. Y como siempre, trato de tomármelos lo más relajado posible: Vivo este Campus como una concentración más.
–¿Cómo hacés para combinar la escuela con el entrenamiento?
–Desde chiquita fui muy aplicada. Además, la natación es un deporte que te ordena muchísimo con los tiempos y las cosas que tenés que hacer. Pasé al 6° y último año de la secundaria del Cardenal Spínola, de San Isidro. Pero no voy a ir al viaje de egresados a Bariloche porque son muchos días que se pierden y sé que tengo que entrenar.
–¿Algún hobby?
–Desde hace un tiempo estoy tocando el ukelele.
–¿Y qué canciones tocás?
–Sé las introducciones de algunas canciones, como la de Star Wars, Harry Potter y obviamente el ‘Feliz cumpleaños’. Tengo que practicar. Soy muy fan de Harry Potter, leí todos los libros y me encanta. Me gusta leer… y ahora estoy con ‘La ladrona de libros’. Leí el libro de Meolans y algunos en inglés.
–¿Qué significó el récord argentino que hiciste en Canadá?
–Me dio mucha alegría. Te das cuenta de que todo lo que estuviste entrenando, el esfuerzo, valió la pena. Que el trabajo da su fruto.
Madrugar y estudiar
Entrenar de madrugada es una modalidad utilizada por muchos nadadores, no sólo argentinos. Entre sus objetivos se encuentra fortalecer la mentalidad, ordenar la actividad diaria del atleta y distribuir las cargas físicas en distintos turnos. En el caso de Delfina, también posibilitó que complete el ciclo secundario. ¿Y el futuro?
”No está muy decidido. Se me vienen dos años bastante moviditos con la cantidad e importancia de torneos: dos Mundiales en 2017 y en 2018 los Juegos Olímpicos de la Juventud, con otros torneos importantes en el medio que pueden ser clasificatorios para lograr marcas”
“Espero terminar el secundario lo mejor posible y trataré de pensar si el próximo me tomo algunos meses sabáticos. No quiero dejar de estudiar y me gustaría empezar una carrera que no tengo definida. Me gustaría de bioquímica, biotecnología o nutrición. Aunque últimamente estoy pensando en algo vinculado con el deporte”.
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