Golf / El 20° Abierto de Salta. Rodríguez, cómodo
Totalizó 273 golpes (-11) y aventajó por cuatro a Juan Pablo Abbate; logró su segundo título en la temporada
SALTA.- La victoria de Miguel Rodríguez en el 20° Abierto de Salta se concretó con algo de sufrimiento en los hoyos finales, pero con la certeza de que fue, sin duda, el mejor durante todo el torneo.
Después de tres vueltas bajo el par y seis golpes de ventaja sobre su escolta al comenzar el día, el jugador de Ranelagh tenía margen para equivocarse y lo utilizó para trabajar un triunfo que nunca llegó a peligrar.
Fueron 74 golpes (+3) en el recorrido final, para un total de 273 (-11), cuatro menos que Juan Pablo Abbate. En algún momento, Rodríguez tenía que permitirse alguno de los errores que esquivó durante 54 hoyos en esos greens inabordables del Salta Polo Club.
Arrancó con birdies en el 1 y en el 2. Sin embargo, por ser el candidato obligado a la victoria y porque le faltó fortuna en momentos clave de la vuelta, su marcha empezó a encontrar obstáculos. Terminó bajo el par la ida, ya que después de dos bogeys (5 y 7) embocó un putt de cuatro metros en el 9 y sacó la máxima ventaja del torneo: 9 golpes sobre Abbate.
Parecía que la última parte del torneo sería un trámite, pero Rodríguez volvió a poner un signo de interrogación con sus tropiezos: hizo tres putts en el 10, falló su tiro al green en el par 3 del 11 y volvió a marcar un bogey. Y después de un respiro en el 12 (birdie), llegó el doble bogey en el 13 (su salida terminó en un hazard de agua y necesitó tres golpes sobre el green). El 16 también fue bogey y la diferencia se redujo a tres con dos hoyos por delante. Abbate tuvo la chance de birdie en el 17, pero la perdió por poco y se acabó la discusión.
A la hora de hablar en la premiación, Rodríguez se escapó del molde y fue, al menos, original. Enfundado en el poncho de los campeones, felicitó a las madres, le dedicó el triunfo a la suya, "agradeció" en broma a Romero y Cabrera por haber jugado debajo de su nivel, haciéndole más fácil llegar a la victoria.
Se acordó de las promotoras, "a las que nadie nunca nombra", de Sebastián, su preparador físico, que "no sabe nada de golf" pero le llevó los palos, y les pidió disculpas a sus tres compañeros del Pro-am del miércoles por no haber marcado ni un solo birdie. Es que se los guardó para darle forma a su esperada y contundente primera victoria en nuestro país, la segunda del año después del festejo en el Abierto de Venezuela.
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