Rugby | El segundo test-match con Gales. Desafío para enriquecer una personalidad estable
En la revancha con los británicos, los Pumas buscarán extender su serie de victorias; el encuentro será en la cancha de Vélez, desde las 15.40
Las intenciones a veces no alcanzan; sobre todo cuando algunas realidades exigen un respaldo concreto con hechos elocuentes. Esa puede ser la sensación que envuelve a los Pumas, el compromiso que asumieron. Esto sale a la luz porque los propios jugadores repiten desde hace tiempo que ya no los satisfacen las "actuaciones heroicas". Edificar su destino a partir de victorias es lo que desean, es por lo que se esfuerzan. En ese camino se posicionaron para transitar el tramo final hacia la Copa del Mundo 2007 con la autoridad que otorgan los resultados. Y esta tarde hay un nuevo eslabón en esa cadena evolutiva. Una oportunidad para reafirmarse, con un desafío puntual: ganar por primera vez cuatro test-matches en forma consecutiva.
Cambió la óptica el año último. La gira por Escocia e Italia sirvió para darle valía a esa "nueva postura". Los éxitos en Edimburgo y en Génova avalaron los propósitos, renovados hace seis días en Puerto Madryn con el triunfo ante Gales. La apertura de la serie con los Dragones Rojos entregó una certeza: la integridad anímica del seleccionado. Ese poder, superior a cualquier situación condicionante, es el cimiento de un conjunto que a esta altura es difícil sacarlo de su línea. Los británicos ya descubrieron eso, porque en el primer round pretendieron intimidarlos con recursos varios, pero no lo lograron.
El seleccionado argentino también está advertido. La experiencia de 2004 ante los galeses, con un triunfo en el choque inicial en el interior -en Tucumán- y luego un cachetazo inapelable en Vélez en el desquite, ha quedado en la memoria como una lección. Repetir aquello sería un error, improductivo en este proceso de crecimiento.
Se espera un enfrentamiento de mayor exigencia al que se dio en la Patagonia. Porque ambos se estudiaron más y porque eso requerirá crear diferentes alternativas para sorprender. Los Pumas aparecerán en Liniers con tres dos hombres que no participaron del primer choque: Felipe Contepomi y Martín Durand, dos que pueden darle otros recursos al equipo, y Francisco Leonelli, un jugador que garantiza definición. Repitiendo por quinta vez (jugaron ante los Lions, Italia dos veces y Escocia) la fórmula Federico Todeschini como N° 10 y Felipe Contepomi de N° 12, el técnico Marcelo Loffreda remarca la intención que continuar ensayado variantes estratégicas, cuando parece que queda postergado -al menos por el momento- la posibilidad de utilizarlo a Juan Martín Hernández como apertura. En las demás posiciones no se ven exámenes especiales, sí está claro el convincente aporte de Juan Fernández Lobbe y el progreso de Gonzalo Tiesi.
En cuanto al funcionamiento, será importante consolidarse en los aspectos que dieron resultado en la Patagonia: el line y el scrum. Los forwards cargarán con la responsabilidad de dar el primer ejemplo de cómo doblegar a un rival vehemente. En esa pulseada física está la fórmula para obtener los beneficios. Defensivamente hay que corregir algo: el bloqueo en la primera secuencia de ataque. La lucha individual es fundamental. A los galeses no se les puede regalar espacios, porque los distingue la voracidad para contraatacar, con Mike Phillips como motor del vértigo y backs con gran capacidad de penetración (cuando se lanzan Williams y Hook, son peligrosos).
Con su modelo remozado, Gales tiene la exigencia de volver a festejar después de cuatro actuaciones sin vencer, sólo tiene el crédito de un empate con Italia en el Seis Naciones (18-18). "Hemos sido bastante competitivos, muy físicos y creo que jugamos un buen rugby. Perdimos porque fuimos víctimas de errores que sabremos corregir; si tenemos la misma actitud del primer partido, no dudo de que las cosas van a salir bien", argumentó el coach debutante Gareth Jenkins.
Pumas y galeses están obsesionados con vencer. Es el resultado que necesitan para afirmarse, para realimentar la confianza. Todos estos motivos hacen del test-match N° 13 del historial un paso relevante. Habrá que ver quién está en mejores condiciones para cumplir con su cometido.
12 son los partidos del historial entre la Argentina y Gales; los Pumas ganaron cuatro; los Dragones Rojos, siete, y hubo en empate (en 1968)