Roger Federer, íntimo: "No se encuentra un momento de aburrimiento con cuatro hijos"
Dentro de tres meses Roger Federer cumplirá 38 años. El suizo, máximo ganador de trofeos de Grand Slam (20) y de 101 títulos en total, se mantiene exquisitamente vigente y competitivo. El tiempo parece no pasar para él. Ya no juega por la posición en el ranking (de todos modos, en estos días ascendió al número 3 luego de que el alemán Alexander Zverev perdiera los puntos que defendía en Munich): lo sigue haciendo por la gloria, por su pasión por el deporte, porque disfruta de lo que hace. También gana mucho dinero, claro, pero ese ya no es su principal incentivo.
"Siempre hay maneras de mejorar un poquito más. Puede ser algún golpe aquí o allá, puede ser cómo te organizas, puede ser una cuestión de recalibrar todo, la vida, cómo me planteo jugar un partido, la preparación mental, dónde me entreno... Siempre hay pequeñas cosas por hacer. Para muchos jugadores, una vez que pasan los 20 o 25 años, se trata de mantener cierto nivel. No quiero decir que sea frustrante, porque de los 10 a los 20 ves cómo vas sacando cada vez más fuerte, te mueves más rápido, y de repente llega un día en el que ves que las mejoras son mínimas. Si miras el aspecto negativo es terrible, pero si lo miras con otros ojos resulta interesante, realmente apasionante. Yo siempre trato de volver a mi mejor nivel, y hay que demostrarlo cada día", explicó Federer, con mucha claridad, en una entrevista con el diario El País de España, a pocas horas de su debut en el Masters 1000 de Madrid (lo hará este martes, por la 2ª ronda, frente al francés Richard Gasquet, cerca de las 15 de nuestro país). El suizo no compite sobre polvo de ladrillo desde el Masters 1000 de Roma 2016.
¿Cómo mantiene la pasión? ¿Qué es lo que más lo inspira después de tantos años?, le preguntaron a Federer. Y respondió: "Bueno, es que me encanta jugar. Rememoro mis años como júnior y lo que más me gustaba era jugar al tenis, ir al siguiente partido. Si a eso le sumamos ahora los viajes por todo el mundo y jugar en grandes estadios, lo paso muy bien. Y tengo un gran equipo, me dan muchísimo apoyo. La gente me mira y se pregunta cómo lo hago, y ellos ponen de su parte para darme un uno o un diez por ciento extra. No puedo hacerlo todo solo. Espero que aún me quede mucha energía en el tanque. Me encanta venir a los torneos y ver a los demás jugadores. Son como mi otra familia".
El jugador nacido en Basilea aventuró que en diez años se ve vinculado al tenis, como formador de juveniles o "en algo totalmente diferente. No lo sé. Hay mucho que se puede hacer". ¿Qué cosas lo irritan? "Creo que para eso están mis hijos –expresó–. Son quienes de verdad me ponen a prueba. Me anticipo bien porque soy tenista, soy deportista, y pienso que voy un paso por delante y luego resulta que no, que te pillan, y ahí ya no puedo poner cara de póquer como si no hubiera pasado nada. Ellos te importan, y cuando alguien te importa ya entran en juego las emociones, y ahí la cara de póquer se deshace como un azucarillo. Para lo bueno y para lo malo, no encuentras un momento de aburrimiento con cuatro hijos".
?? #MMOPENpic.twitter.com/OIehcJut54&— Mutua Madrid Open (@MutuaMadridOpen) 6 de mayo de 2019
Si Federer pudiera elegir, al menos 24 horas, ser otra persona, ¿qué elegiría? ¿Un cantante de rock, futbolista, político? "Yo quizás elegiría ser una persona corriente. ¿Cómo será una vida muy corriente? ¿Cómo vive una persona normal? Podría ser no solo un día, también me valdría una semana. El trabajo no tendría por qué ser algo maravilloso, algo que te inspire un montón, sino algo normal. Eso es lo que más busco para mi familia. Cuando vamos de gira en el circuito vivimos esta especie de bendita locura, que no es la realidad, y no debemos tomarla como tal. Hago un esfuerzo consciente por mi mujer y mis hijos, pero estaría bien ir a trabajar, y cuando terminase, volver con tu familia o si no la tienes, ir a tomarte una copa. ¿Cómo sería poder hacer eso? Me lo puedo imaginar, pero es algo que no me importaría probar".
Federer reconoce que muchas veces el tenista de elite vive en una burbuja y que puede entrar en un círculo peligroso. Y que está en cada uno diferenciar la puesta en escena de lo real. "Es importante que sepas dónde están tus raíces, quiénes son tus amigos de verdad, mientras pasas por este proceso, que puede ser bastante engañoso, sobre todo para la gente joven. De repente te ves rodeado de agentes, acuerdos de patrocinio, dinero, y puede que en tu vida no hayas tenido mucho dinero. De verdad que puede poner a prueba tu carácter y los vínculos con tu familia y amigos. Es una fase complicada, y lo mejor es tener buenos consejeros", argumentó uno de los mejores deportistas de la historia.
¿Tendrá, Federer, algún truco para mantener los pies sobre la tierra? "No lo tengo, creo que es algo que he hecho bien a lo largo de mi carrera. En el momento en que me subo al coche y abandono las instalaciones, el tenista se queda allí. Sé que soy un deportista profesional, tienes que cuidarte para rendir luego, pero llego a casa y no me veo como el deportista famoso o el tenista. Creo que este equilibrio, esta transición, es algo que hago muy rápidamente, de manera natural, sin pensar en ello. Creo que eso me ha venido muy bien". Aplausos.