Sábados de relaciones peligrosas

La suspensión del ascenso por la violencia dejó en evidencia las peligrosas relaciones que ciertos sectores del poder tienen con el fútbol .

No son pocos los políticos que se entremezclan con los clubes del deporte más popular del país. Tampoco es una novedad que la mayoría de los hinchas son utilizados para los actos políticos. Es por eso que muchas hinchadas cuentan con caudillos políticos que toman sus servicios por intereses personales.

En el partido de anteayer entre Chacarita y Morón se encontraron dos hinchadas que ejemplifican estos compromisos. En Chacarita, el presidente Luis Barrionuevo nunca ocultó que le entrega localidades a los hinchas a cambio de que le demuestren disciplina. El intendente de Morón, Juan Carlos Rousselot -que no tiene ningún cargo en el club- fue acusado en otros tiempos de pagarle los sueldos a los jugadores de Deportivo Morón a través de actividades municipales fantasmas. Hoy, varios barrabravas tienen empleos en ese municipio.

Muchas veces estas identificaciones provocaron la ruptura de relaciones entre parcialidades que eran amigas . En 1994, cuando Chacarita obtuvo el ascenso al Nacional B, los individuos de más peso del club de San Martín ordenaron un corte con Chicago , por encolumnarse detrás del dirigente sindical Lorenzo Miguel , que estaba enemistado con Barrionuevo. Pero no son los únicos que alguna vez tuvieron encuentros similares: Eduardo Duhalde , emparentado con Banfield ; Hugo Toledo , asesor de Duhalde, con Los Andes , y Fernando Galmarini , con Tigre .

Todo bien o todo mal

Otro tema es el de las relaciones de amor y resentimiento entre los clubes. Son interminables. "Con éstos está todo bien, con aquellos está todo mal" , suelen decir los hinchas.

El todo bien significa que antes de comenzar un partido, la hinchada local recibirá a su rival con asado y vino; el todo mal quiere decir que, casi con seguridad, en ese partido habrá incidentes. Como si fueran a la guerra. Por ejemplo, Nueva Chicago se lleva bien con Quilmes y odia a Almirante Brown , All Boys o Chacarita . Parece el cuento de chicos que se amigan o se pelean, aunque las consecuencias son gravísimas.Los motivos que generan las amistades pueden ser variados. La buena relación que tuvieron durante muchos años Morón y All Boys , por caso, se afianzó cuando un histórico presidente del primero, Machado Ramos , ayudó a los de Floresta a pagar una deuda que los amenazaba con la desaparición.

Estas mismas hinchadas están hoy distanciadas, porque los barrabravas más jóvenes poco recuerdan de aquellas historias, y en la jerga de los violentos, hacer la amistad es un signo de debilidad.

Hay otros casos insólitos, como el de jefes de barras que fueron encerrados en el mismo calabozo y terminaron entablando relación.

Los distanciamientos también tienen diversas causas. Pueden ser deportivas; tal el caso de un club que mandó al descenso a otro o, como ya se dijo, por cuestiones políticas.

Antecedentes violentos

La hinchada de Deportivo Morón es bastante particular. Además de constituir un grupo muy numeroso, su concurrencia aumenta cuando el equipo juega de visitante frente a sus clásicos rivales (Chacarita, Nueva Chicago o Quilmes), porque saben que la posibilidad de participar en una batalla son grandes.

El último gran incidente protagonizado por la gente del Gallo fue un cruce con las hinchadas de Platense y de Defensores de Belgrano . Y en esa oportunidad no se trató de un partido ante ninguno de estos equipos, sino de un encuentro del seleccionado argentino, en Paysandú, frente a Chile, por la Copa América , el 12 de julio de 1995. Al término del encuentro, Daniel García -simpatizante de Platense- murió luego de recibir una puñalada en el pecho. Como ocurrió anteayer en la cancha de Chacarita, la barra brava de Morón estaba acompañada por la de Tigre.

Un dato más: el presidente de Morón, Jorge El Zurdo Ruiz , hasta hace no mucho tiempo era un popular barrabrava.

Agremiados, contra Perrotta

Futbolistas Argentinos Agremiados envió un comunicado a los medios mostrando su disconformidad con la decisión del juez Víctor Perrotta por la suspensión de los torneos del fútbol de ascenso.

"Está demostrado que el problema de la violencia no se soluciona con la suspensión y torna angustiante la situación de los futbolistas, que perciben sus salarios", dice el comunicado de la entidad que agrupa a los jugadores.