Phil Vickery: ”No tenemos nada que perder“
El capitán de Inglaterra afirmó que la juventud del plantel es una virtud y no una dificultad
El desparpajo de la mancebía no siempre es un obstáculo para alcanzar complicadas metas. Al menos ése es el pensamiento reinante en el seleccionado inglés, en el cual el escaso roce internacional ha generado una alentadora desinhibición y un férreo entusiasmo.
Estos afanosos jóvenes británicos –el promedio de edad es de 24 años; el de los Pumas, 28– tendrán la valiosa oportunidad de vestir la casaca de su país en una de las plazas rugbísticas más rigurosas del planeta, con la ilusión de ganarse un lugar en la Copa del Mundo de Australia y sin la obligación de tener que defender con éxito un prestigio que aún no han cosechado.
“Todavía no sabemos cuál es el punto más fuerte de este equipo, porque nunca hemos jugado juntos. Logramos un excelente resultado contra los Barbarians (el 26 de mayo último se impusieron como locales por un rotundo 53 a 29), pero también es cierto que no todos los que integraron aquel conjunto están aquí. Vinimos para crecer, pero también para ganar”, aseguró el capitán Phil Vickery.
El macizo pilar de Gloucester, que cumplirá hoy su test N° 26 –es el más experimentado, seguido por el octavo Joe Worsley, con 20– no ocultó detrás de sus magulladas orejas el asombro que le produjo la destacada labor de los argentinos ante los franceses: “La pasión del scrum, su espíritu, fue increíble. Para mí, como forward, será uno de los desafíos más interesantes”.
–¿Cuáles son las mayores virtudes de esta Inglaterra?
–Problabemente la juventud y el saber que no tenemos nada que perder, porque no poseemos grandes nombres ni una gran reputación. Somos optimistas y tenemos una enorme voluntad para encarar este compromiso con tremenda energía.
–¿Y la clave para superar a los Pumas?
–Ufff... Habrá que ser muy disciplinados, no dar penales baratos y tratar de mantenerlos bajo presión. Nos encontramos con ellos hace dos años en Twickenham y este choque volverá a ser muy físico.
Se acerca con timidez la cara de niño del apertura Charlie Hodgson, cuyos 21 años lo convierten en el más joven de los titulares. “El mayor problema será la presión del público. Eso es algo complicado para un apertura. ¿Si en estos días practiqué con un asistente a mi lado tocando permanentemente un silbato? No, sólo intentaré concentrarme en la pelota y bloquear todo lo que pase a mi alrededor. Nunca he jugado aquí, pero puedo imaginar que los simpatizantes argentinos son los más difíciles del mundo”, afirmó quien se presentó con la Nº 10 el 17 de noviembre de 2001, en el triunfo más holgado en la historia de la Rosa (134-0 a Rumania).
La sapiencia del fullback de Leicester Tim Stimpson, que esta vez paseará su corpulencia por el sector derecho, también será fundamental para sus núbiles compañeros. “Habrá una atmósfera fantástica, por lo que intentaré inyectarles coraje y tranquilidad –adelantó uno de los dos más viejos del plantel (28 años, igual que Alex Codling)–. Sólo vi durante dos minutos el partido de los Pumas del sábado último, pero me bastaron para saber que será un partido durísimo, muy cerrado y físico. Los argentinos tienen un orgullo envidiable. Recurriremos a nuestra ambición para vencerlos.”
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