Otra realidad para cambiar una larga historia adversa
Dice el DT Nelson Acosta que su equipo no se va a arratonar. Que la selección chilena no saldrá en el Monumental a defenderse y que serán fieles a su estilo de juego frente a la Argentina, aunque les cueste.
Llegó Chile ayer por la tarde y se instaló en el hotel Sheraton. Vinieron 19 jugadores y hoy habrá una última práctica en el polideportivo de Vélez para ajustar los detalles con vistas al partido de mañana frente al seleccionado de Marcelo Bielsa.
Sin dudas es otro el panorama de Chile si se lo compara con aquella selección que se vio en Buenos Aires el 15 de diciembre de 1996, cuando igualó 1 a 1 en Núñez con el conjunto de Daniel Passarella, en las eliminatorias para Francia 98.
Cambiaron la actitud, varios apellidos y, fundamentalmente, el potencial del equipo, que ahora es superior. Por aquellos días se escuchaba un Nelson Acosta que decía tímidamente: "El empate es un buen resultado para nosotros, no voy a negarlo".
Ahora, si bien mantiene esa idea, el entrenadorse inclina por un mayor optimismo:"Tenemos más matices en el medio campo, con jugadores que pueden ocupar distintas posiciones. Llegamos mejor preparados y jugaremos de igual a igual".
La buena actuación en el Mundial de Francia (fue eliminado en los octavos de final por Brasil) constituyó una suerte de relanzamiento para la selección chilena, que creció en el roce internacional y en la que se ratificó la jerarquía goleadora de la pareja Salas-Zamorano.
Junto con esa etapa de reacomodamiento en el mundo futbolístico se produjo un recambio generacional, que incluyó a varios chicos del Sub 23 que consiguieron la clasificación para Sydney, en el Preolímpico de Londrina: Maldonado, Contreras, Ormazábal, Tello, Pizarro y Héctor Tapia. Para el técnico, todos están en condiciones de afrontar un compromiso como el de mañana, hasta el punto que los cinco primeros serán seguramente titulares frente a la Argentina.
Además, a diferencia de lo que ocurría hace cuatro años, varios de los que integran el plantel juegan ahora en torneos más exigentes que el de Chile, lo que les dio otro ritmo de juego. Son los casos de Margas (WestHam), Pizarro (Udinese), Reyes (Auxerre), Contreras (Monaco), Maldonado (San Pablo), Vargas (Regina), Núñez (Tigres, de México) y Héctor Tapia (Perugia) al margen de Zamorano y Salas, figuras en Inter y Lazio, respectivamente.
Lo que conspira contra esta realidad son los partidos jugados en este año. Fueron cuatro derrotas y tres victorias, siempre ante rivales de segundo y tercer nivel: Chile cayó ante EE.UU. (1-2), Costa Rica (0-1), Guatemala (1-2) y Eslovaquia (0-2), y superó a Australia (2-1), Bulgaria (3-2) y a Honduras por 5-2. Un balance negativo que ensombrece un poco lo que viene insinuando La Roja.
Además, la historia también le juega en contra a Chile, y los números son contundentes. Lo más saliente es que el equipo trasandino nunca pudo imponerse en nuestro país. De los 69 partidos que disputaron, la Argentina se impuso nada menos que en 48 oportunidades, mientras que Chile sólo ganó cinco encuentros y ninguno de ellos correspondió a un torneo oficial.
La última victoria de Chile sobre la Argentina fue hace casi 27 años. Se dio el 18 de junio de 1973, cuando se impuso por 3 a 1, en Santiago, en un encuentro de la Copa Dittborn.
Si hay algo que desvive a los chilenos es justamente la posibilidad de revertir esta historia.Yen el Monumental tienen una nueva chance.