Rugby | El primer test-match. Con espíritu ganador
En el choque que abrió la serie y sin brillar, pero con coraje, los Pumas superaron a Gales 27-25 en Puerto Madryn; el sábado próximo, la revancha
PUERTO MADRYN, Chubut.- Reconforta, fortalece el alma y hasta reivindica. Variadas interpretaciones se le pueden dar a la victoria de comienzo de temporada. Pero todas van a coincidir en que el festejo era indispensable en el reencuentro para pisar firme nuevamente. En esa meta se orientó el seleccionado argentino, y a partir de la convicción ganadora logró sobreponerse al obstinado Gales que, desde su vehemencia, pretendió dominarel corazón Puma. No lo consiguió, porque los argentinos recurrieron a su integridad, a su encendido coraje para sobreponerse a las adversidades en un choque que les presentó más obstáculos de los que preveían. Esa determinación inquebrantable, pese a las provocaciones del rival, resultó el salvo conducto para esta alentadora victoria por 27-25. Tal vez no deje demasiados signos positivos desde lo estrictamente referido al juego, pero sí desde el valor y el significado.
Los Dragones Rojos sorprendieron desde el kick-off mismo con la avasallante disposición, llevando las acciones a un terreno de exigencia física muy alto, con pasajes de una dinámica incontenible. Atropellaron sin respiro en el arranque, y así se gestó la conquista de Mark Jones: avance en secuencias, que se interrumpió en un penal jugado rápido hacia el extremo izquierdo, para la definición del N° 14. El sacudón motivó la reacción inmediata de los Pumas, que en la salida nomás fueron en busca del in-goal y tal ambición se resume en la zambullida de Juan Fernández Lobbe (bien Leguizamón al tapar un kick), que es estrelló con los carteles de publicidad por llegar a apoyar. El apertura y estratego Federico Todeschini volvió a brindar su eficacia a la hora de patear a los palos, y el conjunto local se pudo reacomodar, aunque otro error lo dejó nuevamente en desventaja. El gigante Ian Evans interceptó un pase del capitán Agustín Pichot y corrió casi media cancha hasta debajo de los postes (7-12).
Sin embargo, en esos momentos en lo que todo parece complicarse, la Argentina brilló desde la actitud, desde la entrega. Los forwards no se dejaron llevar por delante, batallaron con estoicismo, aunque en ciertos instantes se pasaron de revoluciones y cometieron penales que los alejaron de situaciones beneficiosas. Aunque fue Gales el que planteó la batalla siempre en el límite, pero no le dio resultado. Consecuencia: terminaron pagando ese planteo con las amonestaciones de Gavin Thomas y Alix Popham. Y no hubiese sido desmedido que el árbitro irlandés Alain Rolland hubiera sacado alguna otra tarjeta amarilla más.
El pie derecho de Todeschini sumó tranquilidad. Las formaciones fijas anduvieron bien. En el line-out se capturaron dos balones ajenos -se perdió uno- y el scrum sigue aportando máxima confiabilidad; de hecho, los últimos dos tries nacieron desde un fijo: el de José María Núñez Piossek, después de aprovechar con determinación el lado ciego, y el de Francisco Leonelli, después de robar el lanzamiento de los galeses en sus propias 25 yardas.
Una de las falencias del equipo nacional se advirtió en el plano defensivo. Cuando los argentinos desplazaban la marca hacia los laterales, los británicos exploraron con inteligencia las diagonales, entonces eso obligaba el reacomodamiento defensivo en una segunda instancia. Un desgaste superior. Tacklear de atrás no es lo mismo que contener al oponente de frente, en la gestación del ataque. Los argentinos tampoco se sintieron cómodos cuando Gales le imprimió velocidad de sus desplazamientos; en el juego dinámico, veloz, los Pumas pasaron algunas zozobras, y en el cierre les costó el try de toda la cancha de Jamie Hook. Los Pumas dispusieron de más ocasiones para marcar, pero la falta de justeza en el manejo y, cierta profundidad, no les permitió contar con un marcador más holgado, con una victoria quizá no tan apretada.
El éxito siempre es válido. En esta oportunidad, no lo fue desde el juego, aunque sí quedó como satisfacción el rendimiento en las formaciones fijas; pero la victoria es muy constructiva porque apuntala el concepto que se empezó a vislumbrar hacia fines del año último, el del espíritu ganador que desean construir los Pumas.
4 son las veces que los Pumas vencieron a Gales en los 12 test-matches que disputaron.