Pyeongchang 2018: el 5G se cuelga la primera medalla
El invierno llegó a Pyeongchang tan crudo como en Game of Thrones . El “resort” montañoso de Corea del Sur recibirá dentro de un mes a los Juegos Olímpicos de Invierno. El promedio de los últimos diez años indica que cada 9 de febrero, a las 8 pm, la temperatura es de 5,8 grados bajo cero y de menos 12 grados por efecto del viento. Los organizadores montaron una Estadio Olímpico temporal para 50 mil personas, totalmente calefaccionado, para que los atletas y los espectadores no sientan “cómo el viento corta la piel”, según dicen los expertos del clima de la televisión coreana. Dispositivos de calor repartidos por el estadio y chalecos plásticos que equilibran la temperatura de los cuerpos harán que los asistentes no sufran el frío. El estadio costó 78 millones de dólares y desaparecerá para siempre con el cierre de los Paralímpicos, el 18 de marzo. Cualquier prejuicio favorable que haya hacia Corea del Sur, su potencial económico y los avances tecnológicos, se confirman con Pyeongchang 2018.
Berlín 1936 tuvo la primera transmisión televisiva en blanco y negro. Tokio 1964 ofreció la primera vía satélite. Torino 2006 generó la primera transmisión en vivo basada en dispositivos móviles. Pekín 2008 tuvo al COI como primer experimentador de compactos deportivos compartidos en YouTube. Londres 2012 fue el iniciador de las transmisiones en simultáneo para TV, internet, smartphones y tablets. Pyeongchang 2018 ingresará en este listado histórico de innovaciones ligadas al deporte porque será el debut comercial del 5G, la tecnología de comunicación móvil que vuela a 20 gigas por segundo. Es veinte veces más rápida que la actual y que se estima quedará estandarizada durante 2019.
La tecnología 5G es clave en la novedad integral que ofrecerán estos Juegos Olímpicos. No se trata solamente de transmisión de datos, sino que activará el funcionamiento de la Internet de las Cosas durante los Juegos. Los visitantes podrán usar sus GPS para dirigirse a los escenarios de competencia y utilizar dispositivos con realidad aumentada (AR) que además de orientarlos, montarán en un espacio físico real un entorno virtual para conocer cada sede antes de arribar. El 5G permite que Hyundai, uno de los patrocinadores nacionales de los Juegos, disponga de autos sin conductor para el traslado de miembros del COI. Las transmisiones televisivas serán en Ultra HD con una definición superior a la conocida en cualquier acontecimiento deportivo que hayamos visto.
Pyeongchang 2018 será la primera sede olímpica con un robot como voluntario. Su nombre es Furo y habrá réplicas suyas en cada escenario. Traducirá el coreano a ocho idiomas diferentes y podrá entablar conversaciones con los asistentes, indicarles destinos y hasta informarlos sobre los resultados de todas las competiciones. Estarán de recorrida por los escenarios a la espera de los curiosos y de los enviados especiales con urgencias para ir de una sede a otra.
Como sucede en tantos Juegos Olímpicos, los patrocinadores globales se reservan ciertos usos de la tecnología para experimentarlos con atletas y luego lanzarlos al mercado. Visa repartirá en la Villa Olímpica guantes inteligentes que servirán como medio de pago para las compras. Intel llevará una exhibición de eSports como actividad paralela al programa de competición en el cada vez más inquietante coqueteo que tiene el COI con el mundo de los “gamers”.
Ya en el ámbito de los Juegos Paralímpicos (9-18 marzo), la biatleta alemana Andrea Eskau utilizará un trineo diseñado por Toyota basado en las soluciones que implementa en la industria automotriz. Eskau sumó cinco medallas doradas en ciclismo entre Pekín, Londres y Río. Desde Sochi 2014 comenzó su participación en esquí. Ahora colaboró en la concepción de un trineo que le permite optimizar sus movimientos en el biatlón cuando pasa del esquí de fondo al tiro con carabina.
Pyeongochang construyó seis escenarios nuevos y reformó otros tantos. Sus joyas serán el estadio de hockey (con espectadores que podrán estar apenas a 1,5 metros de la cancha) y el de patinaje, que montará una pista que manejará diferentes tipos de frío para combinar las pruebas artísticas con las de velocidad. Todo eso, mientras los asistentes en las butacas disfrutan bajo techo de una temperatura primaveral. Habrá estaciones de realidad virtual para que los espectadores puedan sumergirse en la experiencia de las disciplinas invernales, un atractivo que el COI dispuso solo para los atletas en Río 2016 y que ahora se extiende más allá de la Villa.
El atractivo diferencial que proponen los Juegos Olímpicos de Invierno es la combinación de la destreza humana y la simbiosis con el equipamiento para las pruebas de descenso y velocidad. La construcción de trineos e indumentaria de corte futurista logra efectos que son difíciles de encontrar en los Juegos de Verano. Las compañías involucradas en la creación de esos equipos explotan al máximo ese límite que los Juegos de Invierno sí tienen permitido traspasar.
El COI también hace su aporte tecnológico desde el canal olímpico. Acaba de lanzar una serie de episodios llamados Trending Gold, con perfiles de nueve atletas de diferentes deportes invernales. Son muestrarios en 360 grados y realidad virtual para conocer historias en profundidad de cada disciplina. No es necesario usar dispositivos de VR para poder verlos. El COI avanza en su estrategia de captar nuevas audiencias con contenidos atractivos, sin recurrir como único mantra a la historia de los Juegos Olímpicos, sino a propuestas sustanciosas que tienen más relación con el presente que con el pasado.
El entorno montañoso de Pyeongchang se fusionará con la atmósfera innovadora que define a Corea del Sur, decidida a mostrar todo su potencial. La tensión política flotará en el ambiente de una ciudad ubicada a 80 kilómetros de Corea del Norte y sus enigmas atómicos. La revolución tecnológica que traerán estos Juegos propone una mirada distante desde esta zona calurosa del planeta, que no tiene hábitos de consumo de deportes invernales. Una especie de Corea del Centro que se fascinará un rato con atletas que bajan montañas como torpedos humanos. Esta vez para traernos el 5G y luego olvidarlos, como siempre.
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