Lavanini, la suspensión y el tiempo de su lado para madurar y crecer
Se declaró culpable por el incidente en el debut de los Jaguares en Sudáfrica y se perderá la segunda fecha; a los 23 años, la inexperiencia le juega en contra
DURBAN, Sudáfrica.– Hay situaciones en las que lo más sencillo es descargar moralina. Por ejemplo, en la de una nueva suspensión de Tomás Lavanini, que le genera una baja importante al equipo titular y al plantel de los Jaguares, con vistas al encuentro del sábado próximo ante el poderoso Sharks, aquí en Durban, por la segunda fecha del Super Rugby. El segunda línea, que fue sancionado por una semana y que hoy mismo emprenderá el regreso a la Argentina, se excede más de la cuenta a la hora de jugar, pero todavía cuenta con la inmadurez de sus 23 años recién cumplidos, aunque parezca un adulto con sus apenas dos temporadas en el rugby internacional.
Lavanini es consciente del error en el que acaba de volver a caer. Ayer, mientras sus compañeros salían a entrenar al campo del colegio Northwood –donde practican los Springboks cuando vienen a Durban-, el jugador crecido en Hindú se quedó en el hotel para declararse culpable en la videoconferencia con el oficial de citaciones de la Sanzaar. Esa decisión, aconsejada por un abogado sudafricano contratado por la UAR, atenuó la suspensión y le permitirá volver en la tercera fecha, cuando los Jaguares debuten en Vélez ante los Chiefs neozelandeses, el 19 de marzo.
"Juega al límite y a veces se excede, pero yo lo quiero a mi lado. El día que no lo tenga, no sé qué voy a hacer", había dicho el capitán Agustín Creevy después del partido con los Cheetahs, en el que el árbitro le perdonó una tarjeta cuando se zambulló y golpeó con su rodilla a un rival que había marcado el try. De haber sido amonestado o expulsado, Lavanini hubiese dejado en ese entonces a su equipo con 12 jugadores (ya estaban afuera Landajo y Sánchez) o con uno menos un tiempo y medio.
Está claro que Lavanini se tiene que cuidar más. Es la segunda suspensión consecutiva. Fue sancionado por embestir peligrosamente a un rival en el partido contra los Springboks por el tercer puesto de la Copa del Mundo y eso le costó perderse el encuentro con los Barbarians, en Twickenham. Y ya se había tenido que volver de Nueva Zelanda en el Rugby Championship 2014 por golpear a Richie McCaw en un ruck.
¿Cuál es el panorama para el sábado? Lo reemplazará Matías Alemanno y como suplente quedarán Javier Ortega Desio o Rodrigo Báez, los dos únicos del plantel que pueden jugar como segunda línea.
Lo que también está claro es que jugadores de las características de Lavanini viven al límite. Los años y la inteligencia que brindan jugar muchos de estos partidos enseñan las mañas y la concentración para no estar tan expuestos y, especialmente, tan bajo la mirada especialmente dirigida de los árbitros.
El staff de los Pumas, sobre todo Germán Fernández, ha trabajado mucho con Lavanini sobre este aspecto, ya que el segunda línea, además, caía reiteradamente en penales. Mejoró a lo largo del año pasado, pero las dos suspensiones consecutivas lo ponen otra vez en peligro porque además ahora está bajo la órbita de un contrato en el que está fijada la disciplina.
Lo cierto también es que Lavanini se descontroló el viernes en un equipo que en un momento cayó en el descontrol. No es de ninguna manera un justificativo, pero tampoco es para caerle sólo a él.
Lavanini es un crack. Es de esos segundas líneas que están para hacer historia. Pero tiene 23 años. Casi no jugó en la Primera de su club. Tiene que seguir aprendiendo.
La jugada de la polémica
jb/jt