Una experiencia distinta: de no conocer el polo a tener clases con los mejores del mundo
Alumnos de la Villa 31 gozaron de un día en Palermo con 15 protagonistas del certamen
“No conocía nada de polo. Solamente había visto algo en la tele, y me parecía un poco aburrido. Pero probándolo, está bueno. Hay que practicar un montón, tener buena técnica... Cuando le pego a la bocha me dan ganas de seguir. Es divertido. Es –digamos– un desafío. Al principio tuve un poco miedo, pero después no. Ahora veo distinto al polo”.
Tania es una de los chicos de 4° y 5° años que visitaron el Campo Argentino de Polo el miércoles pasado. Escuchó muy atenta la clase de Eduardo Heguy, ensayó de pie, subió a una yegüita y durante más de media hora no paró de dar vueltas por la cancha 2, taqueando. Primero, de tiro; enseguida, sola; al rato, al trote. Estaba encantada.
Había disfrutado como pocas Experiencia Polo, una iniciativa de la Asociación Argentina (AAP) para hacer vivir este deporte a gente que lo conoce apenas o nada. Los primeros beneficiarios fueron especiales: alumnos del Instituto Privado Comunidad Filii Dei, habitantes de la Villa 31, de Retiro. En Palermo, 15 polistas del Argentino Abierto compartieron con ellos la mañana o la tarde –según el turno escolar– , enseñándoles cómo se juega a esto.
Las más preguntona era Dámaris, muy curiosa. “Me parece reinteresante. Sabía que existía, pero nunca me puse a mirar un partido. Me regustó. Estar acá es muy lindo”, comentó, antes de aclarar: “Le pegué a la bocha, pero soy malísima. ¡Soy zurda! Pero la intención estuvo”. Lo había hecho de pie y en el caballo de madera. Llegaba el turno del de carne y hueso. “Ahora quiero ir a montar”, se entusiasmó.
Se entusiasmaron todos. Como Mariana, que se enfrentó con Juan Martín Zavaleta (h.) en un desafío a penales de 30 yardas sobre caballos de madera, instigado por Heguy. El Ruso hizo toda la trampa que pudo en favor de la novata, pero no hubo caso con el 2 de La Irenita... Al back de Chapaleufú le quedó la esperanza de remediar todo en la “edición del video”. “¿Te gusta que tu equipo gane?”, preguntó a su alumna. “Sí”, contestó ella. “Bueno, el domingo hinchá por los negros”, aludió a los Pieres, de Ellerstina, sus rivales esta tarde...
Eduardo repartía gorras de Chapaleufú a los chicos. “Tengo que hacer hinchas para que vengan a verme dentro de 10 años”, justificó el ex campeón de 51 años, el protagonista más viejo del Argentino Abierto desde 1951. Más que puntero político, todo un puntero polístico... Organizador de la competencia por la Copa Los Potrillos (para polistas de entre 6 y 14 años) desde hace tres décadas, tiene claro como divertirlos: se sacó fotos con Mariana y con otros, jugó a la pelota con tres varones en una rampa de la tribuna C y luego, mientras el grupo esperaba a Eduardo Novillo Astrada (h.), el presidente de la AAP, para una foto final, organizó un “loco” de fútbol y puso en el medio a... Zavaleta (h.).
A esa altura, habían tenido desayuno y almuerzo los visitantes de la mañana, y almuerzo y merienda los de la tarde, que se quedaron un rato jugando al fútbol y al vóleibol. El polo ya había ocupado el lugar principal. “No sabía que la Argentina es el mejor país en polo. Me enteré de que acá se juega el Mundial”, comentó Fernando, aludiendo al Abierto de Palermo. Ayer lo conocieron varios de ellos, invitados por la AAP.
Así los chicos de la 31 tuvieron su Experiencia Polo. Habrá otras en el futuro, con colegios públicos. El polo quiere llegar a todos.