Facundo Pieres: “Mi caída sacó lo mejor de los chicos”
Tras el sacudón más fuerte de su carrera, el 3 de Ellerstina está feliz por sus compañeros
Por un rato, el estadio se paralizó de estupor. En el centro de la cancha 1 de Hurlingham Club, Facundo Pieres yacía inmóvil. Su yegua acababa de tropezar y las consecuencias de la caída eran aún inciertas. La desesperada reacción de sus hermanos y de todos en Ellerstina no presagiaba nada bueno. Cuatro días más tarde, el accidente es sólo un mal recuerdo. O algo así, porque el número 3 no se acuerda mucho de lo que pasó. El impacto contra el suelo lo “durmió” durante unos segundos, pero él no sufrió más que la conmoción cerebral y algunos golpes cuyas secuelas persisten.
“No me acuerdo de cómo fue la caída. Sé que fue un momento feo porque me costó reaccionar. Recuerdo cómo veníamos, cuál era la yegua [Candy Kiss], pero de ese momento, nada. Empecé a darme cuenta cuando estaba en la ambulancia”, cuenta Facundo, que desde el domingo descansa en su casa de General Rodríguez. “Ya pasó la parte más fea. Estoy un poco dolorido en general: la espalda, el cuello, una mano, pero nada muy grave. Estoy contento de que haya terminado todo bien”, detalla.
El desenlace fue doblemente feliz, porque lo que parecía grave resultó apenas un susto grande y porque Ellerstina terminó levantando la copa gracias a que sus compañeros respondieron bien y vencieron a Alegría por 16-14 en la final. Si la reacción se extenderá al Argentino Abierto, que comenzará este sábado sin Ellerstina ni La Dolfina (tendrán fecha libre este fin de semana), es algo que se sabrá durante el certamen.
–¿Habías tenido alguna caída así en tu carrera?
–Tuve algunas fuertes, pero nunca una así, de dormir. Hace dos años, también en la final de Hurlingham, tuve una muy dura, quedé dolorido y me costó recuperarme. Este año en Palm Beach también me pegué fuerte. Pero ésta fue la más dura para la cabeza, porque dormí.
–¿Viste el partido después?
–Sí. Me dejó una sensación muy buena. Terminaron jugando muy bien los cuatro. Lucas [James, su reemplazante] se acomodó muy bien a la circunstancia. Gonzalito empezó a manejar la tranquilidad en el medio. Polito, que ya venía jugando muy bien, se encendió, hizo los goles que debía hacer. Nico se consolidó atrás. Se hicieron cargo. Perdíamos contra un equipo muy luchador; parecía difícil remontar. Pero eso sacó lo mejor de los chicos. Había mucha presión: todos esperaban que Alegría nos ganara, muchos decían que no veníamos jugando bien. Los chicos mostraron mucho carácter; es lo que más contento me deja.
–¿Alegría era el favorito?
–Por lo que se había visto el fin de semana anterior: cómo habíamos jugado contra La Aguada, cómo Alegría le había ganado a La Dolfina. Siempre la gente espera un poco más de Ellerstina. Nosotros somos nosotros. No somos La Dolfina, no tenemos el mismo juego; hay que aceptarlo. Tenemos nuestro sistema, nuestra forma de jugar. Estoy contento porque siempre respondemos, siempre estamos en las finales. Siempre nos toca Alegría en las semis y le ganamos, salvo en 2013, y una que otra vez también le ganamos a La Dolfina. Esta vez encima era una final, había mucha presión y tras lo que pasó el equipo mostró mucho carácter.
–¿Llegás para el debut en el Argentino Abierto?
–Ni idea. Voy viendo día por día. La semana que viene iré de nuevo al médico y voy a tener un mejor panorama. Tengo que aflojar y descansar dos semanas hasta que me recupere bien. Estoy en plan de descansar. Por suerte nos vino bien tener fecha libre. Si Dios quiere estaré para el primer partido.
–Tu caída fue un impulso para revertir la final. ¿Cómo están de motivación para Palermo?
–La verdad es que no ahora estamos ni pensando en Palermo. Yo estoy disfrutando que todo haya terminado bien y haber ganado. La semana que viene empezaremos las prácticas y a pensar en Palermo. Estamos con ganas por haber jugado bien. Tenemos mucha confianza.
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