SANTIAGO, Chile (Especial).- La notoria mejoría de los Pumas en la segunda actuación (éxito ante Uruguay por 69-10) de ninguna manera dejó complacido del todo a Marcelo Loffreda. Por el hecho de que en la despedida haya que enfrentar a Venezuela, el rival más débil del Sudamericano, el entrenador nacional les pidió a los jugadores que no se relajaran porque aún deben erradicar las imprecisiones.
En la mañana de ayer, el plantel concurrió a una pileta, y por la tarde se entrenó en la cancha de la Universidad Católica. Los que no se exigieron demasiado, a causa de leves molestias, fueron el capitán Federico Méndez (con contractura en el isquiotibial derecho) y Francisco Leonelli (con traumatismo en el pie izquierdo). Francisco Bosch, que se golpeó la cabeza en el debut ante los chilenos -no tuvo pérdida de conocimiento-, se ejercitó, pero sin hacer contacto y, por precaución, tampoco va a actuar mañana ante los venezolanos (a las 14.45 de nuestro país).
El equipo vinotinto, cuyo entrenador es el rosarino Carlos de Pascual, espera por la recuperación del segunda línea Ricardo Blaksley, con un esguince de tobillo. La curiosidad es que las cuatro selecciones tienen coaches argentinos.
