Fue el éxito de la entrega y la pasión, apoyadas en un plan serio a largo plazo
Hay muchas cosas para agradecerles a estos jugadores y a su staff. Agradecerles haber mostrado que el rugby sigue siendo uno solo y que la cancha es un lugar sagrado, en el que las mediocridades no entran. Donde una camiseta es mucho más que cualquier cosa y en la que la celeste y blanca imaginaria, por ser un equipo representando a nuestro país, representa a los miles de jugadores de cada club en cada rincón de la Argentina. Estos jugadores mostraron la entrega, el compromiso, la pasión y la solidaridad que fueron, son y serán la firma del rugby argentino.
Hoy es el momento de celebrar todos y de tratar de sentirnos todos parte de este éxito, gracias a un plan serio, con muchísimas personas involucradas desde el alto rendimiento y el rugby de base. Un plan que, con errores y aciertos, es parte del crecimiento de todo el rugby argentino, que por primera vez trata de organizarse y planear a largo plazo. Pero para este desafío necesitamos dejar las fábulas de lado, las mediocridades y trabajar para seguir poniendo a nuestro rugby en el lugar que todos queremos.
Como nos mostraron en la cancha los chicos, como nos enseñaron de chiquitos. Como es el rugby. Siempre para adelante. ¡Felicitaciones a todos!
Agustín Pichot