Cuando un problema de corazón le dice basta a la pasión

El miércoles previo al partido ante Sudáfrica en Vélez, Matías Díaz, pilar de los Pumas, sufrió una taquicardia, es decir, una alteración en el ritmo de los latidos del corazón. Una semana más tarde, luego de conocerse los resultados de los estudios y la interconsulta con especialistas, y cuando ya había sido designado para integrar el plantel que iría al Mundial de rugby, se le indicó reposo deportivo absoluto por dos meses, por lo que se perderá la gran cita. Hasta que no se conozca el diagnóstico definitivo, el futuro de Díaz en el seleccionado es incierto. Por el momento, la prioridad es su salud y lo positivo es que, si la dolencia podía derivar en algo peor, fue detectada a tiempo.

Las afecciones cardíacas son la principal causa de muerte entre los deportistas de alto rendimiento. A pesar de los rigurosos controles que se practican en todos los niveles, más en un seleccionado mayor, en ocasiones la enfermedad escapa del radar de los estudios y es entonces cuando la situación se torna irreversible.

"Matías sufrió una alteración en la resonancia cardíaca", explicó Guillermo Botto, médico de los Pumas. "Todavía no podemos determinar con exactitud el nombre y apellido de la afección. Luego de los dos meses de reposo, se le volverán a realizar estudios. Si se normalizan los parámetros podrá retomar la práctica deportiva. Si no, se estudiará más en profundidad para llegar a un diagnóstico definitivo".

En junio, como a todos los integrantes del Pladar, desde Pumitas hasta seleccionado mayor, Díaz, de 25 años, había pasado por los exámenes de rutina: electrocardiograma, ergometría, ecocardiograma y radiografía de tórax. Entonces, ¿cómo es que tres meses más tarde sucede esto? "No hay método que sea 100% efectivo. En general, una arritmia no aparece en un electrocardiograma", explica Marcelo El Bis, cardiólogo del sanatorio Mater Dei, especialista en muerte súbita en deportistas.

La situación de Díaz cobra mayor sensibilidad por sus antecedentes, ya que su padre falleció por un paro cardíaco. "Matías es un jugador en riesgo. Hay que analizar bien la historia médica y la sintomatología para hacer una evaluación correcta y no considerar sólo el resultado que arroja una máquina".

Un caso similar ocurrió recientemente también en el seleccionado mayor. Tras debutar en los Pumas durante la última gira de noviembre, a Lucas Ponce, segunda línea de CUBA, se le diagnosticó miocardiopatía hipertrófica, un engrosamiento de las paredes del corazón. Posteriormente le realizó un estudio genético en España que determinó que tenía antecedentes, y debió abandonar la alta competencia a los 24 años, habiendo jugado apenas tres partidos en los Pumas.

"Antes de los 40, la primera causa de muerte en deportistas es la cardiopatía congénita. Es decir, ya venís mal de fábrica", grafica El Bis. "Sin embargo, en la alta competencia el riesgo de muerte súbita es de apenas uno cada 100.000 horas/hombre". Para El Bis, el rugby no representa un riesgo mayor que otros deportes, pero sí explica que en la alta competencia hay más exposición a la muerte súbita que en un deporte recreacional.

Según la Revista de Cardiología Española, "las personas que practican actividad deportiva intensa presentan una incidencia mayor de muerte súbita: 1,6 muertes por 100.000 frente a 0,75". En la Argentina, cuenta Del Bis, la mayor causa de muerte es miocardiopatía hipertrófica, seguida por la arritmia sostenida y la displasia arritmogénica de ventrículo derecho. "Si uno es sano, ningún deporte te hace mal", concluye.

Los casos de Matías Díaz y Lucas Ponce difieren en los detalles. A uno le detectaron la afección por un síntoma, al otro en una evaluación médica. Uno no puede seguir jugando, el otro aún debe esperar por nuevos estudios para conocer su futuro. Pero tienen algunas coincidencias también. Ambos podrían estar a punto de disputar su primer Mundial, por ejemplo. Más importante es que, aunque fuera de la alta competencia, los dos puedan seguir con su vida normal.