Rugby. La sencillez del campeón
Todo les sonríe a los All Blacks en su paso por Buenos Aires; con distensión y sin divismos, pasean, son saludados, salen a comer y disfrutan buenos entrenamientos; el sábado jugarán con los Pumas
El viento de un mediodía fresco pero soleado no cambia los planes. En remera y pantalón corto de entrenamiento, los All Blacks dejan su refugio en el hotel Emperador y salen a caminar las calles de Buenos Aires. Separados en grupos de tres o cuatro se mueven por la zona de Retiro con soltura y tranquilidad.
A diferencia de lo que ocurriría en Nueva Zelanda, la gente los deja transitar con libertad. Los campeones del mundo reciben gratitud y afecto de los que los reconocen y miradas de sorpresa de quienes se ven intimidados por su corpulencia. "Ah, son los All Blacks. ¿Así que ése es Carter, la figura de ellos?", comenta un taxista al pasar, sobre el mejor apertura del momento.
Pese a estar a un paso de ganar el Personal Rugby Championship (lo lograrán de vencer a los Pumas), nada en la gira modifica su rutina ni sus costumbres. Sin estridencias ni divismos, desde que arribaron se desenvuelven con naturalidad, en las prácticas y fuera de ellas, y se dejan ver.
"Todo es muy positivo desde que llegamos", afirma el entrenador, Steve Hansen. Sucesor de Graham Henry, de quien fue ayudante en el mundial de 2011, se muestra muy conforme con cómo están cursando los días previos al encuentro del próximo sábado con los Pumas. "Estoy feliz con el entrenamiento de hoy. Fue el mejor del año. No sé por qué pero esta mañana funcionó todo muy bien", dice contento el DT acerca del ensayo en St. George’s College, de Quilmes. Y, haciendo gala de su pasado en fuerzas de seguridad, reconoce estar "muy contento con el seguimiento de la policía", aludiendo a que el grupo tiene escolta para ir a las prácticas. "A los que visten de negro [por el grupo especial GOMF] se los respeta más que a los de azul", apunta sonriente Hansen, que antes de ser entrenador de rugby fue policía en su país.
Ma’a Nonu entra al lobby y sale, enfundado en bermudas amarillas y enormes auriculares, bailando. Mira de reojo, sonríe y ensaya una danza que dista mucho del famoso y temible haka. Confeso fanático de Carlos Tevez, escucha cumbia, al igual que su ídolo futbolístico. Piri Weepu lo mira y también sonríe. Se sienta en uno de los cómodos sillones de la planta baja y aguarda la llegada de más compañeros. Otros se suben a un Camaro 1970 de color azul y parten con rumbo desconocido, prometiendo regresar a la hora señalada. El momento del almuerzo es libre y cada uno tiene permiso para salir hasta las 15, hora de reunirse e ir al gimnasio, un Sport Club. En cambio, Dan Carter, Richie McCaw y Conrad Smith, entre otros, no dejan sus habitaciones y se quedan descansando, al igual que gran parte de las 45 personas que completan la delegación kiwi.
Ya en la noche del lunes tuvieron la oportunidad de ir a cenar afuera y varios se dejaron tentar por un local de Mc Donald’s. En tanto, la opción elegida del martes es comer en Puerto Madero, junto al río.
Para este miércoles, día de descanso, la idea es hacer turismo, aunque no muy alejado del búnker. "No hay nada organizado ni preestablecido. Cada uno puede hacer lo que quiera", adelanta el jefe de prensa, Joe Locke. Y agrega: "Seguramente algunos optarán por ir a La Boca, al cine o a caminar por aquí". Lo cierto es que el grueso del plantel tiene previsto un recorrido en el ómnibus turístico de la ciudad, para conocer lo más posible de Buenos Aires.
De todos modos, hay varios que ya estuvieron en la capital argentina. En 2001 la visitó Richie McCaw, para aquel recordado 24-20 en el estadio de River, cuando el local estuvo a pocos minutos de vencer por primera vez en la historia a Nueva Zelanda. Y en 2006 estuvieron Hore, Carter, Weepu, Nonu y Woodcock, que obtuvieron, en Vélez, otro triunfo ajustado (25 a 19).
Dos jóvenes fanáticos, apostados en la puerta del hotel, espían cada movimiento de los Hombres de Negro. Hojas en blanco en mano, aguardan la chance de sumar la mayor cantidad posible de autógrafos a sus colecciones. "A los franceses los esperamos casi ocho horas", dice uno de ellos, recordando el paso de Les Blues de junio pasado. "Eso sí: nos llevamos un par de medias y una remera térmica de regalo", recuerda con el rostro lleno de ilusión de repetir la hazaña y guardar, para siempre, un recuerdo del mejor equipo de rugby del planeta.
"PHELAN ES UN GRAN ENTRENADOR"
El head coach del equipo más importante del mundo, al igual que sus dirigidos, se presenta sencillo y sin rodeos. Se expresa en forma clara y su mensaje es directo. Y no duda en señalar que una de las razones de la positiva actualidad del seleccionado argentino es el valioso aporte de su conductor, Santiago Phelan. "Todos hablan de Graham (Henry) y de cómo están evolucionando los Pumas, pero se olvidan de Phelan. Es un gran entrenador y tiene mucho que ver con el presente que tiene su equipo", destacó sobre su joven colega. Pero, al mismo tiempo, marcó una de las debilidades de la Argentina al sostener que "los Pumas tienen que jugar 80 minutos para ganar. Concentrarse más y tener más consistencia". En relación al rugby de los All Blacks, Hansen no ve la necesidad de realizar modificaciones sustanciales en su estructura. "No tenemos que cambiar mucho en cuanto a nuestro juego ya que estamos en el punto medio. Sólo tenemos que continuar mejorando", resumió.
POR PRIMERA VEZ SE REPITE UNA FORMACIÓN
Antes de la práctica de la tarde, Phelan anunció la alineación para el próximo sábado ante Nueva Zelanda. Los elegidos son los que empezaron el encuentro de hace 11 días con Australia en Gold Coast, donde la Argentina perdió 23-19. Por primera vez en el torneo se repetirá el equipo inicial, Los titulares: González Amorosino; Camacho, Bosch, Santiago Fernández y Agulla; Juan Martín Hernández y Landajo; Leguizamón, Juan Fernández Lobbe (capitán) y Farías Cabello; Albacete y Carizza; Figallo, Guiñazú y Roncero.
lanacionar