Río 2016. Llega la hora de los Lange jóvenes, los "herederos" unidos a Santiago por la vela y el surf
Yago y Klaus Lange disputarán hoy la carrera por las medallas en el 49er, la categoría más espectacular y exigente en lo físico del programa olímpico de vela
RÍO DE JANEIRO - Como todo padre, Santiago Lange tuvo sus éxitos y sus fracasos en la relación con sus hijos. Hubo tiempos mejores y tiempos peores, comprensiones e incomprensiones.
Como pocos padres, Santiago Lange estará hoy en Río de Janeiro, ya dueño de un oro y viendo a dos de sus hijos disputar una final. Todo, apenas 11 meses después de superar una operación por cáncer. Ni Hollywood se atrevería a tanto.
Yago y Klaus Lange competirán en la final del 49er, una de las clases más jóvenes y dinámicas de la vela. Allí están los mejores navegantes, los más fuertes y atléticos, los timoneles de la Copa América, esa Fórmula 1 de la especialidad. Entre los regatistas circula una broma que grafica lo que es la clase en la que compiten los hermanos Lange: "Si Batman navegara, lo haría en un 49er".
La hora de la carrera. Yago y Klaus Lange competirán en la Medal Race del 49er desde las 13.05.
Debutar en los Juegos y partir séptimos en el día decisivo no está nada mal, aunque Yago siente que podría haber sido mejor.
"Hubo un altercado que nos perjudicó injustamente, de lo contrario seríamos cuartos", dijo a LA NACIÓN el mayor de los dos hermanos regatistas, de 28 años. Klaus, gran talento, tiene 21, y hay otros dos hermanos, Theo y Borja, mellizos, que viven en Barcelona, heredaron la veta artística de su madre bailarina y estarán hoy en la Marina de Gloria para ver a los regatistas.
Todo es un entramado familiar cuando se habla de la vela y los Lange. Klaus y Yago, por ejemplo, son entrenados por Miguel Saubidet, hermano de la ex mujer de Santiago Lange, que dedicó su vida a viajar y navegar. Esta es la primera campaña olímpica en la que tiene una tranquilidad real en cuanto a respaldo económico. Nada que ver con otras anteriores -la primera fue en Seúl 88- en la que financiaba su participación en los Juegos con el dinero que ganaba con sus trabajos en la Copa del rey, la Volvo Cup o la Copa América, todos grandes eventos en los que se aprecia el finísimo conocimiento técnico y deportivo de Lange, que a sus 54 años no cesa de sumar admiración y afecto en el mundo de la vela.
Yago vivió un tiempo en Valencia, donde se basó también su padre en las épocas en que la ciudad española fue epicentro de la vela mundial gracias a ser sede de la Copa América. Estudió Administración de Empresas y volvió a entusiasmarse con el yachting, un deporte que había probado de chico -una obviedad si se es un Lange-, pero que dejó en beneficio del rugby. Es como se decía al principio: la relación entre padres e hijos nunca es sencilla, mucho menos si tu padre resulta ser uno de los mejores regatistas de la historia y decide entrenarte. "Eso no funcionó", reconoció Lange padre, que tampoco podía violar una de las leyes naturales del ser humano: los hermanos se pelean, y si es el padre el que debe poner orden… Saquen sus conclusiones. Mejor que se haga cargo el tío.
¿Qué une a Santiago, Klaus y Yago hoy además de la pasión por la vela? El surf, un deporte que los relaja y les permite seguir disfrutando de ese ámbito tan natural para ellos como es el agua. Algo de eso se intuye en un comentario de Yago tras el oro de su padre el martes en Nacra 17 junto a Cecilia Carranza: "Lo de mi viejo es como ver a Kelly Slater surfear con flacos de 20".
Pero lo de hoy no es surf, eso vendrá seguramente después, tras meses de entrenamientos, ashtanga yoga y play-station (Yago) e insaciable lectura (Klaus) . El martes, simultáneamente con su padre luchando por el oro, los hermanos Lange corrieron tres regatas en el paradisíaco escenario de la Bahía de Guanabara: quedaron terceros, undécimos y terceros. Hoy comienzan con 97 unidades, lejos de las 33 de los líderes, los neozelandeses Peter Burling y Blair Tuke.
Aunque lo cierto es que tres años atrás, cuando Yago y Klaus se propusieron clasificarse para los Juegos Olímpicos -se lo anunciaron a su padre vía Skype desde San Francisco- y terminaron arrastrando al patriarca a una aventura que desembocaría en un oro que buscaba desde hacía más de dos décadas, la expectativa no era el podio. En absoluto. Otra cosa es que Santiago, el mejor lector de vientos junto con el ya retirado brasileño Torben Grael, sea la acción de oro de los hermanos: con él como asesor todo es posible. Por eso es que les duele comenzar séptimos hoy, por eso es que quieren terminar lo más arriba posible, por eso es que ya piensan en Tokio 2020.
sf/ae
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