Respaldo para Ruggeri
Los hinchas alentaron al director técnico, que el domingo amenazó con la renuncia
"Ruggeri, querido, la hinchada está contigo...."
El grito de aliento de los hinchas sonó con fuerza anoche, en el Nuevo Gasómetro. La gente tomó partido en el entredicho que el domingo último el director técnico de San Lorenzo mantuvo con el presidente Fernando Miele y apoyó a Oscar Ruggeri, que, según se dijo, a poco estuvo de renunciar.
¿Qué ocurrió? El entrenador se quejó porque no pudieron sacar a Chacarita de su estadio y Miele habría acusado falta de garra en el equipo para lograr un triunfo.
Ayer, al parecer, todo volvió a la normalidad. Al menos, así se notó en los protagonistas. Ruggeri, desde el campo, alzó la voz cada vez que el equipo equivocó el camino; Miele, desde el lujoso palco del segundo piso, gozó y disfrutó de la tarea de San Lorenzo, fiel a su estilo: sin aliento.
La cuestión es que se reunieron antes del partido con Junior, se encontraron tras el cotejo, en el transpirado vestuario local. Hablaron de frente, otra vez, sin las lágrimas del domingo último, según la confesión del dirigente. Se sabe, el DT cerrará su ciclo en la entidad a fines de diciembre próximo, según rezan los papeles. "Me quedaría toda la vida", dijo en más de una ocasión Ruggeri. "Por lo menos, hasta junio se queda. ¿Después? Habrá que ver...", comentó un allegado.
¿Qué pasará? No se sabe. Anoche, el vicepresidente de San Lorenzo, Alberto Carrasco, dejó la sensasión de que el tema entre Rugegri y Miele está resuelto.
"Oscar (Ruggeri) es temperamental. El despotricó contra todos porque no existe la igualdad deportiva. En la discusión se levantó el tono de voz, pero a las dos horas estaba todo bien", reconoció el dirigente. Y agregó: "¿Qué pasará con su contrato? Sé que vence en diciembre. Pero hay una cláusula para que siga un año más", dijo Carrasco.
Miele no apareció demasiado en escena. Pero se supo que, horas antes del partido, discutió acaloradamente con el dirigente Jorge Aldrey por el tema del gerenciamiento del fútbol, durante una reunión de la comisión directiva. Hubo hasta quien aseguró que estuvieron a punto de tomarse a golpes de puño.
Mucho antes de la amenaza de renuncia de Ruggeri del domingo último, desechada, por el momento, por expreso pedido de los jugadores, identificados con su propuesta, en agosto de 1997 el presidente le abrió la puerta del adiós a aquel aguerrido defensor, un símbolo del título logrado en 1995 y con fuerte ascendencia en los simpatizantes. "No creo que vuelva a San Lorenzo", dijo, por aquellos días, el ahora ex zaguero.
Miele no lo quería más. Pero tras el anunciado alejamiento de Alfio Basile, el propio Ruggeri se postuló, por la TV, para ocupar su lugar.
Después, tras el idilio de los primeros meses, se presentaron las tormentas, unas tras otras: en mayo último, la frase de Miele "el equipo arruga", enfureció al DT y al plantel, tras la derrota por 3 a 2 ante Gimnasia, de Jujuy; dos meses después el técnico solicitó una amplia lista de refuerzos: apenas se sumaron -según su pedido-, Michelini y Ariel López. Amenazó con irse, luego recapacitó.
El domingo último, tras el partido con Chacarita, Ruggeri explotó y dijo: "Si me tengo que ir, me voy". Dio un portazo y dejó la concentración. Después llegó la reconciliación y volvió la paz. Como pasa siempre en San Lorenzo. Al menos por ahora...
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