Entrevista. El patrón de los torneos
El de la Copa de Oro, creado por Gonzalo Pieres, es el modelo y pionero de los certámenes para los dueños de equipos; "Que a uno lo copien está bueno", dice el propietario de Ellerstina
Raro. Es el día de la final por la Copa de Oro y Gonzalo Pieres, el inventor y principal responsable del certamen, no está en Ellerstina, la sede de la competencia. Llega apenas comenzado el partido, con un buen justificativo: estaba preparando un remate de caballos para poco después del partido decisivo.
Así está en estos días quien era un cerebro en la cancha y lo es fuera de ella. Ocupadísimo entre competencias, remates, el equipo de Triple Corona... "Por suerte", piensa, a gusto con que el trabajo sobre. Y esa abundancia es en gran parte por culpa suya: Pieres es considerado el mejor organizador, el visionario comercial, el entrepreneur por excelencia. De esa capacidad nació el torneo por la Copa de Oro, que cumplió su 13era realización (ver aparte), en el club de General Rodríguez. Y que proliferó en varios otros certámenes ideados para patrones, los propietarios de equipos que, al contratar a los polistas, sostienen el profesionalismo en este deporte.
Esto cuenta Gonzalo en una entrevista en Ellerstina.
-¿Cómo se te ocurrió esto?
-Cuando jugaba en La Espadaña. Lo hacíamos más o menos. Hasta que volvió a Ellerstina a fines de los noventa. Packer [Kerry, su patrón australiano y socio en Ellerstina] se me estaba poniendo viejito, y yo debía mantener este lugar. Le compré las partes del campo y se me ocurrieron dos cosas buenísimas: hacer la Copa de Oro y el remate de caballos de Ellerstina. "Con esto puedo seguir bancando el lugar como si estuviera Packer", pensé.
-¿Qué cambios hay de aquella primera realización a ésta?
-Hoy es muy competitivo el torneo. Vienen los patrones fuertes del exterior. Antes no podían venir 10, 15 o 20 días; hoy tienen Internet y pueden trabajar desde acá. Y esto, para ser de 22 goles de handicap, tiene un nivel impresionante. En la mitad de los partidos, ya juegan caballos del [Argentino] Abierto. Sí: los mismos que uno ve acá, el fin de semana están en Palermo. Impresionante.
-¿Hay jugadores que no participan para no lesionarse durante el Abierto y otros arriesgan caballos acá?
-Claro. El polo, salvo para los patrones, es un negocio para todos. Si uno quiere mantener su patrón... Ganar la Copa de Oro ya significa bastante. Y los contratos son mucho mejores. Quizá, por ganarla a uno lo llevan a jugar afuera, y por andar muy mal, no lo llevan... En este polo de patrones, el polo rentado, si uno rompe un caballo, puede recuperarlo, con la invitación; si no recibe plata de los patrones de afuera, no puede jugar el Abierto.
-Ya existen varios torneos de patrones en otros clubes. ¿Qué sentís?
-Por momentos, me molesta un poco. Y por otro lado, Tati [su hija mayor, coorganizadora] y yo estamos orgullosos. Que a uno lo copien está bueno. Nuestra idea es que la Copa de Oro tenga fijas sus fechas y los demás se adapten. Y al unir estos torneos con remates, los remates crecieron, y ya hay como diez. Eso es todo un programa para un extranjero.
-¿Cómo convive el campeonato con el Argentino Abierto?
-Ningún jugador va a decir "prefiero ganar la Copa de Oro que Palermo". Sí va a pasar que jugadores de 7, 8 goles darán más por ganar esto que el Abierto, en el que tienen una chance en mil; acá, si le ponen ganas, tienen un 30%. Y ganar acá puede ayudarlos mucho a llegar al Abierto. Pero éste nunca podrá ser el mejor evento de la Argentina. El Abierto es el sueño desde chiquito.
-¿Por qué el Abierto de Palermo sigue ganándole al dinero?
-Parece mentira, pero no es todo plata. El Abierto no tiene límite de handicap. La gracia de que haya patrones -y todavía no encontramos una forma mejor- es que ellos son los que hacen profesional al jugador. Los equipos no podrían bancar los gastos sólo con la [publicidad en la] camiseta. Si uno gana Palermo, aunque no sea por plata, gana un prestigio que implica hacer un mejor contrato.
-¿Qué ves para los próximos años en cuanto a este campeonato?
-Que va a hacerse más competitivo, con el doble de equipos. Quizá los cuatro jugadores más estelares no participen, pero en vez de un 10 goles y un 4, entrarán dos 7. Hay demasiados jugadores para la demanda mundial, y esto va a dar a varios muchas chances de llegar, contactarse con patrones, vender caballos. En su momento, el único patrón extranjero acá era Peter Brant. Hoy debe de haber 15 en la zona, con clubes de ellos. Que vengan, quieran tener su lugar acá, contratar jugadores, competir en torneos... Es bueno para todos.
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