Santella
El lugarteniente de Bianchi
Vengo de una familia futbolera. Todos, menos mi viejo, que era albañil y, como buen tano , se recibió de constructor con una vela... El no entendía cómo su hijo podía irse a jugar al fútbol a La Plata. Los hermanos de él sí son muy futboleros y todos hinchas de Boca. Y yo también, hasta los 16 años era fanático de Boca. Y el primer equipo que yo vi en una cancha fue el Boca del 56, en Mar del Plata. Tenía 10 años. Es más, me acuerdo todo. Te digo la formación de corrido, la del campeón del 54: Musimessi; Colman, Edwards, Lombardo, Mouriño y Pescia; Navarro, Baiocco, Borello, Rosello y Marcarian... Era fanático de verdad".
Julio Santella, a los 52 años, recuerda con felicidad sus años de potrero. Su voz se mezcla con la del hoy preparador físico del campeón. Va y viene. Recuerda sus tiempos de jugador profesional, pero, a la vez, sabe interiormente que es uno de los artífices de esta victoria de Boca junto con Carlos Bianchi. No pierde la humildad, esa misma que tenía cuando jugaba de marcador de punta o de volante en Unión de Mar del Plata. "En 1964 fui a jugar a las divisiones inferiores de Estudiantes de La Plata. Miguel Ignomirielo me vio y me llevó".
Su tiempo como jugador profesional duró poco. Un año en Estudiantes y un año y medio en Español, en la B. "Cuando vine a Buenos Aires ya empecé a estudiar el profesorado de educación física. ¿Cómo era como jugador? Y... un jugador de mucha lucha, mucha marca, de huevo... huevo... huevo... Para más no me daba. Pero la B no la superé mentalmente. No tenía muchas ganas de volver a Mar del Plata y entonces me jugué por la preparación física. Y ahí descubrí la docencia. Primaria, secundaria, campamentos, ¿si era cascarrabias? No, pero todo tenía un límite. Dejo hacer hasta un punto. Como ahora". Se recibió en 1971 y el primer trabajo también llegó de la mano de Ignomirielo, que lo llevó a las divisiones inferiores de San Lorenzo y a la selección juvenil de 1972, en Cannes. Pero su primer trabajo con un plantel profesional fue en 1978, en Colón de Santa Fe.
- El Virrey entra en escena. A Bianchi lo conoció en Vélez, en 1980 y estuvo con él también en el 84, cuando Basile era el técnico y Bianchi jugó sus últimos cinco partidos antes de irse a Francia. Después la vida los juntó en el 93. Otra vez en Vélez. Pero Santella ya tenía contacto con Bianchi y con Ischia, ya que fue profesor de ambos en la escuela de técnicos. "Yo le estoy muy agradecido a Ischia: él siempre me cargaba en el 92, cuando yo estaba sin trabajo. Quédese tranquilo que ya vamos a trabajar juntos>. Y en ocho meses se concretó... La relación afectiva más fuerte fue con Ischia. La de Bianchi es una relación más de respeto", cuenta Santella .
* Las formas y los métodos. Santella es un experto en llevar una relación cordial con el plantel y esa también fue una de las claves del éxito. Así lo cuenta: "Esta disciplina tiene algo de ciencia. El que mejor enlaza la conducción, mejor trato tiene. Todo lo teórico no alcanza si no es bien transmitido. Soy un trabajador de campo y busco nuevas propuestas, pero esto no es una ciencia exacta y no se puede formar a las personas con fotocopias". También habló de las diferencias con Europa : "Nosotros, acá, es como la canción de Lerner: todo a pulmón. No hay grandes estímulos desde afuera. Acá, los estímulos están si vos tenés ganas. Las diferencias están ligadas al desarrollo: tenemos una preparación subdesarrollada. Y en épocas de crisis, lo primero que se corta es el gimnasio y las cosas personales. Allá es diferente. Yo, por ejemplo, le pregunté una vez al sueco Jonas Thern cómo había hecho para tener un consumo de oxígeno tan alto, qué hacía de chico. Y me dijo: Ya a los 14 años corríamos una maratón en la nieve . No solamente es el crecimiento físico, sino el placer por eso. Acá somos pampeanos, tomamos mate, tenemos 20 grados todo el año... Eso sí: allá no se trabaja el doble".
- El Boca de Bianchi. "Boca no sería lo que es sin Bianchi. Eso lo tengo muy en claro. Después estamos nosotros, el cuerpo técnico, que aporta lo suyo, pero la cabeza es Bianchi. Pero no me la creo . Sé que es importante lo que se consiguió, pero también sé que un fracaso en Boca son perder 20 años de esfuerzo". El 31 de este mes Santella cumplirá las bodas de plata junto con su esposa Viviana. Dentro de unos años, sus nietos seguramente recordarán la formación del Boca campeón 1998 y la de todos sus integrantes. Así como Santella todavía recuerda y es capaz de decir en menos de cinco segundos la formación del 54...
lanacionar