Los Pumas e Irlanda, en el partido de sus vidas
A las 12, el equipo argentino tiene un choque crucial ante los Irish para alcanzar la clasificación; buscará el primer puesto del Grupo D para evitar a los All Blacks en cuartos de final
PARIS.- No parece, pero comparten la misma necesidad. Los dos buscan lo mismo: ganar. Para los Pumas, porque significaría no sólo redimirse de la frustrante eliminación de 2003 -a manos del mismo rival-, sino también conseguir lo que jamás se pudo: completar en condición de invictos la rueda eliminatoria de un Mundial y así conquistar por segunda vez un lugar en el cuadro de los ocho mejores del planeta. Es de un valor supremo lo que se juegan los argentinos, aunque disfrutan -en cierta medida- de los beneficios de ser los punteros del "Grupo de la Muerte" .
Para los del Trébol la búsqueda -con un enorme porcentaje de urgencia- es mucho más comprometida; ¿por qué? Porque una derrota o una victoria sin las condiciones matemáticas que el caso requiere, representaría la mayor desilusión de su historia. Así de terminante será para los europeos tener que volverse a Dublín mañana en el primer avión. Es la gloria -la obligación con la que se embarcaron en el torneo- o el abismo. Simple y dramático, a la vez. Y no es una interpretación de los medios, que calificaron al choque de hoy en el Parc des Princes (a las 12 de nuestro país), como el partido "del milagro", sino porque además destacan que "el mejor seleccionado de todos los tiempos puede caer en el más oscuro pozo".
Desde que se conoció la conformación de la zona, se han tejido infinitas conjeturas, aunque la mayoría coincidía en que Francia quedaba en lo más alto y que la Argentina e Irlanda se disputaban por la segunda plaza. Pero ese panorama se desbarató a partir del memorable éxito de Pichot y Cía. en el encuentro inaugural. Incluso, aún existen varias alternativas para el ordenamiento definitivo de la Zona D, pues dos horas antes de la función estelar en el límite sur de Bois de Boulogne se enfrentarán, en Marsella, Les Bleus y la vehemente Georgia, y si los anfitriones no vencen con bonus, el conjunto argentino saldrá al campo con una ventaja numérica-reglamentaria más (ver pág. 4).
Sin embargo, fuera del terreno de las especulaciones, existe algo que, no sólo por sus declaraciones, sino también por sus comportamientos, los rugbiers argentinos ni contemplan. Y aquí aparece a la vista una de las virtudes más arraigadas en el plantel: la convicción y el compromiso por trascender, camino que está íntimamente vinculado con los triunfos. Esa determinación, además de los formidables atributos técnicos, es clave en este presente auspicioso, que puede convertirse en la realidad más brillante de la mejor generación que haya vestido los colores nacionales. Hoy Loffreda dispondrá de la mejor formación posible y en la que se destacan los regresos de Ledesma, Longo (por primera vez será titular en el Mundial) y Juan Hernández.
Al que se apropie de la primera colocación lo está esperando Escocia -dejó en el camino agónicamente a Italia-, mientras que el cruce del escolta es el más ardoroso: los All Blacks. Pero no quedar como punteros, no sólo por el grado de dificultad que impone el potencial adversario de cuartos de final, sería para los Pumas decepcionante. Hasta aquí llegaron en gran forma, con una solidez pocas veces vista, entonces marcaría un decaimiento en la notable evolución que se le advierte al seleccionado. Simplemente por eso, sin empezar a graficar cuestionamientos sin haber comenzado la lucha.
Muchos matices encierra este choque electrizante. Se trata del partido más esperado de la Copa del Mundo por los argentinos y se sabe que el placer de la clasificación estaría potenciado, pues para lograr dicha meta es necesario eliminar a los Irish, un rival con el que se entabló una incipiente oposición, a partir del inolvidable antecedente en 1999.
Se espera un combate de gran exigencia, con una altísima demanda de energía y valor; en definitiva, un clásico duelo entre dos equipos que hacen un culto del coraje. Y en medio de esa puja a mil pulsaciones, también será determinante la lucidez, porque no habrá muchas oportunidades de claridad con tantos guerreros dispersos como fieras a la caza de su presa. Además de ser una competencia a pura adrenalina, también el que sea más inteligente prevalecerá. La Argentina ya dio una muestra de su capacidad en ese sentido ante los franceses; en la presentación en el Stade de France se vio que este equipo no depende exclusivamente de su entrega; ese es, sí, un recurso muy significativo, pero la consistencia estructural se advierte en otras facetas del juego como, por ejemplo, un interesante potencial ofensivo con los backs. Entonces, no habrá que esperar que sea la defensa solamente el recurso para dominar; se le puede exigir más a los Pumas. Ellos están en condiciones y saben qué pueden hacerlo; por eso, ante los apremiados irlandeses irán por más. Quedan heridas por cicatrizar y hoy puede ser el día que se olvide ese dolor del pasado.
25 los años que pasaron del último partido de los Pumas en el Parc des Princes; fue el 20 de noviembre de 1982, cuando perdieron con Francia 13-6
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