Ellerstina aprobó en una tarde de sustos
Sin descollar, venció 16-12 a Chapaleufú; Aguerre se lesionó el hombroy hoy define su continuidad en el torneo; además, perdió una yegua
Ni siquiera cuando Gonzalo Pieres (h.) aseguró la victoria apenas iniciado el último chukker pudo Ellerstina respirar tranquilo. Porque debió sortear varios sobresaltos para derrotar por 16-12 ante Chapaleufú en su debut en el 121er Campeonato Argentino Abierto . Dentro de la cancha, sufrió más de lo esperable por una actuación en la que el brillo sólo apareció esporádicamente en un partido lleno de incidentes. Fuera de ella, sufrió por el estado de Mariano Aguerre, que debió dejar la cancha por un golpe en el hombro.
Fue el momento de mayor preocupación para Ellerstina. En una jugada cuerpo a cuerpo con Ignacio Heguy, Aguerre se golpeó el hombro derecho. La acción terminó con un gran gol del N° 2 de Chapaleufú que dejó el partido 14-11 y con el 3 de Ellerstina abandonando la cancha en ambulancia (fue reemplazado por Ignatius du Plessis) y yéndose al sanatorio a tomarse una radiografía. El dolor era intenso y al principio se temió por una dislocación del hombro. Aunque los estudios posteriores no revelaron lesión ósea, hoy deberá realizarse una tomografía para saber si hay compromiso ligamentario. Su continuidad en el torneo está en duda.
No fue el único momento difícil para Aguerre. En el sexto chukker, quedó compungido (como todos los espectadores) cuando su yegua Machitos Vitina se fracturó la pata derecha y debió sacrificada. Entre éste y otros incidentes, que hicieron que el partido durara 2h28m, los sobresaltos que pasó Ellerstina dentro de la cancha resultaron| menores, pero no para desestimar. Aunque controló gran parte del partido, nunca se pudo despegar y un mal séptimo
chukker dejó el desenlace abierto. Chapaleufú, con toda la historia a cuestas y la tribuna a su favor, despertó las ovaciones más efusivas, especialmente cuando Eduardo Heugy hizo un gol de toda la cancha en el segundo chukker y en aquel tanto de Nachi.
Ellerstina jugó en ocho caballos, y estuvo siempre en ventaja. Ganó seis de los ocho chukkers y llegó a sacar cinco goles de ventaja máxima. No ganó con la comodidad que se hubiese esperado, pero cumplió. Y también tuvo su buena dosis de jugadas lujosas, como aquella en la que Nicolás Pieres habilitó con un preciso backhander a su hermano Gonzalo, quien arriba de Nostálgica dio una gran vuelta de 180° en el lugar y definió de revés para sentenciar el encuentro. Los efectos de este partido, no obstante, todavía están en suspenso.
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