Grupo B. Rooney, eje de un conflicto
Manchester United y Eriksson no se ponen de acuerdo acerca de la fecha de regreso del atacante; Gerrard, lesionado
BUHLERTAL, Alemania.- El pobre de Wayne Rooney debe de estar harto. Tironean de él como si se tratase de un muñeco. Y en el medio, el sueño de ese chico de 20 años que quiere pensar sólo en competir en su primer Mundial. Nada menos. Porque ahora que, dicen, está recuperado, su club y el seleccionado inglés se pelean por los tiempos de su regreso. Y todo comienza a ensombrecerse para el delantero.
La novedad la enunció el propio Sven Goran Eriksson, ayer, en conferencia de prensa: "La buena noticia es que Rooney ya no está lesionado". Eso ocurrió tras los estudios que el jugador se realizó en su país para analizar la evolución de la fractura en el cuarto metatarso derecho, que sufrió el 29 de abril último. Pero detrás de esa buena nueva se esconde una trama de intereses. Porque Manchester United, el dueño de su pase, se mostró reticente a que el jugador regresara a la concentración mundialista; quería que Rooney, que vale millones de euros, no participara del Mundial.
La situación se destrabó tras la negociación entre el club y la federación inglesa. Y el atacante regresó a Alemania, con el diagnóstico de los médicos de Manchester: sólo podrá jugar tras la primera rueda. Es decir, no antes del 24 del actual, lo que le da otras dos semanas para ponerse a punto. "El punto de vista médico de los expertos es que Wayne tiene buenas chances de jugar después de la etapa de partidos del grupo", reza un comunicado del equipo inglés.
Pero... Eriksson no piensa igual. Al menos no quiere condicionamientos. Y por eso, tras confirmar que Rooney ya no está lesionado, impuso su voz de mando. "Ahora depende de nosotros ponerlo en condiciones físicas. Estoy abierto para escuchar a cualquiera e incluir a Rooney en las discusiones. Pero la última palabra en esta historia la conservamos exclusivamente él y yo." Muy claro fue el entrenador sueco. Y algunos vislumbraron en sus palabras la posibilidad de que el delantero pueda actuar ante Trinidad y Tobago o Suecia, en el segundo y en el tercer partido del Grupo B.
Sin embargo, a Eriksson le seguían preguntando por el caso Rooney. Insistían los medios de su país, gustosos de presionar sobre un asunto urticante. Y en un momento el DT se cansó y estalló. "Hago esto en el interés de Rooney, del seleccionado inglés y de 40 millones de simpatizantes. Me hago responsable y no quiero más discusiones sobre el tema hasta que yo les diga que está listo. Tampoco deseo que mis jugadores opinen", vociferó, se levantó de la silla y se fue de la sala.
Lo cierto es que Rooney no es la única preocupación del entrenador. En las últimas dos jornadas, Steven Gerrard (uno de los pilares del medio campo inglés) casi no se pudo entrenar por una molestia en la zona lumbar. Y su participación en el debut, mañana, ante Paraguay, corre peligro. "Recibí un golpe en la cadera y desde entonces tengo afectada la parte baja de la espalda. Trabajaré al máximo para recuperarme, porque tengo una ocasión única, pero creo que hay un 50% de probabilidades de que pueda jugar con Paraguay. En todo caso, si la lesión mejora como en las últimas 24 horas, creo que estaré a punto", relató el volante de Liverpool, otro dolor de cabeza para Eriksson.
- Los jefes de Estado, con mucha confianza
"La selección de Inglaterra es lo bastante fuerte como para ganar la Copa del Mundo", vaticinó Tony Blair, primer ministro del Reino Unido. Con similar confianza surgió Nicanor Duarte (foto), presidente de Paraguay, respecto del debut: "El sábado venceremos a los ingleses. ¿Por qué no lo podemos hacer? Si somos de buena raza... Paraguay es uno de los mejores equipos".