NBA: derrota con golpes de los Lakers de LeBron James y el récord del "unicornio" Nikola Jokic
El parqué del Staples Center, estadio que disfrutaba del debut de LeBron James con la camiseta de Los Angeles Lakers, se convirtió en un improvisado ring durante la noche del sábado: en un trámite cargado de tensión entre dos candidatos de la Conferencia Oeste, jugadores de la franquicia angelina y de Houston Rockets protagonizaron una tangana en la NBA . Los Rockets se impusieron por 124 a 115 ante el flamante equipo de LeBron, aunque el resultado quedó opacado después de una contienda que escandalizó a la liga más importante de básquet del mundo.
Todo empezó cuando faltaban poco más de cuatro minutos para el final del partido: Houston ganaba por 109 a 108 y James Harden, el último MVP, capturó un rebote en defensa y se lanzó en transición de costa a costa. Brandon Ingram, una de las jóvenes estrellas de los Lakers, salió al cruce para frenar el tranco imparable de la Barba, se entrometió en su carrera y le cometió una infracción, el prólogo de la batalla.
Mientras Harden reclamaba que los árbitros contaran, además de la falta, el doble que había encestado, Ingram lo empujó desde atrás. Rápidamente aparecieron integrantes de cada equipo para impedir que el cruce pasara a mayores pero nadie tenía en cuenta que el conflicto germinaría en otro sector de la cancha con otros protagonistas.
Chris Paul y Rajon Rondo, los bases de ambos equipos, quedaron cara a cara, típica escena del trash-talk del deporte norteamericano. Parecía un encontronazo más en una liga física que en los últimos años tuvo varias escenas que coquetearon con el abismo pero que hasta este sábado no había repetido aquella inolvidable pelea del 19 de noviembre de 2004 entre los Detroit Pistons e Indiana Pacers. Malice at the Palace, el apodo de guerra que recibió aquel incidente que tuvo como epicentro a Metta World Peace.
Pero Paul, una de las estrellas de los Rockets y presidente de la Asociación de Jugadores de la NBA, desató el caos: le metió el dedo índice en el ojo derecho de Rondo, uno de los refuerzos que sumaron los Lakers para rodear a LeBron James. La reacción de Rondo no tardó en llegar y conectó a Paul con un jab de izquierda, mientras Floyd Mayweather se reía en la primera fila, al lado del campo de juego. Trenzados golpe a golpe, James intentaba separarlos mientras Ingram llegaba, enardecido, desde atrás para castigar a traición.
Ya en los vestuarios, Paul argumentó que Rondo lo había escupido, situación que habría provocado la reacción del base de los Rockets.
Sin justificativos, el desenlace fue obvio: Ingram, Paul y Rondo se fueron expulsados y recibirán mayores sanciones en los próximos días, una vez que la NBA decida la multa correspondiente a cada uno de los actores de un papelón que arruinó la presentación de LeBron James en el Staples Center.
Jokic hace historia
Nikola Jokic es un unicornio: el serbio 2.11 metros tiene el cuerpo de un pivote y el talento de un base, la potencia física para dominar en la zona pintada y la visión para ser el máximo generador de juego de su equipo, la capacidad de lanzar desde el perímetro y los conceptos para postearse y volcarla. Es, sin dudas, uno de los mejores jugadores de la liga y uno de los más atractivos para ver.
Estrella de los Denver Nuggets, llegó a la NBA hace cuatro años, elegido en la 41ª selección del Draft 2014. Cuarenta jugadores fueron elegidos por encima de él y, salvo Joel Embiid sano, ninguno es mejor ni más decisivo en la liga que Jokic.
El pivote europeo demostró sus virtudes durante sus primeras tres campañas pero este año parece decidido a convertir a su franquicia en uno de los candidatos del Oeste. En su segundo encuentro de la temporada, Jokic hizo historia: anotó 35 puntos, capturó 12 rebotes y repartió 11 asistencias y no falló tiros de cancha (encestó 11 de 11) en 30 minutos en el triunfo de los Nuggets por 119 a 91 frente a Phoenix Suns.
Jokic es el segundo jugador en la historia que logra rubricar un triple-doble sin fallar un solo tiro de cancha. El anterior fue el mítico Wilt Chamberlain, dueño del récord de mayor puntos en un partido con 100 unidades, quien el 24 de febrero de 1967 en el encuentro entre los Philadelphia 76ers y los Baltimore Bullets, firmó una planilla de 42 puntos, 30 rebotes, 10 asistencias y 18 tiros encestados en igual cantidad de intentos.
Sin embargo, el récord de Chamberlain tiene un asterisco con respecto al de Jokic: por aquel entonces no existían los tiros de tres puntos. Jokic, ovacionado por los fanáticos de un equipo que se ilusiona con ser un contendiente gracias al talento de su emblema, se fue bajo una lluvia de gritos y aplausos. "MVP, MVP", le cantaron sus hinchas en más de una oportunidad. Jokic, un unicornio, tiene todo para conseguirlo. En dos partidos, Jokic promedia 28 puntos, 10 rebotes, 8 asistencias, 2.5 robos y una tapa con una efectividad del 70.8% de cancha y 57.1% de tres puntos.
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