Los Juegos Olímpicos / Hockey. Otro paso firme para seguir creciendo
Las Leonas superaron a Nueva Zelanda por 3-0 y ya están en las semifinales; mañana definirán el primer lugar del grupo con China
ATENAS.- Si de mejorar se trata, el camino se cumple. Sergio Vigil repite una y otra vez que lo importante no son los logros, sino que ellos vienen como consecuencia de una superación constante. Y en eso andan las Leonas, a veces creciendo menos, otras un poco más.
Mejoran, como lo hicieron ayer en el segundo tiempo ante Nueva Zelanda. El partido fue importante por varios motivos: ganaron con comodidad por 3-0 en su tercer partido en el Grupo A, se clasificaron para las semifinales del torneo y, como se decía, el conjunto dio otro paso de madurez.
No fue todo bueno, por supuesto. Las mayores deficiencias se observaron en el primer tiempo. Si bien sacó ventajas en el marcador con rapidez, con un tanto de Luciana Aymar, que recogió un rebote en el área tras un envío de Soledad García, el equipo lució una de sus peores caras: la de la pasividad. Dejó que Nueva Zelanda, un adversario de menor capacidad técnica y táctica, se hiciera dueño del partido, lo acorralara. Las chicas de negro no permitieron que las argentinas, siquiera, sacaran un contragolpe. Nada.
El sistema de pases era ineficaz, no había movilidad y el circuito entre Luciana Aymar y Marina Di Giácomo no funcionaba. Entonces, el asedio era difícil de quebrar. Hubo un atenuante, por cierto, que fue la temperatura: a las 10.30 de Atenas, los reportes oficiales indicaban 29 grados, pero la sensación era de que se estaba ante marcas cercanas a los 35. En la cancha aumentaba todavía más.
Y también hubo aspectos positivos, aun en los peores momentos: el principal fue la solidez defensiva, con las zagueras Cecilia Rognoni y Magdalena Aicega como figuras solidarias. Sin embargo, hubo aquí que señalar pérdidas de posesión en el fondo y algunos quites flojos, asignaturas que habrán que corregir para no pagarlo caro ante los rivales más complicados.
Pero se mejoró, como quiere el director técnico. El segundo tiempo fue otra historia, otra prestancia. Se parecieron un poco más a ellas mismas. Volvieron a ser dominantes, imponentes. Y se dio porque funcionó mucho más el juego asociado, porque jugaron a pasarse la bocha, al entendimiento como conjunto.
Fueron buenos esos minutos, en los que la Argentina atacó más. Lo llamativo es que Luciana Aymar, siempre desequilibrante, descansó en el banco en esos momentos. Sin ella, acaso por casualidad, el equipo tuvo sus acciones de mayor lucidez.
Y encontró los goles: de movida en la segunda etapa, Vanina Oneto, el segundo en el torneo -el primero se lo había convertido a España-, después de un pase al área de García. La cordobesa fue la que marcó el tercer tanto con su sello: pelota dominada, enganche y disparo. Rápida y letal.
La Argentina mejoró; es cierto, le faltó algo más de contundencia para concretar las otras acciones de riesgo que generó, pero eso quedará para el siguiente partido. Las Leonas saltaron a las semifinales de los Juegos Olímpicos. Pero antes de ellas, deberán pasar por el filtro de China, mañana, a las 12 de Buenos Aires.
Por contar con una mejor diferencia de goles, un empate les bastará para terminar en el primer lugar del grupo y evitar en el cruce a Holanda, que es el conjunto que asoma como máximo favorito, a juzgar por sus rendimientos. Pero este equipo argentino acostumbrado a superarse todo el tiempo irá por la victoria, porque todavía tiene muchas cosas para mejorar. Sólo así, como dice Vigil, llegarán los logros.