Se agudiza el conflicto entre la ACTC y el ACA
Los pilotos y la comisión directiva de la Asociación de Corredores de Turismo Carretera (ACTC) analizarán hoy, en una reunión extraordinaria, la conflictiva situación suscitada con el Automóvil Club Argentino (ACA). El mitin se hará en la sede que la entidad posee en la calle Bogotá, de esta capital, y promete ser intenso, ya que se anuncian acciones legales contra Carlos Vaquer, presidente del ACA, considerado uno de los responsables de la disputa.
El enfrentamiento estalló el jueves último. El ACA prohibió a los pilotos con licencias deportivas otorgadas por la Comisión Deportiva Automovilística (CDA) participar en pruebas no fiscalizadas por ese organismo, decisión que creó problemas con quienes habitualmente compiten bajo la fiscalización de la CDA y de la ACTC. Max Mosley, presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), en octubre último, le encomendó al ACA adoptar tal medida. Entonces, quien corra en el TC 2000 no podrá hacerlo en el TC (fiscaliza sus pruebas desde 1979); los pilotos de Fórmula Renault y Súper Renault (ACA) no podrán intervenir en el Top Race (ACTC). Y las combinaciones son numerosas.
Guillermo Ortelli, Ernesto Bessone, Juan Manuel Silva, Omar Martínez y Daniel Cingolani son algunos de los corredores afectados por la disposición. "Ya resolví. En el TC2000 soy simplemente un piloto; pero en el TC tengo una estructura: además de correr, tengo autos en alquiler. Voy a seguir en el TC", adelantó Bessone.
"La situación es grave. No puedo creer que esto ocurra bajo un régimen democrático; están coartando la posibilidad de elegir donde correr y de trabajar como cada uno lo desee", dijo Oscar Aventín, secretario general de la ACTC.
Las versiones surgieron al instante desde ambos bandos. Se habló de una convocatoria general de pilotos y de hacer valer los derechos laborales ante la Justicia; desde el ACA se mencionó la posibilidad de crear otro TC, que contaría con la aprobación de Juan María Traverso, enemistado públicamente con los principales responsables de la ACTC, en especial con el presidente Juan Carlos Deambrosi. Para muchos, esa mala relación se tradujo en la actual ruptura.
No sólo los conductores quedaron atrapados dentro de la controversia. Los autódromos también elegirán qué competencias albergarán. El Oscar Alfredo Gálvez ya emitió su voto: en un comunicado oficial, optó por el ACA. Mientras que el circuito de Nueve de Julio se inclinó por la ACTC. La principal incógnita radica en saber qué determinarán los otros tres autódromos que reciben las competencias de ambas instituciones: Río Cuarto, Rafaela y Paraná.
Los licenciados que no cumplan con las nuevas reglas del ACA tampoco tendrán la autorización internacional para competir en otros países en pruebas organizadas y/o fiscalizadas por entidades afiliadas a la FIA.